El festival que rompe fronteras
El Festival Internacional de Cine Judío en México (FICJM) celebrará su 16ª edición buscando establecer puentes y sortear barreras.
El cine siempre ha servido como un punto de encuentro. En una época como esta, en la que parece que la corriente popular parece invitar a destruir puentes y construir muros, el séptimo arte busca mantenerse como una herramienta para el entendimiento y la unión, propósito que también persigue el Festival Internacional de Cine Judío en México, que llega a su 16° edición manifestándose como un festival sin fronteras.
«Es una oportunidad de ver algo nuevo», comenta Isidoro Hamui, director del FICJM, en entrevista con Gatopardo. «Probablemente las historias suenan muy lejanas porque suceden en Medio Oriente o porque pasan en un pueblo de Estados Unidos, pero luego nos damos cuenta que todos tenemos los mismos problemas».
Para lograr sus propósitos, el equipo detrás del festival realiza una intensa labor de selección de películas, buscando siempre conservar el nivel del que presume el certamen y presentar las mejores películas disponibles, asistiendo a festivales (como Toronto, Berlín, Jerusalén, Cannes) y manteniendo una convocatoria abierta que busca ayudar y promover al cine independiente, especialmente el mexicano.
Además, el FICJM mantiene como propósito presentar opciones en diferentes géneros. «Buscamos películas para todo tipo de público, comedias, dramas, cintas que tocan temas sobre religión, diversidad sexual o política. Siempre buscamos más diversidad de contenido para que siempre haya una opción para todo tipo de cinéfilo», señala Hamui.
Al igual que en la programación del año pasado —donde se proyectó, entre otras, El repostero de Berlín, selección de Israel al Oscar—, las películas que integran el programa del 16° FICJM buscan hacer conciencia sobre la situación que atraviesan diversas partes del mundo, vistas desde la mirada de un interesante grupo de realizadores, la mayoría de ellos jóvenes y debutantes.
«Son películas ideales para discutir, para crear visiones propias de lo que está pasando en el mundo fuera de nuestras fronteras, por eso decimos que somos un festival sin fronteras», sentencia.
La 16° edición del Festival Internacional de Cine Judío en México se llevará a cabo del 18 de enero al 7 de febrero de 2019 en 7 ciudades de la República Mexicana.
Aquí las películas que componen la programación de este año:
Ser niño de nuevo
Este documental, dirigido por Gabriel y Moy Volcovich explora el día a día de once niños, de diferentes orígenes y características demográficas que habitan en Israel, arrojando una visión sincera sobre el conflicto que ocupa la zona y la juventud.
«Es muy lindo ver la visión de niños católicos, musulmanes y judíos en una sociedad que tiene tantos conflictos políticos y religiosos, porque te ofrece una perspectiva que no está tan sucia o viciada como la versión del mundo exterior», comenta Hamui.
El árbol de higo
Dos años después de incursionar en el cine con el cortometraje Facing the Wall (2016), la directora etíope Alamork Davidian regresa al cine con El árbol de higo (Fig Tree), película que fue galardonada con el premio Eurimages Audentia Award en el pasado Festival Internacional de Cine de Toronto.
En el filme, Betalehem Asmamawe interpreta a Mina, una joven que trata de encontrar un equilibrio entre su rutina marcada por la dictadura civil de Etiopía y los últimos días de su juventud, los cuáles pretende pasar junto a su novio. Sin embargo, sus planes se verán interrumpidos cuando su familia decide huir de la guerra y viajar a Israel.
Vaca roja
La joven directora israelí Tsivia Barkai debuta en el mundo del largometraje con Vaca roja (Para Aduma), un coming-of-age ubicado en los días que siguieron al magnicidio del político Isaac Rabin, Primer Ministro de Israel y Premio Nobel de la Paz, en 1995.
En el filme, estrenado en el Festival de Cine de Berlín y reconocido con el premio a Mejor Película en el Festival de Cine de Jerusalén, se exploran los conflictos que acompañan la vida de Benni (Avigail Kovari), una adolescente de 16 años que recientemente acaba de perder a su madre y encontrarse una vaca roja, señalada por su padre, un extremista religioso, como una señal del fin de los tiempos. Golpeada por la situación que atraviesa, Benni comienza a interesarse por temas políticos, sociales y sexuales que jamás habían llamado su atención.
El desafío
Inspirado en una historia real, el experimentado realizador africano Jean van de Velde lleva a la pantalla grande la historia del abogado sudafricano Bram Fischer en el drama El desafío (Bram Fischer), una de las películas más reconocidas del continente en los últimos años.
En el filme, Peter Paul Muller interpreta a Fischer, un abogado de renombre que defiende a un grupo de negros arrestados en la Sudáfrica del Apartheid. En ese grupo, pertenecientes a uno de los grupos de protesta en contra de la segregación racial, se encuentra un carismático hombre de nombre Nelson Mandela (Sello Motloung).
Los disidentes
1983. El empresario judío Yaakov Cohen (Shuli Rand) se ha cansado de ser segregado por su propia comunidad al ser considerado un paria. Como respuesta, Cohen decide establecer un frente sefaradí ultra ortodoxo (que poco después se convirtió en el Partido Ultraortodoxo) que busca competir por el gobierno de la municipalidad de Jerusalén. Con nada más que un par de amigos productivos, Cohen improvisa una campaña sin medios, conexiones y dinero, que busca llevar la justicia al centro de Israel.
Tras haber obtenido el éxito con la serie de televisión israelí Shababnikim, el joven cineasta israelí Eliran Malka se pone en la silla del director y ofrece en Los disidentes (The Unorthodox), un contundente y divertido mensaje anti-exclusión, en una época donde la separación parece volver a ser tomada en cuenta.
Pinsky
Heredera de la corriente más ligera del cine independiente estadounidense, Pinsky retrata la vida de Sophia Pinsky (Rebecca Karpovsky) una mujer independiente que parece tener la vida resuelta: tiene un trabajo, un departamento propio y una pareja que parece estable. Sin embargo, la noticia de la muerte de su abuelo desencadena una serie de emociones y fracturas que dan un giro de 180° a su vida. Motivada por su abuela (Larisa Popova), Pinsky regresa a la casa familiar para reiniciar su vida, aunque pronto se dará cuenta que su retorno, es en realidad un plan de su familia para emparentarla con Trevor (Jacob Brand), un amable chico judío.
Pinsky, galardonada en el Festival de Cine Independiente de Santa Fe, representa el debut en la dirección de la cineasta americana Amanda Lundquist, una eficiente asistente editorial y escritora que busca hacerse de un nombre propio en una industria controlada por las grandes compañías.
Tel Aviv en llamas
Ganadora del premio a Mejor Película y Mejor Actor en la sección Horizontes del Festival Internacional de Cine de Venecia, Tel Aviv en llamas (Tel Aviv on Fire) cuenta la historia de Salam (Kais Nashif), un apuesto palestino de 30 años que vive en Jerusalén y trabaja en la exitosa telenovela «Tel Aviv en llamas». Por su parte, Assi (Yaniv Biton), un comandante israelí cuya esposa es fanática del programa, decide contarle al joven sus propuestas para mejorar el show. Al ver el éxito que las ideas de Assi podrían generarle a la novela y a su carrera, Salam decide emprender un plan para involucrarse por completo en el equipo creativo de la novela.
«Es una visión muy palestina del conflicto, pero, al hacerla en forma de telenovela se permite mucho la comedia, tanto la comedia como se le conoce en las telenovelas, como la comedia que se conoce en el cine», explica Hamui sobre el filme, quinto trabajo en la dirección del cineasta palestino Sameh Zoabi.
Más en Gatopardo:
Clímax: La danza de la provocación
Cinco películas para conocer a Bernardo Bertolucci
Un diálogo con los mejores exponentes del documental en Latinoamérica
Síguenos en twitter
Recomendaciones Gatopardo
Más historias que podrían interesarte.