“Sabemos que informar nos puede costar la vida. Y asumo ese precio”, dice el reportero Jesús González del periódico El Mañana en Tamaulipas, ante un auditorio que lo escucha en absoluto silencio.

Él, junto a Ernesto Aroche, director del medio Ladio B en Puebla y las reporteras Mayra Cisneros y Flor Hernández, estaban sentados en el escenario del auditorio del Museo Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México. Posaban para una selfie que Flor tomaba desde su celular. El público, asombrado por sus hazañas informativas en contextos de riesgo, empezó a mostrarse más relajado al verlos sonriendo.

Detrás del escenario está la pantalla donde se proyectó ante un recinto repleto Mensaje Interrumpido, un documental sobre la vida de estos cuatro periodistas comprometidos a informar pese a los obstáculos que implica ejercer este oficio. Uno de ellos, además de la violencia, es la impunidad que persiste en los delitos cometidos contra periodistas, pues 9 de cada 10 casos de desaparición o asesinato de estos profesionales, no son resueltos.

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Los asistentes a la proyección del documental Mensaje Interrumpido, presentado por Article 19 México y Centroamérica, conocimos a través de él la vida de Jesús González. Sabemos que, por cubrir nota roja lo «levantaron» y lo marearon a bordo de un auto. Sabemos que llegó al periodismo por una casualidad, aunque él dice que más bien fue por «error». En una ocasión antes de convertirse en periodista, un amigo suyo le prestó una acreditación de prensa para que la policía no lo detuviera por beber en vía pública. “De aquí soy”, cuenta Jesús bromeando en el documental sobre el momento en el que descubrió una nueva vocación. Aunque el momento preciso que marcó su carrera fue el desplome de un avión de pasajeros en Tamaulipas, pues al encontrarse ahí, comenzó a tomar fotografías.

A Jesús lo liberaron después de ese “levantón”, pero desde entonces presentaba síntomas post traumáticos. No podía dormir y estaba nervioso constantemente.

Tras la presentación del documental, Jesús comparte que ha tenido que actualizarse para entender el nuevo sistema penal acusatorio y para llevar la información a aquellas personas que confían en su visión.

Los casos de Mayra Cisneros y Flor Hernández también están plagados de injusticia. Las dos tuvieron que abandonar el ejercicio periodístico por amenazas que recibieron por su labor. Mayra trabajaba en una estación de radio en Coahuila cuando, al hacer una transmisión en vivo a través de su página de Facebook omitió un dato que hizo enojar al entonces candidato del PRI (Partido Revolucionario Institucional) para alcalde de Frontera, Florencio Siller Linaje. Días después fue secuestrada.

Dos hombres la llevaron a un lugar aislado y ahí la amenazaron para que no publicara información sobre el entonces candidato del PRI. Alguien pasó por el lugar y al reconocerla, le exigió a los hombres que la dejaran en paz y la regresaran sin ningún rasguño a su casa.

Así fue, pero después de eso, ella tuvo que salir del país, pues también fue víctima de una campaña de desprestigio con información privada. Su hija y su madre se vieron involucradas en infamias que el gobernador hizo públicas y que provocaron que ellas dejaran de hablarle.

“Es difícil amanecer con la idea de marcarle a mi mamá o a mi hija para ver si me quieren contestar. Mi vida está en dos maletas”, dice Mayra, que está adscrita al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. Sin embargo, denuncia que este programa no le garantiza una vida digna ni segura frente a las amenazas que ha recibido por a ser su trabajo.

Flor Hernández documentó el desvío de recursos destinados a las escuelas públicas después del temblor en Oaxaca.  Tiempo después de dar a conocer esa información, la persiguieron y la amenazaron por teléfono sobre la seguridad de su hija. Flor y Mayra dicen estar tranquilas tras su decisión de dejar momentáneamente el periodismo, pero aún así las dos hablan con pasión sobre su carrera.

“Desgraciadamente el periodismo pasó mirando mucho tiempo al poder de manera complaciente y creo que eso generó una división entre el gremio con la sociedad, lo cual nos pone en una situación más vulnerable», explica Ernesto Aroche de Lado B. El periodista de Puebla cuenta que, al crear un sitio digital de periodismo independiente, encontraron dificultades para sostenerse financieramente. La mayoría de los medios acostumbraba desde hace décadas a mantenerse gracias a la publicidad oficial de los gobiernos en turno y eso en ocasiones limitaba la publicación de información.

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Mensaje Interrumpido contó con el apoyo de Reino de los Países Bajos y la Embajada Británica en México. La embajadora del los Países Bajos, Margriet Nieske recordó que cada año 100 periodistas en el mundo son asesinados y 10 de estos casos suceden en México.

«En Holanda creemos que los periodistas tienen la capacidad y el compromiso de mostrarnos  visiones, pero también nuestras divisiones. Esto último incomoda y nadie quiere sentirse incómodo, pero cuando hay incomodidad, todas las opiniones se contraponen y entonces la verdad emerge. Es bueno sentirse incómodo», mencionó Nieske previo a la proyección del documental.

La presentación de Mensaje Interrumpido se dio en el marco de un diálogo que sostuvo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador con una misión internacional dedicada a la defensa de la libertad de expresión. En 2019, México se convirtió en el país más mortífero del mundo para los y las periodistas.

La Coalición Internacional de Organizaciones de la Sociedad Civil sobre Seguridad de los Periodistas hizo señalamientos importantes al gobierno mexicano actual durante esta visita. Entre los temas que destacan está el espionaje desde el Estado hacia los periodistas, así como  la descalificación a los medios y comunicadores desde las conferencias matutinas presidenciales. El organismo integrado por 17 grupos internacionales confía, sin embargo, en que en los próximos cinco años cambie el ambiente de impunidad que existe contra la prensa.

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