La profecía de Ray Bradbury
A propósito del estreno de Fahrenheit 451 en HBO, especialistas abordan la obra de Bradbury como una alerta sobre un futuro posible.
El mundo dio un vuelco estremecedor el 8 de noviembre de 2016, cuando Donald Trump, el empresario, la celebridad y la estrella de los reality shows, ganaba las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. Las noticias falsas, la evasión de la verdad y los “hechos alternativos” en la guerra de Trump contra los medios de comunicación, se convirtieron en el pan de cada día en la Casa Blanca en Washington, D. C. “Son tiempos oscuros”, comentó el cineasta estadounidense- iraní Ramin Bahrani a sus productores de HBO, con quienes se encontraba adaptando el clásico de ciencia ficción, Fahrenheit 451, de Ray Bradbury.
Esta novela, publicada en los años del Macartismo, planteaba una sociedad futurista en la que el conocimiento intelectual se reducía al mínimo y los libros eran objetos prohibidos que eran destruidos por escuadrones de bomberos, con el fin de mantener la paz. Aunque cuando inició este trabajo Bahrani no estaba preocupado directamente por la política estadounidense, encontró en esta película una forma de abordar temas de la actualidad.
“Bradbury es uno de los grandes autores estadounidenses y escribió esta novela a principios de los años cincuenta”, cuenta el director en entrevista con Gatopardo. “Un salto al futuro y estamos aquí, con otras preocupaciones. Por supuesto que hay algunos temas políticos que me preocupan, pero me interesaba más hablar de la confluencia de la tecnología en la política, las redes sociales, la consolidación de internet como un poder superior.
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Desde su origen a principios del siglo XIX, la literatura de ciencia ficción ha permitido a los autores hablar veladamente de temas que de otra forma no podrían cuestionar. Bradbury no fue la excepción. “La ciencia ficción nos permite considerar problemas del mundo real de una forma especulativa que trasciende restricciones autoritarias alrededor de la creatividad o la libertad de la imaginación”, comenta en entrevista el Dr. Jonathan Eller, director del Centro de Estudios sobre Ray Bradbury, en la Universidad de Indiana. En su momento de publicación, dice, Fahrenheit 451 le permitió a Bradbury hablar sobre temas que le preocupaban sin atacar abiertamente la visión política de su época. “Los escritores de ciencia ficción podían criticar aspectos de la cultura indirectamente y ofrecer ideas del mundo sin una confrontación directa.”
En la película para televisión que produjo HBO y que se estrenó en sus plataformas hace unas semanas con los actores Michael B. Jordan, Michael Shannon, Martin Donovan y Sofía Boutella, entre otros, Bahrani plasmó cómo la responsabilidad de esa sociedad distópica recae en la humanidad misma, la que abre camino para la destrucción del conocimiento: al pedir la simplificación de contenidos y transformar el lenguaje en emoticones, eliminando el conocimiento heredado por generaciones.
Nunca antes Bradbury se ha sentido tan vigente con la actual proliferación de noticias falsas en redes sociales y la simplificación de contenidos con la lluvia de gifs y memes. “Vivimos en tiempos donde la falsedad y la verdad se vuelven difíciles de distinguir”, reflexiona el Dr. Phil Nichols, académico en la Universidad de Wolverhampton y agrega que: “La ciencia ficción es, desde luego, el género del ‘¿Qué pasa si…?’. Esto la hace eternamente popular, todos estamos interesados en especular cómo nuestro mundo podría ser diferente. Pero también es el género de la precaución”. A más de medio siglo de la publicación de Fahrenheit 451, una de las obras cumbre de Bradbury se renueva en tiempos donde títulos como Black Mirror, The Handmaid’s Tale o Westworld están teniendo éxito, con futuros estremecedores que podrían suceder si la humanidad no encuentra una manera de cambiar el rumbo.
“Bradbury aprobaba las modernas maravillas tecnológicas, pero en sus trabajos siempre hay un mensaje latente: ¿quién vigila a los vigilantes?, ¿quién monitorea el poder y las decisiones de quienes controlan las corporaciones? La adaptación de Fahrenheit 451 de HBO es un recordatorio coyuntural”, concluye Eller.
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