Reformar a la policía en México no es tarea de unos cuantos meses. A diferencia de varias ciudades del norte del país, marcadas por la infiltración del narco y la crisis de homicidios, ha prevalecido en la Ciudad de México una calma aparente que mantiene intacta la estructura de corrupción y abuso policial. Reformarla es posible.
Elementos de la PF niegan “mano negra” en la movilización y exigen que se respete sus derechos.