Tiempo de lectura: 5 minutosSe le ve sonriente. Viste una camisa a cuadros y pantalón oscuro. La compañía no parece incomodarlo. La publicación de una fotografía del gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, con tres líderes del narcotráfico no se convirtió en un escándalo mayúsculo, ¿por qué? El tercer mejor goleador de la selección nacional, ahora convertido en mandatario estatal, parece que evitó el huracán político. Lejos de separarse del cargo o estar dispuesto a que lo investiguen las autoridades, intentó un desmarque y apostó por una gambeta que aún no se sabe si dará resultados. Tras la publicación de la imagen en la que aparece, abrazado, con Irving Solano, de Guerreros Unidos, Homero Figueroa, del Comando Tlahuica, y Raymundo Castro, del Cártel Jalisco Nueva Generación (organizaciones delictivas con fuerte presencia en el estado que gobierna), el exfutbolista aseguró desconocer el lugar y la fecha en que fue tomada la fotografía. Incluso se atrevió a más: no descartó que en un futuro surjan imágenes similares porque él a nadie le niega una foto. “Imagínate que le pregunte a cada persona: ‘Oye, ¿quién eres tú?, ¿a qué te dedicas?’ Me he encontrado a muchísimos en discotecas y bares. Me he tomado fotos cuando era futbolista”, respondió ante los reporteros un día después de que la noticia saliera en El Sol de México.
Cuauhtémoc es una mutación digna de considerarse: un exfutbolista excepcional, referente del club América, un mandatario estatal que no descarta competir por la Presidencia de la República en 2024, protagonista de escándalos en las canchas y la arena política, gobernador que se siente apoyado por el presidente de México y que ahora enfrenta acusaciones por presuntos vínculos con el crimen organizado.
El escritor y periodista Héctor de Mauleón no se explica el “escudo de protección” del que parece gozar el exjugador del América. En una entrevista en el programa Así las cosas de W Radio, reflexiona sobre lo acontecido: “La fotografía da para que se haga una investigación amplísima, para que el gobernador hubiera renunciado o solicitado licencia, por lo menos, en lo que se aclaraba. Aparece retratado con tres objetivos prioritarios del estado de Morelos, pero no pasada nada: todo se queda en un ‘no me acuerdo’ y todos se dan por bien servidos”.
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Y sí: las acometidas en contra del gobernador, por parte de sus opositores políticos, han resultado poco eficaces. El presidente de la Comisión de Seguridad y Justicia del Congreso de Morelos, Julio César Solís Serrano, declaró que solicitaría a la Fiscalía General de la República el inicio de una investigación, pero a la fecha no ha interpuesto la denuncia. Quienes sí lo hicieron fueron Enrique Paredes, integrante del partido local Movimiento Alternativa Social, y un grupo de 11 diputados locales ante la Fiscalía General de Morelos. El tema no ha sido retomado por gobernadores de otros estados de la República, las dirigencias nacionales de los partidos políticos no se han manifestado y nada de ello se ha hablado en las conferencias matutinas diarias de Palacio Nacional. El silencio huele raro. Son intentos de embates que se quedan en amagues.
Sin embargo, la sonrisa pícara que caracterizaba a Blanco como jugador ha desaparecido en su desempeño como político. Sus ojos de delantero ahora juegan a la defensiva. Su gesto endurecido de gobernador es muy diferente de la comodidad que transpiraba en el terreno de juego. En las entrevistas que otorga como servidor público, se le nota incómodo; evade cuestionamientos y a la primera oportunidad se refugia en su pasado como futbolista.
No fue sólo la fotografía… horas después de la publicación de la imagen apareció en Oaxtepec una narcomanta que lo acusaba de no respetar acuerdos con el crimen organizado y semanas antes trascendió que la Unidad de Investigación Financiera lo investiga a él y a algunos de sus familiares por lavado de dinero
Blanco observa con cautela en busca de otras intenciones, de preguntas que deriven en declaraciones que no quiere dar y, por más que lo asesora su círculo cercano, sus respuestas son, por decir lo menos, desaseadas. Pero –se debe decir– en esos tiempos de futbolista tampoco le gustaban los micrófonos. Así lo cuenta Alejandra Benítez, una reportera del diario Reforma que ha cubierto al América durante más de dos décadas. Según Benítez, Cuauhtémoc Blanco se sentía incómodo frente a los periodistas. Sólo después de un largo proceso y de cultivar la confianza accedía a dar declaraciones breves, aunque muchas veces atropelladas. Hoy que es político esa tendencia para gambetear a los medios de comunicación se ha vuelto mucho más evidente.
Semanas antes de la publicación de la fotografía, Gatopardo solicitó una entrevista con él. Transcurrieron cuatro meses antes de que aceptara. Finalmente se realizó en la Casa de Gobierno, un inmueble ubicado en la mejor zona de Cuernavaca. Ahí el gobernador futbolista contestó a las preguntas que nos intrigan desde hace mucho tiempo, principalmente: ¿en qué momento pasó de las canchas a la política?, ¿cómo fue que cambió los goles y las jugadas improbables, como la “cuauhtemiña”, por la administración pública? Ante esto se limitó a contestar que fueron unos “amigos” quienes lo invitaron a contender en 2015 por la presidencia municipal de Cuernavaca. Esos “amigos” son los hermanos Julio y Roberto Yáñez, exdirigentes del Partido Socialdemócrata. Ahora los hermanos Yáñez y el propio Cuauhtémoc se rehúsan a hablar de lo que ocurrió hace siete años. Los hermanos declinaron la entrevista y el gobernador evitó mencionar los nombres de los políticos morelenses. Sin embargo, para entender la incursión de Cuauhtémoc a la política hay que recordar la declaración que dio Roberto Yáñez ante el Instituto Nacional Electoral, luego de que éste iniciara una investigación por supuestas violaciones a la normativa electoral, y en la que refiere cómo fue que conoció al jugador y a su representante, José Manuel Sanz Rivera. La siguiente declaración consta en las actas del expediente con número INE/P-COF-UTF/112/2016/MOR:
“Yo conocí a Cuauhtémoc Blanco en noviembre del 2014, cuando nos reunimos mi hermano Julio Yáñez, José Manuel Sanz Rivera [representante del futbolista], Cuauhtémoc Blanco y un servidor en el restaurante La Aceituna, que está en la calle de Aristóteles en Polanco […] Ahí José Manuel Sanz le informó a Cuauhtémoc que ahora participaría como candidato a presidente municipal de Cuernavaca. Cuauhtémoc mencionó que no le gustaba la idea, pero que haría lo que él dijera, como siempre lo había hecho”.
Cuauhtémoc Blanco ha ganado en las dos contiendas electorales en las que ha participado. En las elecciones de 2015, cuando se convirtió en alcalde de Cuernavaca, obtuvo una ventaja de más de 8 mil votos sobre la candidata que quedó en segundo lugar y en 2018, en la elección para gobernador, más de 500 mil morelenses votaron por él –apenas obtuvo 134 mil sufragios el segundo lugar.
Cuauhtémoc Blanco reconoce que hay voces que cuestionan que un futbolista gobierne un estado de la República. “Todos me preguntan lo mismo, ‘¿qué es más fácil: el futbol o la política?’ La política está más cabrona que el futbol porque hay muchas traiciones, hay gente mala en la política. Hay gente que dice ‘¿cómo un futbolista puede llegar a ser gobernador o llegar a ser presidente municipal?’ Son muchas cuestiones. No les conviene que una persona que viene de abajo, una persona humilde, sencilla, esté metido en la política”.
Es, precisamente, su origen una de sus banderas del camino que viene. El futbolista se ha acomodado en el campo de la política. A pesar de las fotografías incómodas, los señalamientos de mantener relaciones con el crimen organizado y el aumento de los secuestros, feminicidios y homicidios dolosos en el estado que gobierna, Cuauhtémoc Blanco ha operado en el campo corto con jugadas de pared que le devuelven desde la Presidencia de la República. ¿Cuál es su apuesta para 2024? Su pasado como futbolista es reconocido, su presente como gobernador es criticado y su futuro a todos intriga.
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Las respuestas que el gobernador dio a esta entrevista pueden escucharse en el nuevo pódcast de Gatopardo: “¿En qué momento Cuauhtémoc Blanco pasó de goleador a gobernador?”, conducido por Javier Risco, disponible desde el 13 de enero de 2022 en todas las plataformas.