Tragarse un tornillo, una arandela, una cuchilla, cortarse las venas o fingir un intento suicidio, son algunas de las alternativas a las que se aferran los reclutas para evadir los 14 meses o los 2 años de servicio militar.
Han pasado 25 años desde que unos ex oficiales israelíes y mercenarios británicos y australianos entrenaron a los paramilitares de Puerto Boyacá, Colombia, y desde que los primeros consiguieron llevar un arsenal de Israel a las costas del país latinoamericano.