Oppenheimer y Tenamaztle
Dos miradas mexicanas a la población indígena originaria: un documental y una ficción.
La edición 2016 del FICG incluyó dos cintas mexicanas que abordan el tema de las comunidades indígenas de maneras particularmente contrastantes: La balada del Oppenheimer Park, de Juan Manuel Sepúlveda; y La carga, de Alan Jonsson Gavica.
Cuando el director mexicano Juan Manuel Sepúlveda se encontraba en Vancouver, Canadá, realizando estudios de posgrado, empezó a relacionarse con los visitantes habituales del Oppenheimer Park, un espacio público en el Downtown Eastside, conocido por ser una de las zonas más pobres y problemáticas de esta ciudad. Su convivencia con los nativos canadienses que se reunían en este parque inspiró a Sepúlveda para dirigir su documental La balada del Oppenheimer Park.
La población nativa canadiense, de manera similar a la de los Estados Unidos, se enfrentó al exterminio de su cultura y fue relegada a reservas a medida que los conquistadores extendieron su imperio por el territorio norteamericano. Aisladas y muchas veces ignoradas por las políticas sociales gubernamentales, las siguientes generaciones de nativos canadienses —conocidos como “first nations” (“primeras naciones”)— fueron enterradas en la pobreza y se les negaron incluso oportunidades de educación escolarizada. La balada del Oppenheimer Park pone los reflectores sobre un sector de esta población que vive en Vancouver y que pasa su tiempo libre en el parque en cuestión.
En lugar de contar una historia de persecución y violencia, Sepúlveda deseaba mostrar a un grupo de nativos pobres —exiliados de sus reservas— que beben, juegan cartas y discuten en medio de la ciudad, usando un formato que a los protagonistas les pareciera cómodo y hasta divertido. “No puedo negar que la realidad ya era suficientemente cinematográfica por sí misma”, cuenta el director en entrevista con Gatopardo. “Por lo tanto, cada que me veían llegar con una cámara, se abría una nueva posibilidad de generar un momento que era susceptible para filmarse”.
“Si bien la mayoría del tiempo yo no intervengo como realizador, fue porque intervine durante un año y medio, acercándome a ellos, previamente a filmar. Es muy difícil distinguir cuándo dejamos de representar para la imagen”, concluye Sepúlveda.
Opuesta a un retrato documental de la crisis contemporánea, está la película épica La carga, una historia de aventuras basada ligeramente en la vida del guerrero indígena caxcán Francisco Tenamaztle, considerado un precursor de los derechos humanos en la Nueva España al defender a su pueblo apenas unas décadas después de la conquista. Esta cinta narra el viaje de Painalli (Horacio García Rojas), un indio tameme que debe guiar a una joven de la nobleza española, Elisa (María Valverde), hacia la costa, y así, ir a España a testificar contra los caciques que buscan condenar a Tenamaztle.
García Rojas, quien también participó como productor asociado, confía en que una producción de grandes proporciones —con vestuario y locaciones impecables— es una manera de acercar esta historia a más personas. “Es una [cinta de] ficción, no solo para contar la historia de Francisco Tenamaztle sino, un poco de lo que creemos es la historia de nuestro país. Somos eso, somos el encuentro de dos mundos y creo que tenemos que sanar esa historia. Es reconciliarnos con nuestro pasado”, dice el actor.
Clausura
La 31ª edición de Festival Internacional de Cine en Guadalajara llegó a su fin, y con ello, el reconocimiento a las cintas en competencia, así como el anuncio del país invitado del próximo año: Alemania.
Maquinaria Panamericana, ópera prima del director Joaquín del Paso, recibió el Premio Mezcal a la Mejor Película Mexicana. Esta comedia empapada de absurdos retrata a un grupo de trabajadores que se enfrenta a la noticia de que el dueño de la compañía para que la que trabajan ha muerto y la empresa de maquinaria —un escenario de piezas obsoletas que parece congelado en el tiempo— está en quiebra.
Margarita, documental de Bruno Santamaría, recibió una mención especial del mismo premio.
Oscuro animal, cinta colombiana sobre tres mujeres que deben escapar de la guerra que azota a las comunidades rurales de este país sudamericano, fue una de las máximas ganadoras al recibir los premios a Mejor Largometraje Iberoamericano de ficción, Mejor Director Iberoamericano para Felipe Guerrero, Mejor Actriz para las tres protagonistas —Marleyda Soto, Luisa Vides Galiano y Jocelyn Meneses—, así como Mejor Fotografía.
El charro de Toluquilla recibió el premio a Mejor Documental Iberoamericano, así como el Premio del Público. Este documental sigue a un cantante de música popular que debe elegir entre su acelerado estilo de vida y criar a su pequeña hija, además de lidiar con ser portador de VIH.
Finalmente, las películas mexicanas La 4ta compañía —sobre un equipo de futbol americano en una prisión de la Ciudad de México— y Ciudades Desiertas, de Roberto Sneider, fueron recomendadas para ser la selección que se enviará a los Golden Globes de 2017.
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