Una separación es en sí misma un acto violento, un desgarre profundo, la suspensión del aliento. Dejar ir a quien se amó, con quien se hicieron miles de planes, se construyeron ilusiones, espacios, un hogar y hasta una vida, es una de las experiencias más dolorosas que existen. Es aceptar que esa persona se irá, pero no del todo, pues dejará marcas por todas partes: el alma, la piel, paredes, pisos y sueños; y aún así, se llevará consigo buena parte del otro. 

Una separación saca lo peor de cualquiera. Sin embargo, es un proceso que adquiere nuevas y despiadadas dimensiones cuando hay de por medio papeles firmados y que firmar, y lo más duro, un hijo. 

Scarlett Johansson y Adam Driver, protagonistas de la cinta.

En esencia, esa es la historia que cuenta Marriage Story, película protagonizada por Adam Driver y Scarlett Johansson bajo la dirección de Noah Baumbach. En ella, Adam interpreta a Charlie, un prodigio en la dirección de teatro independiente, con su propia compañía. Scarlett le da vida a Nicole, y la película comienza cuando él le lee a ella una carta, a modo de despedida.

“Lo que amo de Nicole: Es una gran bailarina, infecciosa; es una madre que juega — realmente juega. Da grandes regalos. Sabe cuando empujarme y cuando dejarme en paz”, dice en voz alta y frente a su terapeuta, en un consultorio demasiado iluminado como para hablar de sentimientos. 

La película cuenta la historia del divorcio de una pareja.

Esa, entre otras tantas, es la razón por la que ella decide no leer la carta que le escribió a él. Sin embargo, escenas más tarde sabemos que dice algo así: 

“Lo que amo de Charlie: Adora ser padre — tanto, que llega a ser molesto. Llora fácilmente en las películas. Es muy claro en cuanto a lo que quiere. Se viste muy bien y nunca se ve patético, algo que suele ser difícil para los hombres. Maneja muy bien todos mis cambios de humor y no me hace sentir mal por ello. Muy rara vez se asume derrotado, a diferencia de mí, que me pasa siempre…”.

Tras diez años de matrimonio, Nicole, la talentosa actriz principal de la compañía que dirige su esposo, siente que ha sacrificado demasiado, incluyendo a su familia y una posible carrera en su natal Los Ángeles, para formar parte de un sueño que no le es propio y que la ha vuelto cada vez más pequeña. Por su parte, Charlie, con una carrera en constante ascenso, no comprende por qué su pareja no encuentra en la vida que tienen la misma satisfacción que él, y no concibe mudarse a California, ni por los días soleados, ni por todo el “espacio”, que usan como argumento quienes intentan convencerlo. 

Scarlet Johansson figura como una fuerte contendiente a los premios Oscar.

La película, con grandes actuaciones de sus protagonistas, retrata entre pleitos desesperados el amor de unos padres a su hijo, por el que luchan a toda costa. Tras un intento inicial por no lastimarse más en el proceso y hacerle honor al inmenso cariño que aún se tienen, la pareja,  formada por dos seres humanos brillantes, complejos y apasionados, termina enredada en una guerra de abogados, interpretados por Alan Alda, Laura Dern y Ray Liotta. Los dos últimos, representantes de especie cuyo prestigio se construye a partir de exprimir al cliente de su contraparte, hasta dejarlo endeudado y emocionalmente devastado. 

Sin ser llegar a lo sobresaliente del clásico Kramer vs Kramer (1979), o a lo demoledor de Before Midnight (2013), Marriage Story es un retrato de ese momento en el que el amor, no necesariamente acaba, sino que hay que pasarle por encima para mantenerse a flote, cerrar un ciclo y volver a empezar, aunque eso implique dejar en el proceso las entrañas y un poquito más. 

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