Un animal mitológico conformado por un jaguar, un antílope y un águila real es el ícono que representa al nuevo Mezcal Creyente, un místico e impecable ensamble de extraordinarios mezcales de las regiones de Tlacolula y Yautepec, en Oaxaca. El jaguar representa su cuerpo suave, complejo y aterciopelado, el antílope sus notas dulces, frutales y herbáceas, mientras que el águila real es la elegancia de su sabor a madera de mezquite ahumada.
Mezcal Creyente está compuesto 100% de agave espadín, con un sabor suave pero complejo, donde ambas regiones se unen para formar esta expresión mística. “Tenemos la creencia de que todo es posible y eso se refleja en este mezcal que está muy fuera de lo común”, dice Rodrigo Calvo, Brand Manager de Mezcal Creyente. “Tlacolula le aporta los sabores del valle y Yautepec los de la falda de la sierra. El resultado es un mezcal de mucha textura, pero con notas dulces y cítricas muy amigables que te permiten tomarlo constantemente”, explica.
Este mezcal organizó recientemente un evento en Puerto Escondido, donde Casa Wabi y la espléndida arquitectura de Tadao Ando fueron la sede en donde se dio a conocer. “Elegimos este lugar porque es un espacio donde naturaleza y arquitectura se unen en un solo ambiente, y en ese sentido es un lugar que tiene la tensión que la marca representa”, dice.
En el evento hubo también una exhibición de fotografías del artista Fernando Marroquín, en cuyas obras los elementos naturales como el mar, el cielo y la tierra aparecen difuminados, sin fronteras, en unidad. “Al igual que esas imágenes, nuestro mezcal de alguna manera logra desdibujar la línea entre lo posible y lo imposible”, dice Calvo. Él, al igual que los creadores de Mezcal Creyente, recomienda tomarlo de la forma más tradicional: acompañado de una rodaja de naranja y sangrita.
***También te recomendamos:De un mezcal al cabaret en el Centro HistóricoPasillo de Humo: Oaxaca, desde la cocina
¡Gracias!
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Mezcal Creyente se caracteriza por tener un sabor suave pero complejo, inspirado en la tradición de las regiones de Tlacolula y Yautepec.
Un animal mitológico conformado por un jaguar, un antílope y un águila real es el ícono que representa al nuevo Mezcal Creyente, un místico e impecable ensamble de extraordinarios mezcales de las regiones de Tlacolula y Yautepec, en Oaxaca. El jaguar representa su cuerpo suave, complejo y aterciopelado, el antílope sus notas dulces, frutales y herbáceas, mientras que el águila real es la elegancia de su sabor a madera de mezquite ahumada.
Mezcal Creyente está compuesto 100% de agave espadín, con un sabor suave pero complejo, donde ambas regiones se unen para formar esta expresión mística. “Tenemos la creencia de que todo es posible y eso se refleja en este mezcal que está muy fuera de lo común”, dice Rodrigo Calvo, Brand Manager de Mezcal Creyente. “Tlacolula le aporta los sabores del valle y Yautepec los de la falda de la sierra. El resultado es un mezcal de mucha textura, pero con notas dulces y cítricas muy amigables que te permiten tomarlo constantemente”, explica.
Este mezcal organizó recientemente un evento en Puerto Escondido, donde Casa Wabi y la espléndida arquitectura de Tadao Ando fueron la sede en donde se dio a conocer. “Elegimos este lugar porque es un espacio donde naturaleza y arquitectura se unen en un solo ambiente, y en ese sentido es un lugar que tiene la tensión que la marca representa”, dice.
En el evento hubo también una exhibición de fotografías del artista Fernando Marroquín, en cuyas obras los elementos naturales como el mar, el cielo y la tierra aparecen difuminados, sin fronteras, en unidad. “Al igual que esas imágenes, nuestro mezcal de alguna manera logra desdibujar la línea entre lo posible y lo imposible”, dice Calvo. Él, al igual que los creadores de Mezcal Creyente, recomienda tomarlo de la forma más tradicional: acompañado de una rodaja de naranja y sangrita.
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Mezcal Creyente se caracteriza por tener un sabor suave pero complejo, inspirado en la tradición de las regiones de Tlacolula y Yautepec.
Un animal mitológico conformado por un jaguar, un antílope y un águila real es el ícono que representa al nuevo Mezcal Creyente, un místico e impecable ensamble de extraordinarios mezcales de las regiones de Tlacolula y Yautepec, en Oaxaca. El jaguar representa su cuerpo suave, complejo y aterciopelado, el antílope sus notas dulces, frutales y herbáceas, mientras que el águila real es la elegancia de su sabor a madera de mezquite ahumada.
Mezcal Creyente está compuesto 100% de agave espadín, con un sabor suave pero complejo, donde ambas regiones se unen para formar esta expresión mística. “Tenemos la creencia de que todo es posible y eso se refleja en este mezcal que está muy fuera de lo común”, dice Rodrigo Calvo, Brand Manager de Mezcal Creyente. “Tlacolula le aporta los sabores del valle y Yautepec los de la falda de la sierra. El resultado es un mezcal de mucha textura, pero con notas dulces y cítricas muy amigables que te permiten tomarlo constantemente”, explica.
Este mezcal organizó recientemente un evento en Puerto Escondido, donde Casa Wabi y la espléndida arquitectura de Tadao Ando fueron la sede en donde se dio a conocer. “Elegimos este lugar porque es un espacio donde naturaleza y arquitectura se unen en un solo ambiente, y en ese sentido es un lugar que tiene la tensión que la marca representa”, dice.
En el evento hubo también una exhibición de fotografías del artista Fernando Marroquín, en cuyas obras los elementos naturales como el mar, el cielo y la tierra aparecen difuminados, sin fronteras, en unidad. “Al igual que esas imágenes, nuestro mezcal de alguna manera logra desdibujar la línea entre lo posible y lo imposible”, dice Calvo. Él, al igual que los creadores de Mezcal Creyente, recomienda tomarlo de la forma más tradicional: acompañado de una rodaja de naranja y sangrita.
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Mezcal Creyente se caracteriza por tener un sabor suave pero complejo, inspirado en la tradición de las regiones de Tlacolula y Yautepec.
Un animal mitológico conformado por un jaguar, un antílope y un águila real es el ícono que representa al nuevo Mezcal Creyente, un místico e impecable ensamble de extraordinarios mezcales de las regiones de Tlacolula y Yautepec, en Oaxaca. El jaguar representa su cuerpo suave, complejo y aterciopelado, el antílope sus notas dulces, frutales y herbáceas, mientras que el águila real es la elegancia de su sabor a madera de mezquite ahumada.
Mezcal Creyente está compuesto 100% de agave espadín, con un sabor suave pero complejo, donde ambas regiones se unen para formar esta expresión mística. “Tenemos la creencia de que todo es posible y eso se refleja en este mezcal que está muy fuera de lo común”, dice Rodrigo Calvo, Brand Manager de Mezcal Creyente. “Tlacolula le aporta los sabores del valle y Yautepec los de la falda de la sierra. El resultado es un mezcal de mucha textura, pero con notas dulces y cítricas muy amigables que te permiten tomarlo constantemente”, explica.
Este mezcal organizó recientemente un evento en Puerto Escondido, donde Casa Wabi y la espléndida arquitectura de Tadao Ando fueron la sede en donde se dio a conocer. “Elegimos este lugar porque es un espacio donde naturaleza y arquitectura se unen en un solo ambiente, y en ese sentido es un lugar que tiene la tensión que la marca representa”, dice.
En el evento hubo también una exhibición de fotografías del artista Fernando Marroquín, en cuyas obras los elementos naturales como el mar, el cielo y la tierra aparecen difuminados, sin fronteras, en unidad. “Al igual que esas imágenes, nuestro mezcal de alguna manera logra desdibujar la línea entre lo posible y lo imposible”, dice Calvo. Él, al igual que los creadores de Mezcal Creyente, recomienda tomarlo de la forma más tradicional: acompañado de una rodaja de naranja y sangrita.
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Mezcal Creyente está compuesto 100% de agave espadín, con un sabor suave pero complejo, donde ambas regiones se unen para formar esta expresión mística. “Tenemos la creencia de que todo es posible y eso se refleja en este mezcal que está muy fuera de lo común”, dice Rodrigo Calvo, Brand Manager de Mezcal Creyente. “Tlacolula le aporta los sabores del valle y Yautepec los de la falda de la sierra. El resultado es un mezcal de mucha textura, pero con notas dulces y cítricas muy amigables que te permiten tomarlo constantemente”, explica.
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