Río adentro
Joaquín León
Fotografía de Sebastián López Brach
El delta del Paraná es uno de los ecosistemas más biodiversos de América Latina y el río es, además, una vía comercial importante para varios países. Hoy enfrenta la más prolongada bajante de su historia.
En el delta del Paraná, que se extiende a lo largo de miles de kilómetros entre la provincia de Entre Ríos y el Río de la Plata, se conforma uno de los ecosistemas cruciales de América Latina. Lo nutre el agua que cruza tres países: Brasil, Paraguay y Argentina. En ese encuentro, donde cientos de porciones de tierra suelen emerger como islas que crecen y desaparecen según el cauce, las aguas se están retirando por la falta de lluvias: lo que antes era un paisaje de agua de tonos plateados, ahora es reemplazado por el marmoleado marrón de los bancos de arena. La crisis climática está transformando un territorio cuya fisonomía era el cambio pero que, desde hace más de un año, atraviesa un periodo crítico. Los incendios desmedidos y la sequía prolongada han dejado a las comunidades isleñas en una situación vulnerable, privándolas de la pesca, el comercio y el acceso a otras ciudades, mientras que sus humedales —reservorio de numerosas especies, riqueza y esencia de esta región— quedan al servicio del fuego. Tierra arriba, en la meseta del sureste brasileño, donde nace este cuerpo de agua, ha dejado de llover como en muchas otras partes del continente. La tala de los bosques y la sobreexplotación de los suelos han comprometido la caída del agua y este río —el segundo más largo del hemisferio, después del Amazonas— padece hoy el mayor descenso en sesenta años. “Río adentro”, a cargo de Sebastián López Brach, nacido en Rosario, una ciudad que se levanta en el delta del Paraná, es la bitácora de esta transformación. Un ensayo que propone una mirada de reencuentro, una manera de resignificar el pasaje de una región que permanece poderosa y profunda, aun cuando su río, poco a poco se retira.
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