La confrontación como forma de curar el alma

La confrontación como forma de curar el alma

En la puesta en escena “Cuando había granadas en noviembre”, Leticia Huijara reflexiona sobre la confrontación como una forma de sanar el dolor.

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“Ya llegó tu entrevistadora”, dice el guardia de seguridad al abrir una de las puertas de la cárcel que dan hacia la estancia de entrevistas. Ella entra y el eco de sus tacones baja de ritmo hasta llegar al escritorio donde será el encuentro. Hay dolor en su rostro y de pronto se abre la otra puerta de donde sale un reo que la mira lleno de dudas. Se sientan frente a frente. Ella saca la grabadora. El guardia recorre la reja y toma su distancia.

Ella toma algo de agua para liberar la voz que se quedó atorada en el diafragma y entonces comienza la primera de la serie de charlas, en las que cada uno se reencuentra con sus respectivas pérdidas hasta reconocerse como víctimas de un país en el que la violencia extrema se ha salido del ámbito criminal para invadir la intimidad de todos.

Lo que se viene es dolor contenido; la búsqueda de algo que no se sabe con precisión qué es. Son momentos de tensión, son recuerdos que se asoman por el testimonio del reo y los ojos empañados de ella; el valor para confrontar la pérdida y dos víctimas de un entorno social que los han llevado a los extremos. Ahí, justamente al verse, sin nada del uno ni del otro, pero unidos por una tragedia. El dolor de ella es el de una viuda que se hace pasar por investigadora para conocer los detalles de la muerte de su esposo que estaba secuestrado.

Cuando había granadas en noviembre es una obra de teatro escrita y protagonizada por Leticia Huijara, bajo la dirección del reconocido Mario Espinosa. Ellos, en conjunto con el actor Raúl Briones y un equipo de producción encabezado por David Castillo, han armado una puesta en escena que explora la tensión emocional de manera excepcional. Tan solo al concluir esa escena, la actriz ya ha logrado que el espectador tenga un nudo en la garganta y el personaje de Briones ya ha mostrado que no es un hombre desalmado.

Raúl Briones y Leticia Huijara

Raúl Briones y Leticia Huijara protagonizan “Cuando había granadas en noviembre”.

“No es común que las parejas de los asesinados en secuestros quieran entrevistar y hacerse pasar por otra persona para hablar con los secuestradores”, explica el director Mario Espinosa, en entrevista con Gatopardo. “En este caso, él no es el gran responsable, sino que participa en el crimen por bestia, no se siente secuestrador aunque lo es, porque sí era parte de la banda aunque no el autor intelectual”.

El eje dramático por el que mueve Cuando había granadas en noviembre es un sentimiento de deuda que hace que ella busque la confrontación con el reo, sin saber que eso la llevará a desnudar su propia personalidad. “Ella lo hace por necesidad, tiene un sentimiento en el que más que el dolor de la pérdida, se siente traicionada por la víctima porque se murió, cosa que sucede mucho con los muertos de cada uno. Nos enojamos porque nos dejan”, dijo el realizador.

“Dicen que los sentimientos son el camino intermedio entre el pensamiento y la emoción, el sentimiento ya tiene procesado una parte del pensamiento: un sentimiento es emoción con pensamiento. Es a través de ver este caso que espero que haya una empatía con el público sobre un tema que está tratado por un punto de vista especial”, agregó.

En esta ocasión, Leticia Huijara se puso a prueba como dramaturga en esta historia que en el fondo esconde un mensaje amoroso. “Tengo esta sensación de que en cada historia de amor hay una posibilidad de redención de muchas cosas. El motivo por el que ella llega a la cárcel a entrevistar a este hombre pasa porque detrás de eso hay una historia de amor muy fuerte”, afirmó en entrevista.

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Si bien es cierto que Cuando había granadas en noviembre tiene como contexto una situación de secuestro, no es una crítica social sobre el tema sino que concentra su fuerza en el tema de la reconciliación y aceptación de la pérdida: “No se trata del secuestro sino del proceso de cura. Lo que buscamos es reflexionar con ese proceso la manera de ubicar en qué lugar estamos y qué tenemos que hacer para seguir viviendo”, comentó Espinosa.

“Es una obra que habla de la situación de violencia en que vivimos, de la falta de expectativas en todos los sentidos, desde laborales a económicas, de esta distancia cada vez más grande entre los que tienen y los que no tienen nada. El secuestro es uno de los temas que toma pero sobre todo habla de la reconciliación, de la necesidad de mirar a los otros, de que nos perdonemos como sociedad porque vivimos en entornos durísimos y no terminamos de entender qué nos está sucediendo”, agregó Huijara.

La actriz comenzó su faceta como escritora en 1998, en el taller de Vicente Leñero, en donde se sembró la semilla de esta puesta en escena ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia Víctor Hugo Rascón Banda 2014. En esa ocasión, Huijara ganó de forma anónima, como una forma de evitar el prejuicio creativo. “De pronto, cuando eres actriz y escribes, buscas que te tomen con seriedad como escritora. Porque cuando el conocimiento que tiene la gente de ti es como actriz, cuando levantas la mano en otro rubro se vuelve algo complicado”, dijo.

Antes de esta obra publicada en coedición por Conaculta y la Universidad Autónoma de Nuevo León, Leticia Huijara ganó el Premio Matilde Landeta en el 2006, con uno de sus guiones para cine, y en el 2009 estrenó la puesta en escena Juntos y felices en el Teatro La Capilla.

Cuando había granadas en noviembre comenzará su temporada en el Teatro El Galeón, del Centro Cultural del Bosque, el próximo 13 de octubre y tendrá funciones de jueves a domingo hasta el 18 de diciembre, una interesante opción que reflexiona sobre la confrontación como una forma de sanar el dolor.

Cuando había granadas en noviembre
A partir del 13 de octubre, hasta el 18 de diciembre
Jueves a domingo
Teatro El Galeón, Centro Cultural del Bosque

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