Santiago Moyao, Autor en Gatopardo

Santiago Moyao


Reportajes

La clínica yaqui: medicinas psicodélicas contra las adicciones

Ante la epidemia que provoca la adicción a la metanfetamina en el norte de México, un grupo de la tribu yaqui, en Sonora, ha establecido un centro de salud —Clínica de Medicina Intercultural Yo’o joara— para erradicar la dependencia a esta sustancia y tratar otros trastornos mentales. Sus tratamientos incluyen psicoterapia y psicoactivos de origen natural, como la ayahuasca, el peyote y la secreción de un sapo originario del estado. “Plantas sagradas” que han transformado por completo la vida de sus pacientes.


Reportajes

El extraño fenómeno del suicidio en Uruguay

Uruguay encabeza todos los índices de calidad de vida. Persigue el ideal de una sociedad igualitaria, tiene un alto ingreso per cápita y sus niveles de pobreza son tan bajos que suelen llamarle “la Suiza de América”. Sin embargo, también lidera la tasa de suicidios de la región. Algo sucede dentro de estas fronteras que lo distingue de otros países y cuya consecuencia es que un número alarmante de habitantes quiera dejar de existir.


Actualidad

Una autopista interespecie para el jaguar

En el sur de Nayarit, en la autopista Guadalajara-Puerto Vallarta (Jala-Compostela-Bahía de Banderas), que atraviesa una de las regiones más importantes de reproducción de jaguares en el Pacífico mexicano, hoy se busca escribir una historia diferente. Una autopista interespecie que permita a los animales cruzar caminos y conecten hábitats adyacentes.


Actualidad

¿Qué camino tomará el plan climático de Guadalajara?

La COP26 reconoció a la metrópolis por su plan de acción para mitigar los efectos del cambio climático. El mérito de Guadalajara, hasta el momento, es tener un plan: una hoja de ruta ambiciosa donde se detallan los pasos a seguir para llegar a la carboneutralidad en 2050. Sin embargo, hay varios retos por cumplir, dado el tamaño y la complejidad del territorio.


Reportajes

Pandemia en alta mar. Ochenta días en un crucero

La emergencia sanitaria estalló paralizando al mundo. A la deriva quedaron miles de pasajeros y tripulantes en el mar, que no pudieron descender por semanas y meses ante el cierre de puertos y fronteras. El hedonismo se volvió el lugar más propicio para esparcir un virus.