Fantasía en blanco y negro de Gabriel Mariño
“Ayer maravilla fui”, segundo largometraje de Gabriel Mariño, es una película sensual que roza la magia del cine fantástico.
Para su primer largometraje, Un mundo secreto (2013), el director mexicano Gabriel Mariño recurrió a la road movie para contar una historia íntima de desolación y búsqueda personal. En su segunda película, Ayer maravilla fui –estrenada en el XV Festival Internacional de Cine de Morelia–, Mariño vuelve a explorar la intimidad de su protagonista a partir de un viaje muy distinto. Las calles de la Ciudad de México, con las que dice tener una relación de amor-odio, son el escenario para una historia de amor poco convencional que plantea la pregunta: ¿podemos amar la esencia de una persona, sin importar su apariencia ni su cuerpo?
La historia, parcialmente inspirada en la fascinación de Mariño con la película de ciencia ficción La invasión de los usurpadores de cuerpos (1956), une elementos del cine fantástico con un realismo emocional enternecedor. “Desde el inicio teníamos la idea de hacer una fábula moderna o una historia con elementos fantásticos sobre un personaje que cambiara de cuerpo”, contó Gabriel Mariño a los medios de comunicación en el FICM.
Ayer maravilla fui se rodó sin guión, basada en un relato de 15 páginas y con una libertad inusitada para su excelente elenco, integrado por Siouzana Melikian, Rubén Cristiany, Sonia Franco y Hoze Meléndez –probablemente el actor joven más prometedor del cine mexicano–.
Emilio (Cristiany) es un hombre mayor que vive solo en su apartamento, rodeado de plantas y de pequeñas figuras hechas con cerillos. Su única relación valiosa es con Luisa (Melikian), una peluquera cuya verdadera pasión es el dibujo. Una mañana, Emilio despierta convertido en Ana (Franco), el cuerpo de una mujer joven con la misma esencia, recuerdos y conciencia de Emilio –y de sus encarnaciones previas–. Ana establece también una relación con Luisa y su amor parece trascender las limitaciones de su propia condición.
El flujo de un cuerpo a otro es irregular, como muestra el registro que El Ente –como se refiere Mariño a la esencia de su protagonista– lleva desde hace tiempo en una libreta. En un momento clave de la relación entre Luisa y Ana, El Ente despierta transformado en Pedro (Meléndez), un joven desesperado por volver a conectar con Luisa y que por primera vez parece en desacuerdo con su condición.
“Me gustaba la idea de alguien con la esencia de un ente que usurpara cuerpos”, agrega el cineasta. “Y por otro lado estaba mi relación amor-odio con la Ciudad de México y la fascinación que tengo por la ciudad. Entonces eso se fue conjuntando para dar vida a la historia de un viejo que tiene una amiga y de pronto cambia de manera abrupta, sin aspavientos. Un corte directo de que se duerme siendo un viejo y despierta siendo una mujer. Nos encantaba la idea de poder hacer algo así”.
Ayer maravilla fui es una película sensual, hipnótica, cuyo manejo de sonido, música y movimiento, además de la fotografìa en blanco y negro de Iván Hernández (Un mundo secreto), llevan al espectador en una danza de los sentidos. Su ritmo pausado y fluido es como el de una melodía dulce, suave, en la que hasta el mínimo detalle dice algo sobre sus personajes y sus motivaciones.
“Siempre me ha gustado construir imágenes interesantes, que cuenten cosas, que tengan varios planos de lectura, que nos inviten a pensar, a sentir, a reflexionar”, explica Mariño. “En ese sentido encontré a Iván que es mi cómplice mayor. Pensamos que el blanco y negro era funcional para contar esta historia porque te permite tener un pie en la realidad y otro pie en la evocación, en el recuerdo, entonces seguimos aceptando la convención de realidad pero hay algo alterado ahí”.
Ayer maravilla fui formó parte de la Selección Oficial en Competencia del XV FICM y ganó los premios a Mejor Actriz (Sonia Franco) y Mejor Primer o Segundo Largometraje.
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