"Conejo blanco, conejo rojo": El arte como secretismo sagrado

“Conejo blanco, conejo rojo”: El arte como secretismo sagrado

La puesta en escena experimental “Conejo blanco, conejo rojo” es un ejercicio de libertad artística que rompe las reglas del juego de las artes escénicas.

Tiempo de lectura: 4 minutos

“Es muy fuerte. Es una experiencia muy conmovedora. De pronto descubres que nada de lo que pudiste haber pensado es así. Es aventarte al vacío y enfrentarte a tus propios miedos”, expresó Cecilia Toussaint, en entrevista con Gatopardo, minutos después de concluir su participación en Conejo blanco, conejo rojo, la noche del jueves 8 de septiembre de 2016.

Parecía que aún no terminaba de entender y reflexionar lo que había vivido en el escenario, pero no era la única. La audiencia también estaba sorprendida y trastocada: Fue un extraño sentimiento de alegría, efusividad y asombro ante la obra experimental.

Esta era la función número 13 de la temporada, sin embargo no era la misma obra aunque tenga el mismo nombre. Y no lo era porque cada semana es un actor diferente el encargado de estar en el escenario y cada uno muestra una obra distinta. Ninguno de los actores conoce lo que hará en el escenario, “no tienes nada. Te tienes a ti, tienes tu cuerpo como instrumento y a alguien a quien le estás dando la mano y le estás diciendo ‘vamos pues, tú dime por donde’,” dice Toussaint.

Curiosamente, el guía de Conejo blanco, conejo rojo no es el director, porque no lo tiene. Ni siquiera estaba cerca de ahí. Es un escritor que vive en Teherán, en Irán, y que es también el autor de esta obra. Nassim Soleimanpur es el responsable de este experimento teatral que rompe con las reglas del espacio, porque logra establecer una conversación entre el autor en Irán, con el actor en turno y la audiencia, en este caso México. Tampoco hay tiempo de por medio, él escribe desde el 2010 y nosotros a seis años de distancia, y sin embargo, todo parece conectar perfectamente.

Soleimanpour escribió Conejo blanco, conejo rojo como una forma de libertad. El dramaturgo iraní tiene prohibido salir de su país. No puede tener pasaporte debido a que se negó a hacer el servicio militar, así que creó una ingeniosa obra para que viajara por el mundo en su lugar. De algún modo es él mismo, está en el sobre con la historia, y en el escenario se manifiesta como un testigo, él es parte de cada función aún sin estar. De hecho a petición suya en cada presentación debe haber un asiento vacío que lo represente.

Su manera de viajar la encontró en romper las reglas del juego de las artes escénicas. Le quitó la dirección, le quitó los ensayos y lanzó el desafío para los actores que quieran probar una muestra de teatro diferente en la que tienen que interpretar una obra que al mismo tiempo empiezan a conocer. El reto se ha tomado en 15 países alrededor del mundo, entre ellos Nueva York y Londres, y algunos de los intermediarios (como podría definirse mejor a los actores) que han tomado el reto son Whoopi Woldberg, Nathan Lane, Alan Cumming, Patrick Wilson y Ken Loach.

La puesta en escena se presenta cada jueves en el escenario de La Teatrería, en la colonia Roma. Al asistir, las personas entran en un grupo de testigos trastocados sin voz. El secretismo de la obra es sagrado y nadie puede hablar de lo que trata, sólo de las emociones que causó.

“Jamás antes había hecho algo así. Justo antes de empezar me cuestionaba porqué en este momento de mi vida estoy haciendo una cosa así. Te pone tan vulnerable y tan al límite. Te confronta con tus miedos, con tus inseguridades, con tus limitaciones. Es una experiencia fuerte”, agregó Cecilia Toussaint.

Antes de iniciar Conejo blanco, conejo rojo, no se sabe de qué hablará. No se sabe si será una comedia o un drama. No se sabe si será un truco, si en realidad es una obra o si el secretismo tiene un trasfondo delictivo. Lo único que se ve es una escalera, una silla, una mesa con dos vasos de agua y el sobre sin abrir que contiene las instrucciones para Cecilia Toussaint.

“Lo hice porque creo que es importante aprender. Creo que la vida es para caminarla. Lo he dicho en otras ocasiones, el estacionamiento está tres metros bajo tierra y aquí hay que moverse. La vida es como es y hay que aventarse a vivirla. Hay cosas que dan mucho miedo pero uno no se debe paralizar por el miedo”, explicó la actriz sobre el desafío de estar en el escenario sin saber lo que hará.

Cecilia Toussaint, "Conejo blanco, conejo rojo"

Conejo blanco, conejo rojo tiene una gran cantidad de lecturas. Para el actor es un acto de fe y complicidad, de dejarse llevar por el dramaturgo: “Durante el desarrollo de la obra continúas porque confías en el otro [autor], y eso también es confiar en los seres humanos con los que caminas cotidianamente. Es importante porque la confianza es una de nuestras mejores armas. Hay un acto amoroso muy profundo entre el autor y el actor, de confianza y entrega incondicional con los ojos cerrados”, comentó Toussaint, quien tuvo que improvisar de acuerdo a las instrucciones del sobre.

Para el dramaturgo es un acto de libertad, como una forma de comunicarse con el exterior y de cuestionar a la humanidad en distintos temas, desde la obediencia a las diferentes realidades sociales, de la muerte al espíritu de libertad como un acto condenatorio. La audiencia no se salva y es parte de una forma de hacer consciencia colectiva. Poco a poco experimentará emociones que van del humor absurdo a una profunda analogía sobre el sentido de vivir.

En México la obra es producida por José Manuel López Velarde. Por ella han desfilado personalidades como Irene Azuela, Cecilia Suárez, Luis Gerardo Méndez, Diana Bracho y Bruno Bichir, entre otros. Las siguientes funciones a partir del 22 de septiembre contarán con la participación de Héctor Suarez Gomis, Ilse Salas y Daniel Giménez Cacho, con lo que se culminará la temporada, se reanudará un mes después con funciones hasta noviembre con invitados aún por confirmar.

Conejo blanco, conejo rojo
Jueves a las 20:30 horas
Del 13 de octubre al 15 de diciembre
La Teatrería
lateatreria.com

ACTUALIZACIÓN
Los miércoles del 2 al 30 de noviembre, Conejo blanco, conejo rojo se presentará en el teatro del Centro Cultural Plaza Fátima, en Monterrey, Nuevo León, con dos funciones por día: 19:30 y 21:30 horas.

ACTUALIZACIÓN 2
A partir del 31 de enero y hasta el 25 de abril de 2017, Conejo blanco, conejo rojo regresa a La Teatrería.

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