Josep Renau, el maestro del fotomontaje - Gatopardo

Josep Renau, el maestro del fotomontaje

Josep Renau, uno de los ejes principales de las vanguardias en España

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A simple vista, la serie “The American Way of Life”, de Josep Renau, podría catalogarse como parte del movimiento pop art que se consolidó en los años cincuenta. Sin embargo, la trayectoria del artista español data desde los treinta, donde gracias a su atrevimiento por experimentar con diversas técnicas plásticas logró consolidarse como uno de los pioneros en el fotomontaje, descontextualizando imágenes con el propósito de lanzar fuertes críticas políticas y sociales. Esto lo consagró como figura clave de la resistencia cultural española, desde el exilio.

Basta observar piezas como Celebridades norteamericanas, una de las 69 que conforman la serie que por primera vez se presenta en México como parte de la exposición “Gráfica en el exilio: Josep Renau en el periodo mexicano” —una conmemoración a 80 años del exilio español en el país—. En ésta, Renau golpeó irónicamente a los ídolos y valores estadounidenses de aquella época y los materializó en un collage que, a partir de archivos fotográficos de revistas como Life y Fortune, dotó de protagonismo a la bomba atómica, la silla eléctrica y el consumismo norteamericano. 

“Para él, la función esencial del arte era expresar un mensaje político y social, si no, no tenía sentido”, contó la curadora Paola Uribe a Gatopardo durante un recorrido por las salas de Casa del Lago de la unam, que alberga una de las más completas recopilaciones del multifacético artista nacido en Valencia, España, en 1907. 

Josep Renau exposición

Vista de la exposición «Gráfica en el exilio: Josep Renau en el periodo mexicano», en la Casa del Lago.

Aunque sin duda “The American Way of Life” (1949-1966) es la joya de la corona en la exposición —serie que inició un par de años después de su llegada a México en medio de tensiones políticas que concluyeron en el franquismo—, a lo largo de las salas se aprecia la evolución del trabajo de Renau desde sus inicios, concentrados en la pintura y la litografía, pasando por la policromía y el uso del aerógrafo, hasta su auge con el cartel y
 el juego de colores.

En esta última herramienta siempre dejó claros sus ideales de igualdad y progreso influenciados por el constructivismo ruso y el dadaísmo alemán, que le costaron que su obra y compromiso social fueran menospreciados en España, al estar afiliado al partido comunista. Esto le provocó su exilio, pese a ser una de las figuras más importantes del ámbito cultural, siendo director general de Bellas Artes y responsable de pedir a Pablo Picasso una obra para el pabellón español de la Exposición Universal de París de 1937, que culminó con el Guernica.

“Cuando terminó la Guerra Civil tuvo que salir de España, pero durante la travesía, junto a su familia, fue llevado a un campo de concentración en Francia, el Argelès-sur-Mer”, narra Uribe, “desde ahí el artista movió sus influencias para llegar a México, impulsado, entre otros motivos, por su voluntad por colaborar con el muralista David Alfaro Siqueiros”. Meses más tarde lograría su objetivo al participar en el mural Retrato de la burguesía, mismo que permanece en el edificio del sindicato de trabajadores de la electricidad. 

Josep Renau obra

El fascinante rey del petróleo, de la serie «The American Way of Life No. 11» (izquierda). Miss bistec de Chicago, de «The American Way of Life No. 18» (derecha).

Durante los 19 años que Josep Renau permaneció en México, nunca abandonó sus ideales comunistas, que pudo seguir explorando y materializando a través de sus trabajos gráficos en revistas mexicanas como Futuro y Lux, donde estuvo a cargo de un gran número de portadas que actualmente son expuestas en “Gráfica en el exilio”. A través de una basta colección, se puede apreciar cómo el símbolo del puño en alto, las bayonetas y el obrero se volvieron indispensables en cada una de sus obras, con el fin de lanzar un mensaje de aliento al nacionalismo mexicano y una fuerte crítica contra la dictadura española y, más tarde, contra los “yankees”. 

El sello de Renau fue evolucionando hasta llegar a la ampliación e intervenciones a color, incluso durante un tiempo trabajó diseñando los carteles de películas del Cine de Oro mexicano. “Sin duda su estadía en México le dio un sinfín de oportunidades de trabajar su arte para consolidar en lo que ahora podemos apreciar”, recalca Uribe. 

Luego de su boom en México, en 1958 se trasladó a Berlín donde continuó su exilio. Regresó a España en 1976, tras la muerte de Franco, para exponer junto a muchos otros artistas exiliados. Pero nunca dejó de residir en Alemania, país en el que hasta el día de su muerte, en 1982, continuó trabajando en su concepción del arte y la cultura como herramientas de agitación social.

“Gráfica en el exilio: Josep Renau en el periodo mexicano”
Hasta el 19 de mayo de 2019
Casa del Lago Juan José Arreola

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