Allí donde las infancias sufren el desamparo más profundo; allí donde la adicción a las drogas rompe vínculos maternofiliales; allí donde la autoridad, las instituciones y las políticas públicas no llegan, todo se deja a la buena fe de la comunidad… con un poco de ayuda de las ballenas (orcas, en realidad), el mar y el desierto. Desde La Paz, Baja California Sur, una historia ejemplar de cuidados colectivos.