El trabajo que un grupo de científicos y miembros de la comunidad de Cuatro Ciénegas hicieron durante 20 años para revivir un río, sufrió hace unos días un golpe certero. Ante la omisión de las autoridades hoy el río está muerto otra vez.
El Tren Maya no es un proyecto social, sino uno donde el gran capital acecha la naturaleza y el tejido social y cultural de la región. Se trata de un proyecto de cepa neoliberal que va a despojar a los dueños de la tierra a cambio de un salario miserable y condiciones laborales precarias.