La fuerza de la música en vivo en el Festival Aural

La fuerza de la música en vivo en el Festival Aural

La música experimental de Anna von Hausswolf y el dúo Colin Stetson & Sara Neufeld, cautivó al público del Lunario.

Tiempo de lectura: 2 minutos

Si se escucha a Colin Stetson & Sara Neufeld Duo o a Anna von Hausswolf por internet, hay una probabilidad de que no sea cautivador para algunos oídos. Una música experimental, con toques ambientales y lejos de lo que se escucha en la radio. Pero al verlos en vivo, todo cambia. Es indefinible, se le podría llamar galáctica, pues envuelve a la audiencia. Se comprende el virtuosismo y la conexión de los artistas con sus instrumentos. Rompe con cualquier concepto previo que se tenía.

Stetson es un multiinstrumentista estadounidense especializado en la familia de los vientos. Por su lado, Neufeld es una violinista canadiense. Ambos colaboran con Arcade Fire y Bell Orchestre, además de tener discos como solistas.

En el 2015 se unieron y lanzaron el álbum Never Were the Way She Was, que fue bien recibido por la crítica musical en Estados Unidos y el Reino Unido. De este trabajo se destaca la capacidad de Stetson de tocar al mismo tiempo un saxofón bajo –que en vivo hizo vibrar a todo el Lunario– y hacer la percusión base en un tema.

Colin Stetson y Sarah Neufeld Duo

En cuanto a Anna von Hausswolf, su presentación en vivo es intensa. Las composiciones de esta artista sueca cuentan con una fuerte presencia de teclado y sintetizadores que juegan con las guitarras para crear un aura oscura y densa.

No en vano ha declarado que es seguidora del proyecto de black metal Burzum, liderado por el noruego Varg Vikernes, que causó controversia en los años noventa por quemar iglesias, ideas de radicalismo nacionalista y por asesinar a su guitarrista Euronymous. Sin embargo, von Hausswolf ha dicho le gusta su arte, no las ideas ni sus actos.

Durante la presentación de ambos actos en el Lunario, el público estaba perplejo. Había momentos en los que nadie tocaba la cerveza, simplemente miraban y apreciaban lo que pasaba en el escenario. Después de cada canción, se podía escuchar a una chica que decía “no puede ser, que poder, que locura”.

Anna Von Hausswolf

Neufeld sincronizaba su violín con el clarinete bajo de Stetson mientras se miraban a los ojos: una tensión y unión musical. Anna von Hausswolf gritaba afinada mientras su baterista era consumido por sus platillos y tambores. Ninguno de los dos abría sus ojos, estaban totalmente absorbidos.

Este es uno de los aspectos claves del Festival Aural: la fuerza de la música en vivo. Porque cualquiera puede poner una canción en YouTube y juzgarla. Pero cuando se está al frente de los músicos, que sudan, que se conectan, que sienten sus composiciones, todo se entiende mejor. Y si algo experimental, a lo que seguramente no se está acostumbrado, se vuelve una revelación.

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