Iluminar la tristeza
El cantautor canadiense Jordan Klassen busca lo positivo en la tristeza con su álbum «Javelin».
¿Qué sería del arte y la música si los artistas no vivieran alguna tragedia? Aunque grandes creadores se han inspirado para escribir finales felices, quienes escriben historias desgarradoras dejan una huella profunda en su audiencia. Para Jordan Klassen, cantautor canadiense, la música es más que una manera de superar estos episodios dramáticos. “Cuando lidias con algo, puede redimirse contigo, esto puede ser un cliché, pero hay que tomarlo como una experiencia de aprendizaje. Creo que entender por lo que he pasado me da más perspectiva”, dice Klassen en entrevista para Gatopardo, con motivo del lanzamiento de Javelin (Nevado, 2016), su cuarto álbum.
Klassen aborda temas difíciles que van desde relaciones fallidas hasta el cáncer que padeció su madre. En este abanico de historias se inscribe su permanente búsqueda de “la luz al final del túnel”, que para el músico ha significado un colorido espectro de sonidos que iluminan el camino hacia la salida.
Reconocido como uno de los artistas folk más destacados y experimentales de su país de origen, Klassen salió de su zona de confort y dejó su estudio habitual en Vancouver para encerrarse en Sonic Ranch, en las afueras de El Paso, Texas, para grabar Javelin prácticamente solo: él produjo y tocó todos los instrumentos. “La idea de entrar, de ir a un nuevo lugar en el que no conocía a nadie, y producir un álbum por mi cuenta me daba miedo, y quería que el álbum fuera bueno, así que tomé el riesgo, pero sí tuve miedo”, cuenta Klassen, quien había producido antes a otros artistas, pero nunca a sí mismo.
En este álbum, Klassen enfrentó algunos retos creativos, como abrirle las puertas a sonidos más electrónicos y mantener el balance entre la experimentación y los reconfortantes sonidos acústicos que lo han convertido en un favorito de su escena local. “Musicalmente, creo que se mezclaron de manera orgánica, etérea y fantástica. Además hay algunos elementos electrónicos viejos… usamos sintetizadores viejos y el sonido es increíble, es un equipo muy genial”, cuenta el músico, destacando la influencia que tuvo en Javelin la música new age de los 90 que escuchó mientras crecía.
Esta mirada a la música retro es también un agradecimiento a su mamá —quien empieza a mejorar—, cuyo trabajo como compositora y pintora alentó a Klassen a seguir en las artes. “Ella también hace música, así que había muchos discos en la casa en la que crecí, y a ella siempre le gustó lo que la gente llama world music, así que tomé algunas de las cosas que ella ama. Es una persona muy creativa”, comenta.
Javelin, disponible en México desde mediados de febrero, es una forma en la que Klassen documenta las sensaciones negativas para convertirlas en lecciones para el futuro. Les da un ángulo esperanzador en lugar de hacer una banda sonora para la tristeza. El músico sabe que mostrar sus sentimientos tiene un grado de riesgo, confía que esto pueda ayudarle a más personas. “Creo que es eso lo que cambia a la gente… Saber que estoy siendo vulnerable y saber que eso puede mover a la gente es parte del trabajo. Me da seguridad saber que estoy haciendo algo positivo por otras personas”, concluye.
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