En su tercer día de arresto domiciliario, Abraham Jiménez Enoa intenta hacer, desde su balcón, una crónica de la represión a una protesta más contra el régimen cubano. Desde ahí, es muy difícil llevar la cuenta de quienes fueron víctimas de desaparición forzada.
“Cómo le explico a sus 84 años que el universo en el que ella cree es una farsa. Cómo le digo que la Cuba que el periódico Granma le cuenta, no es el país donde ella vive, sino el reino de entelequias”.
Al parecer, en el gobierno están temiendo una nueva revolución, una revolución virtual.
Desde el Malecón llega la historia de otra protesta que no sucedió en La Habana.
El gobierno cubano decidió bloquear el acceso a Gatopardo desde la isla.