A orillas de la laguna Nichupté, en Cancún, Quintana Roo, existe el Malecón Tajamar. Este proyecto, iniciado por Fonatur, fue detenido hace seis años por riñas legales por la protección del ecosistema, y el territorio ha sido adoptado por los cancunenses como el espacio público que les faltaba. Hoy es una ventana de la ciudad a la laguna, la misma sobre la que se pretende construir un puente vehicular.
El ozono es bueno mientras se mantenga lejos de la vida humana y de su entorno. Allá arriba, a 32 000 metros de altura, se regenera a una tasa de cuatrocientos millones de toneladas métricas diariamente, sin molestar a nadie. Sin embargo, en nuestras ciudades se ha convertido en el principal contaminante que respiramos.