Tiempo de lectura: 4 minutosEn los últimos años, las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza se han colocado en el centro de una discusión que apunta a un cambio cultural global en la forma de hacer negocios. Lo que antes parecía un esfuerzo de nicho es hoy un elemento central para el desarrollo, que ya no puede ir en contrasentido a la protección del medio ambiente y la conciencia social.
En el caso de Vesta, la empresa mexicana dedicada a la administración y desarrollo de parques industriales, fue un sello de origen. Desde su fundación, su estrategia quedó orientada al fortalecimiento de componentes comerciales clave, vinculados a criterios ESG (Environmental, Social and Governance), tema en el que al día de hoy se ha convertido en un referente. Preocupada por que el desarrollo vaya de la mano con la conciencia social, Vesta diseña complejos industriales éticos y responsables, comprometidos con el medio ambiente, pero también con el crecimiento económico y la generación de empleos, la transferencia de conocimientos y la conectividad a través de infraestructura inteligente, todo con la finalidad de mejorar la calidad de vida de quienes la rodean.
En 2012, la firma apostó definitivamente por los indicadores de eficiencia con la elaboración del Manual de Construcción Sustentable, que incorporó estándares más altos de sustentabilidad a nivel internacional para reducir el impacto ecológico de los desarrollos, tanto en el diseño como en la construcción. Un año antes, la firma se adhirió al Pacto Mundial, confirmando su compromiso con los temas sociales, ambientales y de gobernanza.
“Cualquier empresa en nuestro sector debe actuar responsablemente con el medio ambiente y la sociedad por el impacto que tenemos en ellos. Es una disciplina. Afortunadamente, en Vesta esto no es nuevo. Es algo que llevamos haciendo hace más de diez años y es muy natural a nuestra forma de ver el mundo, es parte de nuestro ADN”, explica Juan Sottil Achutegui, director financiero de Corporación Inmobiliaria Vesta.
Este año fueron la primera firma en Latinoamérica en colocar un bono por 350 millones de dólares en el mercado internacional y cuentan con una estrategia integral que incluye un programa de compromiso con sus grupos de interés, una política de Responsabilidad Social, Medio Ambiente y Gobernanza, así como una Política de Inversión Social, entre muchas otras encargadas también de velar por la diversidad e inclusión, así como los Derechos Humanos dentro de la organización.
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Además, Vesta se comprometió a que, en 10 años, el 28% de su superficie arrendable —hoy en más de 3 millones de metros cuadrados, distribuidos en 189 edificios industriales— contará con alguna certificación verde, como la certificación Leadership in Energy and Environmental Design (LEED), entre otras, es decir, que incorporará aspectos relacionados con eficiencia energética, el uso de energías alternativas y la eficiencia del consumo de agua, entre otros.
En 2013, Vesta obtuvo su primera certificación LEED, en el edificio Bombardier, del Parque Aeroespacial de Querétaro, un inmueble de 17 mil 064 metros cuadrados. Los aspectos de esta certificación incluyen la reducción en el consumo de agua, un plan de manejo de residuos y el uso de materiales de construcción reciclados, entre otros.
La certificación LEED califica los proyectos según el puntaje en Plata, Oro y Platino. Para que un edificio obtenga la certificación otorgada por el Instituto de Certificación de Edificaciones Sustentables (GBCI) debe obtener arriba de 40 puntos de los 110 posibles en diferentes créditos. En los años subsecuentes, Vesta logró otras 10 certificaciones más para tener 322 mil 417 m2 (equivalente a 11.10% de su portafolio) con algún grado.
Seguir los lineamientos del Manual de Construcción Sustentable relacionados a materiales específicos, puede llegar a reducir aproximadamente el 50% de la cantidad de energía necesaria para mantener la temperatura ambiente dentro de una nave industrial, dependiendo de su ubicación, mientras que la implementación del alumbrado exterior a base de luminarias LED puede disminuir el consumo anual de energía en 40 %.
Además, el desarrollo de edificios sustentables genera plusvalía y resiliencia para el proyecto y eleva la tasa de ocupación contra un edificio convencional. Vesta lo sabe y cuenta no sólo con espacios sustentables, sino armónicos. Vale la pena destacar que, en medio de la contingencia ocasionada por la Covid-19, la compañía desarrolló un Protocolo de Estándares Operativos de Salud y Seguridad para proteger no solo a sus colaboradores, sino también a sus proveedores y trabajadores administrativos de sus parques.
En temas de gobernanza, Vesta se destaca por un gobierno corporativo ejemplar y en 2020 se sumó a los signatarios de los Principios de Inversión Responsable de la ONU. Además, cuenta con un Consejo de Administración con 8 de 10 miembros independientes, y 6 Comités Operativos que apoyan al Consejo en sus funciones.
Vesta arrancó operaciones en 1998 con el objetivo de convertirse en uno de los desarrolladores de inmuebles industriales y centros de distribución más importantes del país. En 2012 se convirtió en una empresa pública. Para cumplir sus metas y ejercer la Responsabilidad Social Corporativa, fue fundamental equilibrar la estrategia de negocios, el compromiso social y el cuidado del medio ambiente; de tal forma que, en 2020, actualizó su Estrategia de ESG, alineada a la Estrategia Nivel 3 de la compañía.
Actualmente la empresa, convencida de la importancia de invertir en las poblaciones más vulnerables, tiene presencia en 15 estados del país y en los próximos años crecerá a un ritmo acelerado, pero de forma sensible y resiliente, aportando un valor agregado a sus nuevos destinos y creando alianzas estratégicas con empresas, gobierno y organizaciones de la sociedad civil en las comunidades en las que se encuentran, para contribuir a su bienestar y calidad de vida, tal y como ha hecho hasta ahora en su esfuerzo constante por hacer de México un mejor país.