En su tercer día de arresto domiciliario, Abraham Jiménez Enoa intenta hacer, desde su balcón, una crónica de la represión a una protesta más contra el régimen cubano. Desde ahí, es muy difícil llevar la cuenta de quienes fueron víctimas de desaparición forzada.
Kenia, de 31 años, es indígena amuzga y nació en el municipio de Xochistlahuaca, Guerrero. Es abogada, feminista y defensora de derechos humanos, pueblos indígenas, presos políticos y víctimas de violencia de género. Lleva cinco meses recluida en un penal de máxima seguridad.