¿Es posible carcajearse a mitad del dolor más grande: la pérdida de un hijo? No solo es posible, sino también deseable, como lo atestigua un payaso y un grupo de ayuda en Mérida. La «risaliencia» facilita la vivencia del duelo.
Los animales de compañía han cobrado gran relevancia en México ante una generación que ha decidido no tener descendencia. Tal como cuidamos de la vida de nuestros animales, su deceso también implica transitar por un duelo que nos lleva a habitar la ausencia desde el recuerdo, la nostalgia y las alegrías que nos regalaron.
El duelo es la reacción natural ante una pérdida, no solo de un ser querido, también se experimenta ante la pérdida del trabajo, de la salud, de una mascota; incluso, de una expectativa. Cada fallecimiento es acompañado por su forma particular de resignación. En Semanario Gatopardo reflexionamos sobre el proceso de aceptación y el manejo de las emociones.