La palabra “cartonero” en Argentina tiene una carga de insulto: llaman así a los recicladores informales que buscan y sacan materiales de la basura para subsistir. En veinte años el reciclaje pasó de ser casi un delito a convertirse en una industria pujante. Sergio Sánchez fue un hombre clave para su impulso: le hizo frente al hostigamiento de la policía y el gobierno, se convirtió en líder social y les consiguió seguridad social, jubilación y un sueldo fijo a los cartoneros afiliados.
No tardaron en aparecer cientos de cubre bocas, guantes y botellas de sanitizante arrojados a la naturaleza. Expertos apuntan que es un escenario peligroso que debe mitigarse, mientras se impulsa la utilización de materiales de protección amigables con el ambiente.