El amor se lleva en la sangre
Jimena Montemayor estrena “En la sangre”, una película sencilla que sin artificios busca dar voz a una historia anti-romántica.
En la sangre, ópera prima de Jimena Montemayor Loyo, busca conquistar al espectador a través de una propuesta independiente, con bajo presupuesto y contando una historia sencilla. A partir de un triángulo amoroso, la directora busca dar voz a una generación permisiva, no sólo en el ámbito sentimental sino en su estilo de vida. En la sangre, muy al estilo de The Dreamers (Bernardo Bertolucci, 2003), muestra las decisiones de quienes buscan un beneficio propio sin importar cómo impacte esto en sus relaciones personales.
Enamorada de la nueva ola del cine francés la directora y fotógrafa Jimena Montemayor, egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica, se inspiró en Rayuela, de Julio Cortázar, para construir esta historia. “Releyendo a Cortázar, noté que realmente era la voz de una generación, de una época y es como intenté hacer un homenaje”, explica Montemayor en entrevista con Gatopardo. “Me gustó retratar realmente el testimonio de una generación, de saber todo sobre ellos, qué música escuchan y qué ropa visten”. Para esta cinta, Montemayor también se guió por situaciones personales para escribir una historia más íntima con la que cerró algunos ciclos propios.
En la sangre presenta a Tomás (Juan Pablo Campa), Nadia (Camila Selser) y Mateo (Pedro de Tavira), tres personajes cuyas vidas están entrelazadas. Tomás y Nadia llevan un noviazgo sólido que de la noche a la mañana se encuentra en peligro. Uno de los factores que rompe con su cotidianidad es la llegada de Mateo, hermano de Tomás, quien tras estar una temporada estudiando en el extranjero regresa a la ciudad y se integra a esta relación. “El surrealismo es una herramienta constante en la película, yo quería jugar con los lazos que creamos en las relaciones”, dice Montemayor al destacar Nadja de André Breton como elemento fundamental que une a Mateo y Nadia.
En esta película no hay buenos ni malos, pues la directora resalta que “quería jugar con estos lazos que creamos y que a su vez pueden ser más fuertes los lazos de hermandad entre amigos que los de sangre”. A lo largo de 83 minutos, En la sangre muestra las decisiones arrebatadas de los personajes y cómo estas decisiones reestructuran sus prioridades y, lejos de entenderse como traiciones, exhiben a tres humanos que sólo quieren vivir.
Uno de los aciertos de En la sangre es su capacidad para desarrollar la transformación de las relaciones entre los protagonistas: la duda de Tomás de abandonarlo todo para estudiar en otro país, la incertidumbre de la que para Nadia era una historia de amor casi ideal y la soledad de Mateo que sin intención llega a romper la calma de una pareja estable. “Algunos amigos me han dicho que es la película más romántica para contar una historia tan anti romántica”, concluye Jimena Montemayor.
En la sangre llegará a salas comerciales a partir del 1 de julio.
Recomendaciones Gatopardo
Más historias que podrían interesarte.