«Territorio Leonora» celebra a Leonora Carrington
Gibrán Bazán celebra el centenario de Leonora Carrington con el documental “Territorio Leonora”, disponible gratis para ver en línea.
El pasado 6 de abril, la artista inglesa nacionalizada mexicana Leonora Carrington hubiese cumplido 100 años de edad. Este hecho ha motivado a distintas instituciones públicas y privadas –así como a la fundación que lleva su nombre– a realizar diversas actividades para celebrar su vida y obra.
Uno de los homenajes más llamativos en su memoria, es el documental Territorio Leonora, que proviene de alguien que la conoció y trabó amistad con la artista sin saber de principio su verdadera identidad. Gibrán Bazán (director de Los rollos perdidos y Generación Spielberg) se topó con ella en un lugar inesperado: una tienda de autoservicio en la colonia Condesa, donde ambos acudían regularmente a hacer sus compras.
“Yo solía platicar varias veces por semana con aquella simpática mujer, quien comentaba lo verdes o pasadas que estaban las verduras, lo mucho que habían subido los precios o lo caluroso o frío del clima, además de obsequiar en varias ocasiones a mi pequeño hijo una fruta o un dulce al caminar por el Parque México,” recuerda el cineasta, que no descubrió sino mucho tiempo después quién era ella gracias a un amigo suyo que les vio platicando en la vía pública. “Al despedirme de ‘Doña Leonora’ –nombre que ella misma me había proporcionado–, mi amigo el pintor Guillermo Scully se acercó a mi desde el otro lado de la acera y me preguntó: ‘¿Qué hacías hablando con Leonora Carrington?’. Debo confesar que quedé sorprendido”.
Así fue como el realizador cayó en cuenta que se había acercado a una de las figuras más importantes del arte contemporáneo y la última gran pintora de la corriente surrealista. Y lo había hecho –como él mismo reflexiona– “sin el velo de la fama, de lo mediático, sino sencillamente como la señora que compraba en el mismo supermercado que yo, y que le regalaba naranjas o mandarinas a mi hijo.”
Esta anécdota fue la semilla que dio origen a Territorio Leonora, en el cual Bazán busca aproximarse a Carrington justamente desde un lado más íntimo, personal. “Es un trabajo anecdótico y humano, más que cronológico y académico, y que quise realizar en recuerdo de aquella gran creadora que tuve la fortuna de conocer”. Por ello, dedica un segmento a narrar detalladamente ese primer encuentro y como fueron sus posteriores conversaciones una vez develada su identidad.
Congruente con el tomo intimista deseado por el autor, Bazán decide rodar una parte de su documental nada menos que al interior de la casa de la colonia Roma donde Leonora habitó durante más de sesenta años hasta el día de su muerte, el 25 de mayo del 2011. Una casa repleta no solo de objetos y otros vestigios materiales de su grandeza artística, sino también de incomparables historias igual de valiosas. Varios de estos recuerdos son recuperados por el director a través de los testimonios de dos personas que la conocieron muy bien en su faceta íntima: su hijo Pablo Weisz Carrington y Yolanda, su cocinera y ama de llaves.
A través de sus palabras, estos dos personajes tejen una serie de viñetas sobre la vida de Leonora ocurridas en esa casa y en la colonia circundante, y muestran no solo a una persona sensible y abierta con un carácter fuerte e impulsivo; sino además como fue que transformó su hogar y las calles por las que gustaba pasear en un territorio donde se sentía a su anchas. Su casa se tornó en punto de encuentro de la cultura donde se dieron cita personalidades como André Bretón, Aldous Huxley, Vivian Leigh, Julio Cortázar y Octavio Paz, entre otros.
Asimismo, se dedica un apartado a su estrecha relación con sus vecinas y también artistas Remedios Varo y Kati Horna, con quienes paseaba por el barrio y al lado de las cuales vivió algunos momentos muy felices y significativos no solo para su vida, sino decisivos para el arte en nuestro país. “Eran modernas, atrevidas, creativas, talentosas, cultas, y marcaron senderos”, afirma el cineasta Tufic Makhlouf, en uno de los varios testimonios recabados por Bazán para conformar un mosaico más amplio de Leonora, quien resalta lo profunda y empática de dicha relación, unida por su interés en lo mágico. “Siempre había como una conexión esotérica, onírica, digamos que hasta mística. Ellas eran personas muy cultas, habían leído mucho, de Gurdjieff, de Ouspenski… incluso iban a algunas sesiones secretas. Dicen que no participaban mucho en ellas, pero les gustaba estar cerca de este tipo de conocimientos ocultos, secretos”.
Desde luego, este gusto por el esoterismo y el misticismo es evidente en su arte. “Siempre había algún simbolismo en sus cuadros, alguna llave misteriosa que abría puertas a otros universos… les gustaba pensar que lo que sucedía en el universo, en un macrocosmos; sucedía también abajo, en el mundo, en este microcosmos que somos nosotros”, asevera Makhlouf.
En ese tenor, otro de los testimonios recabados en el documental proveniente de la periodista cultural y colaboradora para El Sol de México Ana María Longi, sostiene que Carrington “es mágica, es una mujer que nos entregó su alma completa a través de su obra, nos entrego los secretos más importantes de la vida y de la post-vida”.
Territorio Leonora se distribuye de forma gratuita y sin fines de lucro para instituciones culturales y educativas que así lo requieran contactando directamente con la productora Marsash Cinema al correo marsashproducciones@gmail.com. Puedes verlo aquí:
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