MUTEK MX, escuchar en serio
El festival de música electrónica y artes digitales ahora se consagra en el Anahuacalli.
Traer MUTEK a México y mantenerlo durante 15 años ha sido una dedicación de vida, así lo asegura Damián Romero. En sus primeras ediciones, Romero y su equipo hacían todo prácticamente gratis y aún no entiende muy bien cómo fue que aquello funcionó, pues no tenían ningún respaldo financiero para tomar riesgos. Lo que hoy es un festival consolidado, en aquel entonces era la obsesión personal de un pequeño equipo con dinámicas de familia disfuncional, que se comprometió con un proyecto por pura pasión.
Si bien se trata de un escaparate internacional que ya existía años atrás en Montreal, su ciudad de origen, lograr que cobrara vida en México ha sido mucho más que remar contracorriente. MUTEK es una plataforma dedicada a la promoción y difusión de música electrónica y artes digitales que, sobra decirlo, dos décadas antes eran conceptos mucho menos que incipientes en cuanto a la oferta y producción nacional.
“No vivimos en un lugar en el que estemos orgullosos de las políticas culturales y hablar de 15 años atrás es como hablar de la prehistoria, sobre todo cuando se trata de un festival que tiene su eje principal en la tecnología”, dice Romero en entrevista con Gatopardo. MUTEK llegó a México cuando no había teléfonos inteligentes ni redes sociales, y desde entonces se ha vivido una revolución digital y de acceso a la información que nos ha lanzado, literalmente, a otra era que, por supuesto, se ha traducido en redes culturales y artísticas más amplias y diversas. “En los primeros años, la comunidad artística local era muy pequeña y no estaba conectada al extranjero. Era un grupo de gente enojada, incomprendida y sin espacios. No había audiencias y tampoco había herramientas como el internet de hoy para generarlas”, recuerda. “Había que viajar para descubrir música y libros nuevos o esperar a que alguien los trajera de fuera para intercambiarlos. No había promotores aventureros, sino contenidos repetitivos y formuláicos”.
En estos 15 años MUTEK ha traído a México genios del sonido y de las luces; música, instalaciones, vibraciones y sensaciones que parecen de otro planeta, a través de más de 500 artistas de todas partes del mundo. Muchos de ellos han sido grandes favoritos de sus organizadores: Robert Henke, Nils Frahm, Amon Tobin, Alva Noto, Jon Hopkins y Jan Jelinek, entre muchos otros. Al mismo tiempo, el festival se ha convertido en una plataforma fundamental para artistas mexicanos que buscan abrirse camino en la música experimental. Por sus escenarios ha pasado Murcof, Leslie García, Siete Catorce y Latinsizer, aunque la lista es más larga.
Hoy la ciudad, su oferta y sus conversaciones son otras. Damián Romero solía tomar vuelos para visitar en Asia o Europa a músicos, artistas y promotores culturales, pero ahora están viniendo a México por cuenta propia y, en muchos casos, llegaron para quedarse. Sin embargo, eso no significa que las cosas sean más fáciles. El año pasado, cuando el festival estaba a punto de celebrar su edición XIV, el temblor del 19 de septiembre los obligó replantear en un par de semanas la organización de un evento que les había tomado un año. “En este caos en el que vivimos, las cosas suceden de una manera muy particular, se genera un color y un sabor que no se ve en ningún otro lugar, y que es el lado positivo de construir aquí”, dice. Al igual que muchos habitantes de esta ciudad, MUTEK se considera un sobreviviente del año pasado y, según su director, la de este 2018 será una edición muy especial, más fuerte y llena de sorpresas.
Fiel a su compromiso de ofrecer experiencias multidisciplinarias que hacen de la arquitectura y los espacios un protagonista más, el evento inaugural de este año será en el Museo Anahuacalli. Ahí se presentarán Kazuya Nagaya y Florence To, Line Katcho y Wolfgang Voigt, con su proyecto Gas. La experiencia promete ser difícil de olvidar.
A lo largo del festival se presentarán también Apparat, Atom TM Errorsmith, Nathan Fake, Robert Lippok, Croatian Amor, Visible Cloaks, Varg y Actress. Para la clausura, en el Museo Tamayo, los alemanes de Brandt Brauer Frick harán equipo con la Orquesta Filarmónica Mexiquense para interpretar, con instrumentos sinfónicos, música construida y compuesta como techno. El resultado, tan extraño como suene, pondrá a bailar a los asistentes con música de orquesta.
A diferencia de otros festivales en los que la gente muchas veces le presta más atención al aspecto social que a la música, a MUTEK se va a escuchar en serio, a abrir los sentidos, descubrir nuevos artistas y vivir experiencias, que si bien se pueden compartir, nunca se perciben igual. A pesar de los retos, para Damián Romero estos 15 años de festival se resumen en satisfacciones. “La energía es muy densa, muy colaborativa.
El público es muy exigente, pero eso es consecuencia del México que vivimos hoy”.
*Fotografías cortesía de MUTEK MX.
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