Diego Luna y Luis Gerardo Méndez se enfrentan al precio de la privacidad

El precio de la privacidad

La puesta en escena «Privacidad» abre una conversación acerca de la influencia de la tecnología y las redes sociales en la vida real.

Tiempo de lectura: 2 minutos

Este otoño, el Teatro Insurgentes se transforma en un campo de juego donde los actores Diego Luna y Luis Gerardo Méndez alternarán personaje en la puesta en escena Privacidad, dirigida por Francisco Franco. Se trata de una obra que pone ante la mirada del espectador una conversación informada sobre la digitalización de la sociedad, el poder de la tecnología y el temor al ciberespionaje gubernamental.

Basada en el guion original del británico James Graham, Privacidad parte de la historia de un escritor —interpretado alternadamente por Luna y Méndez— que reflexiona sobre la sociedad hiperconectada en la que vive. Mediante su interacción con voces expertas en el tema y un poco a manera de teatro documental, el protagonista explora los riesgos y beneficios de una vida tecnologizada en la que tanto empresas como autoridades gubernamentales tienen acceso a la información de los individuos.

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Se estrena en México meses después de que una investigación periodística revelara la sospecha de ciberespionaje hacia periodistas, activistas y defensores de los derechos humanos por parte del gobierno mexicano, a través de Pegasus, un software diseñado originalmente para actividades antiterroristas. Aunque la obra ha estado en desarrollo desde antes del caso Pegasus, tanto Luna como Méndez —ambos productores de la obra junto con Franco y Claudio Carrera—, encuentran afortunada la coincidencia coyuntural para poner el dedo en la llaga.

“Sería un despropósito hacer teatro que no tuviera que ver contigo y con la realidad en la que vives, y que no tuviera una reflexión sobre lo que te preocupa en ese momento”, comenta Diego Luna, quien desde hace tiempo apoya abiertamente a organizaciones anticorrupción y que se ha pronunciado en más de una ocasión contra los abusos de las autoridades en México. “Hemos llegado a un punto donde nos urge poner un freno y ver qué tanto estamos usando la tecnología y qué tanto nos está utilizando”, agrega. “Leíamos la obra original y pensábamos ‘¿cómo haremos para que esto en México tenga resonancia?’. De repente, un día leí la noticia sobre Pegasus y dije ‘¡Ay, cabrón!, la obra ya es un hecho. ¿Qué está pasando aquí?’.”

Tanto en su versión original —estrenada en Londres en 2014— como en su segunda puesta —en Broadway en 2016—, Privacidad ha estado estrechamente conectada al contexto local. Su naturaleza temática implica que cada adaptación sea una reescritura que sitúe la historia en la ubicación y momento exacto donde se monta. Para colocarla en el Teatro Insurgentes, en Ciudad de México, se requirió una “mexicanización” profunda a cargo de María Reneé Prudencio. Sin tratarse de una tropicalización, el texto abordará preocupaciones locales sobre la privacidad en línea y la influencia del uso de internet y gadgets en la cotidianidad.

“Es una reflexión lúdica, pero también sombría, sobre hacia dónde estamos yendo”, dice Francisco Franco. “Ese futuro que nos espera y que lo vemos en series de ficción que ya son una auténtica realidad.” Para sumar un toque digital a la paranoia que transmite el texto, los teléfonos celulares de la audiencia se convertirán en una vía de interacción entre ellos y el protagonista, por lo que, contrario a la etiqueta teatral, se recomienda mantener encendido su smartphone durante la obra.

“Es muy fuerte darse cuenta de que la información puede voltearse en tu contra, información que tú has hecho pública, que a ti te ha parecido importante compartir. Muchas veces es algo que no le interesa a nadie y sólo nos expone”, concluye Luis Gerardo Méndez.

Privacidad
Teatro de los Insurgentes
20 semanas a partir del 5 de octubre
Miércoles a domingo
privacidadmexico.com

 

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