El teatro mexicano continúa, pese a su condición virtual, acercando a sus espectadores temas cruciales, como la salud mental durante el confinamiento y la distancia social debidas a la pandemia. Un monólogo escrito por Diego del Río prioriza la lucha cotidiana con la enfermedad, en vez de los momentos, más espectaculares pero episódicos, de las crisis emocionales.
Una historia sobre el cruel momento en que se deja de ser niño para transformarse en adolescente.