Ocelote es una prueba más de que México es un país que produce propuestas ingeniosas en la moda con­temporánea. Este proyecto parte de la necesidad de fabricar piezas esenciales —sencillas como una ca­miseta de algodón— de la más alta calidad y en ma­teriales diversos, que se adecuen a distintos estilos de vida y ambientes, sin dejar de ser asequibles para más de un segmento socioeconómico. Su historia inició en 2015, con el desarrollo de ropa de uso coti­diano que, sin embargo, destaca por la calidad de sus textiles y la atención en los acabados.

César Flores Valdez, creador de Ocelote, de 35 años, es un mercadólogo de profesión, originario de Monclova, Coahuila, que encontró en el diseño de modas un medio para expresar sus ideas. Flores Valdez cons­truye cortes y estilos que parten de la simplicidad e introduce un patrón singular en cuanto a las propor­ciones: sus diseños reconfiguran el ajuste tradicional de las prendas al cuerpo, en una estética renova­ da, de caídas holgadas, que se adapta a siluetas he­terogéneas. En la confección de apenas dos tallas únicas, ofrece comodidad y libertad con una propues­ta unisex. Su línea de diseño proyecta la fuerza del lado femenino en lo masculino y a la inversa.

Fotografía cortesía de Ocelote.

La secuencia matemática de Fibonacci (una suce­sión de cifras que van resultando de la suma de los números anteriores) es el sistema detrás del proceso creativo de Flores, porque toda colección encuentra su inspiración en la línea que la antecede y evoluciona entrega con entrega. Algunas prendas se retoman, con la adición de sutiles alteraciones, de manera que todas conservan un poco de las que las precedieron.

Fotografía cortesía de Ocelote.

En 2019, Nike reconoció su visión transgresora de los paradigmas de la costura y seleccionó a Ocelote para crear una colección en conjunto: I Need Some Air. Esta colaboración posicionó la marca en pasarelas de relevancia internacional. “Elegante y ágil”, como Flores Valdez describe al felino que nombra su marca, Ocelote ha vestido a celebridades a escala mundial de la escena musical.

Fotografía cortesía de Ocelote.

En un lapso de seis años, diversificó su producción textil y ha logrado competir con firmas extranjeras. Este proceso de maduración surge del viaje personal y emotivo de este joven diseñador, y de su entorno académico —encaminado a lo comercial y adminis­trativo—, que le permitió definir con claridad y desde un inicio el concepto de su marca, los rasgos caracte­rísticos que generaron un vínculo con su público a través del sentido de pertenencia. Hoy, Ocelote es una alternativa de prendas para la rutina ordinaria y, a poco más de un lustro, ha evolucionado y se arriesga con su incursión en el diseño de piezas statement.

Fotografía cortesía de Ocelote.

“La idea de la próxima colección ya está comple­tamente definida. No va a ser una colección de bási­cos, va a ser una colección de colección”, dice sobre este nuevo momento en el que encuentra una vía para experimentar con texturas, colores y formas bajo su planteamiento principal: “La simplicidad es la forma más compleja de expresión”.