La forma masculina es un fotoensayo del uruguayo Santiago Barreiro donde construye un perfil sobre la masculinidad en la danza latinoamericana. Esta cobertura, iniciada en las academias de La Habana en 2018, se extendió por un lapso de dos años y cruzó cuatro países —México, Colombia, Perú y Cuba—. Se desarrolló en la confidencia con los bailarines, quienes, desde pequeños y frente a sus familias, tuvieron —aún tienen— que justificar su elección de dedicarse a esta disciplina. Ante la cámara, ellos revelan su vida íntima, fraterna y comunitaria en los salones de danza.
Crudo, sensible y honesto, este trabajo, merecedor del 1er lugar del concurso de fotografía “Historias de un mundo distinto”, iluminó más que cualquier otro una de las caras más oscuras de la pandemia, la sombra en la que viven quienes, mucho antes de esto, ya sufrían discriminación, violencia y marginación. Este año vieron apagarse su única de fuente de ingresos para quedar en un completo abandono.
Al día de hoy el país rebasa los 100,000 muertos por Covid-19 y pareciera que la ciudad se ha vestido de negro con estas esculturas anónimas que aparecen por todas las colonias, como signos involuntarios de luto, de la incertidumbre frente al futuro.