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El grave problema de la nutrición infantil en México: entre la obesidad y la desnutrición

El grave problema de la nutrición infantil en México: entre la obesidad y la desnutrición

Texto de
Fotografía de
Realización de
Ilustración de
Traducción de
<i>El Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez</i> no solo proporciona información valiosa sobre la situación actual, sino que también busca fomentar el debate sobre cómo promover una nutrición adecuada, para asegurar que todos los niños mexicanos tengan acceso a una alimentación saludable.
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Tiempo de Lectura: 00 min

Millones de niños mexicanos tienen una alimentación deficiente, y no todo es culpa de la comida chatarra. Save the Children lanza un atlas de riesgos para identificar y atender este problema.

México enfrenta un serio desafío de salud infantil, pues mientras millones de niños padecen de obesidad y se hacen enormes esfuerzos por lograr un giro en la cultura de la alimentación, otros tantos apenas alcanzan el consumo necesario de alimentos para su crecimiento.

Más de 15 millones de menores sufren de obesidad. Según la Encuesta de salud y nutrición (ENSANUT) 2020-2023, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 5.7 millones de niños de 5 a 11 años y 10.4 millones de 12 a 19 años padecen obesidad. Mientras que la propia ENSANUT revela que el 12.8% de los niños de 0 a 4 años tienen una talla baja; es decir, sufren de desnutrición crónica.

En este contexto, Save the Children y el Centro de Excelencia e Innovación para los Derechos y Oportunidades de la Niñez (CEIDON) presentaron el Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez en México.

La base de datos que contiene el Atlas se construyó a partir de un mapeo inicial de 160 variables independientes, obtenidas de diversas fuentes, como la Dirección General de Información en Salud de la Secretaría de Salud, el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del Inegi, la base DataMun de Coneval y los anuarios de morbilidad de la Secretaría de Salud.

También te puede interesar el reportaje: La comida chatarra y el Rojo 3, ¿veneno para la infancia en las escuelas de México?

Este Atlas confirma uno de los mayores retos que enfrentan las infancias mexicanas: cientos de miles de niños sufren de una nutrición inadecuada. Además, señala que esta situación es más grave en las poblaciones rurales y entre quienes viven en condiciones vulnerables. Los desequilibrios nutricionales son un problema que afecta profundamente el desarrollo de los niños en México, limitando sus oportunidades de alcanzar su máximo potencial en aspectos socioemocionales y de aprendizaje.

El Atlas clasifica los mapas de riesgos en dos grandes secciones: la desnutrición crónica-baja talla, y el sobrepeso y obesidad.

La desnutrición en México

De acuerdo con esta investigación, la prevalencia de la baja talla en México se redujo del 26.9% en 1988 al 13.9% en 2023. Sin embargo, este progreso se detuvo desde 2012, y en niños de 2 a 4 años la baja talla sigue siendo el principal problema alimentario.

Yucatán es el estado con mayor riesgo de baja talla entre niños de 0 a 9 años, con un 46% de probabilidad. Otros estados con porcentajes altos incluyen el Estado de México (31%), Quintana Roo (23%), Ciudad de México (20%), Sinaloa (20%), Puebla (19%) y Tlaxcala (18%).

Estos porcentajes varían según el grupo de edad. Si se considera solo a niños de 0 a 3 años, Puebla tiene el mayor riesgo, con un 65.3% de probabilidad de desnutrición crónica. Para niños de 4 a 6 años, Quintana Roo lidera con un 59.2%. En el caso de niños de 7 a 9 años, Oaxaca presenta un 39.8%, colocándose como el estado con mayor riesgo en ese rango.

La obesidad en México

La investigación estima que la obesidad en niños de 5 a 11 años casi se duplicó, pasando del 9% en 1999 al 17.5% entre 2020 y 2023. Además, revela que en 21 estados de la República Mexicana hay un alto riesgo de que los niños desarrollen sobrepeso y obesidad en sus primeros nueve años de vida.

El análisis muestra que en Nayarit y Baja California Sur la situación es especialmente alarmante, ya que en estas entidades el riesgo de obesidad o sobrepeso supera el 90%. Otras entidades con riesgos superiores al 50% son San Luis Potosí (66%), Coahuila (54%) y Tamaulipas (53%).

En cuanto a los niños de 0 a 3 años, Morelos, Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Michoacán, Coahuila y Sonora presentan riesgos superiores al 50%, lo que indica que la mitad de estos niños tiene probabilidades de sufrir sobrepeso u obesidad. El ingreso económico es un factor clave para reducir este riesgo, pues los programas de transferencias directas, como pensiones o programas sociales, ayudan a estabilizar las finanzas familiares y mejorar la nutrición infantil.

Para los niños de 4 a 6 años, Nayarit predice que el 100% de los menores sufrirán sobrepeso u obesidad. De manera similar, en Baja California Sur, los niños de 7 a 9 años tienen casi un 100% de probabilidad de padecer estas condiciones.

¿Qué factores explican los desequilibrios en la nutrición infantil en México?

Una alimentación adecuada, suficiente y de calidad es un derecho de los niños, tal como lo establece la Constitución y las convenciones internacionales de derechos humanos. Sin embargo, el Estado está lejos de garantizar la seguridad alimentaria para la niñez mexicana.

El Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez no solo refleja la situación actual de la nutrición infantil en el país, sino que también examina posibles escenarios de riesgo y ofrece soluciones estratégicas para abordar los desafíos futuros.

Los hallazgos del Atlas subrayan la importancia de adoptar un enfoque de género y prevención de la violencia. La violencia intrafamiliar tiene un impacto negativo en la nutrición y el desarrollo infantil, ya que genera estrés e inseguridad en el entorno familiar, lo cual afecta el crecimiento y la salud de los niños.

Otro factor clave es el económico. El estudio destaca que el ingreso familiar tiene un papel crucial en asegurar una nutrición adecuada en los primeros años de vida. Los programas sociales pueden ayudar a mitigar los desequilibrios nutricionales, estabilizando las finanzas de las familias.

“Es preciso caracterizar un entorno de seguridad alimentaria para la niñez, que puede construirse no solamente con intervenciones focalizadas, sino mediante programas ya existentes, universales y no condicionados”, explica el documento.

El Atlas también señala que la escolaridad de los padres influye significativamente en la nutrición infantil. En niños de 4 a 6 años, el índice de finalización de la secundaria por parte de los padres es el factor más importante: una mayor escolaridad se asocia con mejores prácticas de cuidado y acceso a recursos de salud.

En tanto, el número de mercados disponibles en un estado se convierte en el factor más influyente en la nutrición de niños de 7 a 9 años. Por ejemplo, el aumento de tiendas de conveniencia como OXXO ha reducido la presencia de mercados públicos, lo que afecta el acceso de las familias a alimentos frescos y saludables. En febrero de 2025, Gatopardo publicó el reportaje “La comida chatarra y el Rojo 3, ¿veneno para la infancia en las escuelas de México?”, en el cual el doctor en Economía por la UNAM Agustín Rojas Martínez explicó que “el crecimiento del consumo de los alimentos ultraprocesados y las bebidas azucaradas en nuestro país no pueden entenderse sin el crecimiento de sus canales de distribución”. Aunque coexisten esos canales de distribución corporativos y los canales de distribución tradicionales (tianguis, mercados, el crecimiento de los primeros ha provocado una disminución de los segundos. “[Es] más fácil encontrar un OXXO que un mercado público funcional”, mencionó Rojas Martínez.

Más allá de las cifras

El Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez no solo proporciona información valiosa sobre la situación actual, sino que también busca fomentar el debate sobre cómo promover una nutrición adecuada, para asegurar que todos los niños mexicanos tengan acceso a una alimentación saludable.

Save the Children en México ha implementado proyectos centrados en mejorar el bienestar infantil, promoviendo hábitos alimentarios saludables, fortaleciendo las capacidades de docentes, comunidades y familias, y fomentando entornos que favorecen un estilo de vida saludable.

El trabajo de acompañamiento, desde una perspectiva de fortalezas y no de carencias, puede ofrecer un efecto combinado en el que se potencie una elección más autónoma y sostenible de alimentos saludables por parte de las niñas y niños mismos. Nos implica un cambio de mentalidad, un cambio de cultura y de conciencia […] Los enfoques más fructíferos son los participativos, comunitarios y de ampliación de la elección; los que apelan a las fortalezas ya presentes para que crezcan; las que invitan al equilibrio, la autorregulación, la autoestima, el disfrute y el crecimiento colectivo, se lee en el informe de Save the Children y CEIDON.

Consulta el informe completo aquí.

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Millones de niños mexicanos tienen una alimentación deficiente, y no todo es culpa de la comida chatarra. Save the Children lanza un atlas de riesgos para identificar y atender este problema.

México enfrenta un serio desafío de salud infantil, pues mientras millones de niños padecen de obesidad y se hacen enormes esfuerzos por lograr un giro en la cultura de la alimentación, otros tantos apenas alcanzan el consumo necesario de alimentos para su crecimiento.

Más de 15 millones de menores sufren de obesidad. Según la Encuesta de salud y nutrición (ENSANUT) 2020-2023, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 5.7 millones de niños de 5 a 11 años y 10.4 millones de 12 a 19 años padecen obesidad. Mientras que la propia ENSANUT revela que el 12.8% de los niños de 0 a 4 años tienen una talla baja; es decir, sufren de desnutrición crónica.

En este contexto, Save the Children y el Centro de Excelencia e Innovación para los Derechos y Oportunidades de la Niñez (CEIDON) presentaron el Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez en México.

La base de datos que contiene el Atlas se construyó a partir de un mapeo inicial de 160 variables independientes, obtenidas de diversas fuentes, como la Dirección General de Información en Salud de la Secretaría de Salud, el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del Inegi, la base DataMun de Coneval y los anuarios de morbilidad de la Secretaría de Salud.

También te puede interesar el reportaje: La comida chatarra y el Rojo 3, ¿veneno para la infancia en las escuelas de México?

Este Atlas confirma uno de los mayores retos que enfrentan las infancias mexicanas: cientos de miles de niños sufren de una nutrición inadecuada. Además, señala que esta situación es más grave en las poblaciones rurales y entre quienes viven en condiciones vulnerables. Los desequilibrios nutricionales son un problema que afecta profundamente el desarrollo de los niños en México, limitando sus oportunidades de alcanzar su máximo potencial en aspectos socioemocionales y de aprendizaje.

El Atlas clasifica los mapas de riesgos en dos grandes secciones: la desnutrición crónica-baja talla, y el sobrepeso y obesidad.

La desnutrición en México

De acuerdo con esta investigación, la prevalencia de la baja talla en México se redujo del 26.9% en 1988 al 13.9% en 2023. Sin embargo, este progreso se detuvo desde 2012, y en niños de 2 a 4 años la baja talla sigue siendo el principal problema alimentario.

Yucatán es el estado con mayor riesgo de baja talla entre niños de 0 a 9 años, con un 46% de probabilidad. Otros estados con porcentajes altos incluyen el Estado de México (31%), Quintana Roo (23%), Ciudad de México (20%), Sinaloa (20%), Puebla (19%) y Tlaxcala (18%).

Estos porcentajes varían según el grupo de edad. Si se considera solo a niños de 0 a 3 años, Puebla tiene el mayor riesgo, con un 65.3% de probabilidad de desnutrición crónica. Para niños de 4 a 6 años, Quintana Roo lidera con un 59.2%. En el caso de niños de 7 a 9 años, Oaxaca presenta un 39.8%, colocándose como el estado con mayor riesgo en ese rango.

La obesidad en México

La investigación estima que la obesidad en niños de 5 a 11 años casi se duplicó, pasando del 9% en 1999 al 17.5% entre 2020 y 2023. Además, revela que en 21 estados de la República Mexicana hay un alto riesgo de que los niños desarrollen sobrepeso y obesidad en sus primeros nueve años de vida.

El análisis muestra que en Nayarit y Baja California Sur la situación es especialmente alarmante, ya que en estas entidades el riesgo de obesidad o sobrepeso supera el 90%. Otras entidades con riesgos superiores al 50% son San Luis Potosí (66%), Coahuila (54%) y Tamaulipas (53%).

En cuanto a los niños de 0 a 3 años, Morelos, Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Michoacán, Coahuila y Sonora presentan riesgos superiores al 50%, lo que indica que la mitad de estos niños tiene probabilidades de sufrir sobrepeso u obesidad. El ingreso económico es un factor clave para reducir este riesgo, pues los programas de transferencias directas, como pensiones o programas sociales, ayudan a estabilizar las finanzas familiares y mejorar la nutrición infantil.

Para los niños de 4 a 6 años, Nayarit predice que el 100% de los menores sufrirán sobrepeso u obesidad. De manera similar, en Baja California Sur, los niños de 7 a 9 años tienen casi un 100% de probabilidad de padecer estas condiciones.

¿Qué factores explican los desequilibrios en la nutrición infantil en México?

Una alimentación adecuada, suficiente y de calidad es un derecho de los niños, tal como lo establece la Constitución y las convenciones internacionales de derechos humanos. Sin embargo, el Estado está lejos de garantizar la seguridad alimentaria para la niñez mexicana.

El Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez no solo refleja la situación actual de la nutrición infantil en el país, sino que también examina posibles escenarios de riesgo y ofrece soluciones estratégicas para abordar los desafíos futuros.

Los hallazgos del Atlas subrayan la importancia de adoptar un enfoque de género y prevención de la violencia. La violencia intrafamiliar tiene un impacto negativo en la nutrición y el desarrollo infantil, ya que genera estrés e inseguridad en el entorno familiar, lo cual afecta el crecimiento y la salud de los niños.

Otro factor clave es el económico. El estudio destaca que el ingreso familiar tiene un papel crucial en asegurar una nutrición adecuada en los primeros años de vida. Los programas sociales pueden ayudar a mitigar los desequilibrios nutricionales, estabilizando las finanzas de las familias.

“Es preciso caracterizar un entorno de seguridad alimentaria para la niñez, que puede construirse no solamente con intervenciones focalizadas, sino mediante programas ya existentes, universales y no condicionados”, explica el documento.

El Atlas también señala que la escolaridad de los padres influye significativamente en la nutrición infantil. En niños de 4 a 6 años, el índice de finalización de la secundaria por parte de los padres es el factor más importante: una mayor escolaridad se asocia con mejores prácticas de cuidado y acceso a recursos de salud.

En tanto, el número de mercados disponibles en un estado se convierte en el factor más influyente en la nutrición de niños de 7 a 9 años. Por ejemplo, el aumento de tiendas de conveniencia como OXXO ha reducido la presencia de mercados públicos, lo que afecta el acceso de las familias a alimentos frescos y saludables. En febrero de 2025, Gatopardo publicó el reportaje “La comida chatarra y el Rojo 3, ¿veneno para la infancia en las escuelas de México?”, en el cual el doctor en Economía por la UNAM Agustín Rojas Martínez explicó que “el crecimiento del consumo de los alimentos ultraprocesados y las bebidas azucaradas en nuestro país no pueden entenderse sin el crecimiento de sus canales de distribución”. Aunque coexisten esos canales de distribución corporativos y los canales de distribución tradicionales (tianguis, mercados, el crecimiento de los primeros ha provocado una disminución de los segundos. “[Es] más fácil encontrar un OXXO que un mercado público funcional”, mencionó Rojas Martínez.

Más allá de las cifras

El Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez no solo proporciona información valiosa sobre la situación actual, sino que también busca fomentar el debate sobre cómo promover una nutrición adecuada, para asegurar que todos los niños mexicanos tengan acceso a una alimentación saludable.

Save the Children en México ha implementado proyectos centrados en mejorar el bienestar infantil, promoviendo hábitos alimentarios saludables, fortaleciendo las capacidades de docentes, comunidades y familias, y fomentando entornos que favorecen un estilo de vida saludable.

El trabajo de acompañamiento, desde una perspectiva de fortalezas y no de carencias, puede ofrecer un efecto combinado en el que se potencie una elección más autónoma y sostenible de alimentos saludables por parte de las niñas y niños mismos. Nos implica un cambio de mentalidad, un cambio de cultura y de conciencia […] Los enfoques más fructíferos son los participativos, comunitarios y de ampliación de la elección; los que apelan a las fortalezas ya presentes para que crezcan; las que invitan al equilibrio, la autorregulación, la autoestima, el disfrute y el crecimiento colectivo, se lee en el informe de Save the Children y CEIDON.

Consulta el informe completo aquí.

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<i>El Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez</i> no solo proporciona información valiosa sobre la situación actual, sino que también busca fomentar el debate sobre cómo promover una nutrición adecuada, para asegurar que todos los niños mexicanos tengan acceso a una alimentación saludable.
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Millones de niños mexicanos tienen una alimentación deficiente, y no todo es culpa de la comida chatarra. Save the Children lanza un atlas de riesgos para identificar y atender este problema.

México enfrenta un serio desafío de salud infantil, pues mientras millones de niños padecen de obesidad y se hacen enormes esfuerzos por lograr un giro en la cultura de la alimentación, otros tantos apenas alcanzan el consumo necesario de alimentos para su crecimiento.

Más de 15 millones de menores sufren de obesidad. Según la Encuesta de salud y nutrición (ENSANUT) 2020-2023, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 5.7 millones de niños de 5 a 11 años y 10.4 millones de 12 a 19 años padecen obesidad. Mientras que la propia ENSANUT revela que el 12.8% de los niños de 0 a 4 años tienen una talla baja; es decir, sufren de desnutrición crónica.

En este contexto, Save the Children y el Centro de Excelencia e Innovación para los Derechos y Oportunidades de la Niñez (CEIDON) presentaron el Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez en México.

La base de datos que contiene el Atlas se construyó a partir de un mapeo inicial de 160 variables independientes, obtenidas de diversas fuentes, como la Dirección General de Información en Salud de la Secretaría de Salud, el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del Inegi, la base DataMun de Coneval y los anuarios de morbilidad de la Secretaría de Salud.

También te puede interesar el reportaje: La comida chatarra y el Rojo 3, ¿veneno para la infancia en las escuelas de México?

Este Atlas confirma uno de los mayores retos que enfrentan las infancias mexicanas: cientos de miles de niños sufren de una nutrición inadecuada. Además, señala que esta situación es más grave en las poblaciones rurales y entre quienes viven en condiciones vulnerables. Los desequilibrios nutricionales son un problema que afecta profundamente el desarrollo de los niños en México, limitando sus oportunidades de alcanzar su máximo potencial en aspectos socioemocionales y de aprendizaje.

El Atlas clasifica los mapas de riesgos en dos grandes secciones: la desnutrición crónica-baja talla, y el sobrepeso y obesidad.

La desnutrición en México

De acuerdo con esta investigación, la prevalencia de la baja talla en México se redujo del 26.9% en 1988 al 13.9% en 2023. Sin embargo, este progreso se detuvo desde 2012, y en niños de 2 a 4 años la baja talla sigue siendo el principal problema alimentario.

Yucatán es el estado con mayor riesgo de baja talla entre niños de 0 a 9 años, con un 46% de probabilidad. Otros estados con porcentajes altos incluyen el Estado de México (31%), Quintana Roo (23%), Ciudad de México (20%), Sinaloa (20%), Puebla (19%) y Tlaxcala (18%).

Estos porcentajes varían según el grupo de edad. Si se considera solo a niños de 0 a 3 años, Puebla tiene el mayor riesgo, con un 65.3% de probabilidad de desnutrición crónica. Para niños de 4 a 6 años, Quintana Roo lidera con un 59.2%. En el caso de niños de 7 a 9 años, Oaxaca presenta un 39.8%, colocándose como el estado con mayor riesgo en ese rango.

La obesidad en México

La investigación estima que la obesidad en niños de 5 a 11 años casi se duplicó, pasando del 9% en 1999 al 17.5% entre 2020 y 2023. Además, revela que en 21 estados de la República Mexicana hay un alto riesgo de que los niños desarrollen sobrepeso y obesidad en sus primeros nueve años de vida.

El análisis muestra que en Nayarit y Baja California Sur la situación es especialmente alarmante, ya que en estas entidades el riesgo de obesidad o sobrepeso supera el 90%. Otras entidades con riesgos superiores al 50% son San Luis Potosí (66%), Coahuila (54%) y Tamaulipas (53%).

En cuanto a los niños de 0 a 3 años, Morelos, Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Michoacán, Coahuila y Sonora presentan riesgos superiores al 50%, lo que indica que la mitad de estos niños tiene probabilidades de sufrir sobrepeso u obesidad. El ingreso económico es un factor clave para reducir este riesgo, pues los programas de transferencias directas, como pensiones o programas sociales, ayudan a estabilizar las finanzas familiares y mejorar la nutrición infantil.

Para los niños de 4 a 6 años, Nayarit predice que el 100% de los menores sufrirán sobrepeso u obesidad. De manera similar, en Baja California Sur, los niños de 7 a 9 años tienen casi un 100% de probabilidad de padecer estas condiciones.

¿Qué factores explican los desequilibrios en la nutrición infantil en México?

Una alimentación adecuada, suficiente y de calidad es un derecho de los niños, tal como lo establece la Constitución y las convenciones internacionales de derechos humanos. Sin embargo, el Estado está lejos de garantizar la seguridad alimentaria para la niñez mexicana.

El Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez no solo refleja la situación actual de la nutrición infantil en el país, sino que también examina posibles escenarios de riesgo y ofrece soluciones estratégicas para abordar los desafíos futuros.

Los hallazgos del Atlas subrayan la importancia de adoptar un enfoque de género y prevención de la violencia. La violencia intrafamiliar tiene un impacto negativo en la nutrición y el desarrollo infantil, ya que genera estrés e inseguridad en el entorno familiar, lo cual afecta el crecimiento y la salud de los niños.

Otro factor clave es el económico. El estudio destaca que el ingreso familiar tiene un papel crucial en asegurar una nutrición adecuada en los primeros años de vida. Los programas sociales pueden ayudar a mitigar los desequilibrios nutricionales, estabilizando las finanzas de las familias.

“Es preciso caracterizar un entorno de seguridad alimentaria para la niñez, que puede construirse no solamente con intervenciones focalizadas, sino mediante programas ya existentes, universales y no condicionados”, explica el documento.

El Atlas también señala que la escolaridad de los padres influye significativamente en la nutrición infantil. En niños de 4 a 6 años, el índice de finalización de la secundaria por parte de los padres es el factor más importante: una mayor escolaridad se asocia con mejores prácticas de cuidado y acceso a recursos de salud.

En tanto, el número de mercados disponibles en un estado se convierte en el factor más influyente en la nutrición de niños de 7 a 9 años. Por ejemplo, el aumento de tiendas de conveniencia como OXXO ha reducido la presencia de mercados públicos, lo que afecta el acceso de las familias a alimentos frescos y saludables. En febrero de 2025, Gatopardo publicó el reportaje “La comida chatarra y el Rojo 3, ¿veneno para la infancia en las escuelas de México?”, en el cual el doctor en Economía por la UNAM Agustín Rojas Martínez explicó que “el crecimiento del consumo de los alimentos ultraprocesados y las bebidas azucaradas en nuestro país no pueden entenderse sin el crecimiento de sus canales de distribución”. Aunque coexisten esos canales de distribución corporativos y los canales de distribución tradicionales (tianguis, mercados, el crecimiento de los primeros ha provocado una disminución de los segundos. “[Es] más fácil encontrar un OXXO que un mercado público funcional”, mencionó Rojas Martínez.

Más allá de las cifras

El Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez no solo proporciona información valiosa sobre la situación actual, sino que también busca fomentar el debate sobre cómo promover una nutrición adecuada, para asegurar que todos los niños mexicanos tengan acceso a una alimentación saludable.

Save the Children en México ha implementado proyectos centrados en mejorar el bienestar infantil, promoviendo hábitos alimentarios saludables, fortaleciendo las capacidades de docentes, comunidades y familias, y fomentando entornos que favorecen un estilo de vida saludable.

El trabajo de acompañamiento, desde una perspectiva de fortalezas y no de carencias, puede ofrecer un efecto combinado en el que se potencie una elección más autónoma y sostenible de alimentos saludables por parte de las niñas y niños mismos. Nos implica un cambio de mentalidad, un cambio de cultura y de conciencia […] Los enfoques más fructíferos son los participativos, comunitarios y de ampliación de la elección; los que apelan a las fortalezas ya presentes para que crezcan; las que invitan al equilibrio, la autorregulación, la autoestima, el disfrute y el crecimiento colectivo, se lee en el informe de Save the Children y CEIDON.

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Millones de niños mexicanos tienen una alimentación deficiente, y no todo es culpa de la comida chatarra. Save the Children lanza un atlas de riesgos para identificar y atender este problema.

México enfrenta un serio desafío de salud infantil, pues mientras millones de niños padecen de obesidad y se hacen enormes esfuerzos por lograr un giro en la cultura de la alimentación, otros tantos apenas alcanzan el consumo necesario de alimentos para su crecimiento.

Más de 15 millones de menores sufren de obesidad. Según la Encuesta de salud y nutrición (ENSANUT) 2020-2023, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 5.7 millones de niños de 5 a 11 años y 10.4 millones de 12 a 19 años padecen obesidad. Mientras que la propia ENSANUT revela que el 12.8% de los niños de 0 a 4 años tienen una talla baja; es decir, sufren de desnutrición crónica.

En este contexto, Save the Children y el Centro de Excelencia e Innovación para los Derechos y Oportunidades de la Niñez (CEIDON) presentaron el Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez en México.

La base de datos que contiene el Atlas se construyó a partir de un mapeo inicial de 160 variables independientes, obtenidas de diversas fuentes, como la Dirección General de Información en Salud de la Secretaría de Salud, el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del Inegi, la base DataMun de Coneval y los anuarios de morbilidad de la Secretaría de Salud.

También te puede interesar el reportaje: La comida chatarra y el Rojo 3, ¿veneno para la infancia en las escuelas de México?

Este Atlas confirma uno de los mayores retos que enfrentan las infancias mexicanas: cientos de miles de niños sufren de una nutrición inadecuada. Además, señala que esta situación es más grave en las poblaciones rurales y entre quienes viven en condiciones vulnerables. Los desequilibrios nutricionales son un problema que afecta profundamente el desarrollo de los niños en México, limitando sus oportunidades de alcanzar su máximo potencial en aspectos socioemocionales y de aprendizaje.

El Atlas clasifica los mapas de riesgos en dos grandes secciones: la desnutrición crónica-baja talla, y el sobrepeso y obesidad.

La desnutrición en México

De acuerdo con esta investigación, la prevalencia de la baja talla en México se redujo del 26.9% en 1988 al 13.9% en 2023. Sin embargo, este progreso se detuvo desde 2012, y en niños de 2 a 4 años la baja talla sigue siendo el principal problema alimentario.

Yucatán es el estado con mayor riesgo de baja talla entre niños de 0 a 9 años, con un 46% de probabilidad. Otros estados con porcentajes altos incluyen el Estado de México (31%), Quintana Roo (23%), Ciudad de México (20%), Sinaloa (20%), Puebla (19%) y Tlaxcala (18%).

Estos porcentajes varían según el grupo de edad. Si se considera solo a niños de 0 a 3 años, Puebla tiene el mayor riesgo, con un 65.3% de probabilidad de desnutrición crónica. Para niños de 4 a 6 años, Quintana Roo lidera con un 59.2%. En el caso de niños de 7 a 9 años, Oaxaca presenta un 39.8%, colocándose como el estado con mayor riesgo en ese rango.

La obesidad en México

La investigación estima que la obesidad en niños de 5 a 11 años casi se duplicó, pasando del 9% en 1999 al 17.5% entre 2020 y 2023. Además, revela que en 21 estados de la República Mexicana hay un alto riesgo de que los niños desarrollen sobrepeso y obesidad en sus primeros nueve años de vida.

El análisis muestra que en Nayarit y Baja California Sur la situación es especialmente alarmante, ya que en estas entidades el riesgo de obesidad o sobrepeso supera el 90%. Otras entidades con riesgos superiores al 50% son San Luis Potosí (66%), Coahuila (54%) y Tamaulipas (53%).

En cuanto a los niños de 0 a 3 años, Morelos, Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Michoacán, Coahuila y Sonora presentan riesgos superiores al 50%, lo que indica que la mitad de estos niños tiene probabilidades de sufrir sobrepeso u obesidad. El ingreso económico es un factor clave para reducir este riesgo, pues los programas de transferencias directas, como pensiones o programas sociales, ayudan a estabilizar las finanzas familiares y mejorar la nutrición infantil.

Para los niños de 4 a 6 años, Nayarit predice que el 100% de los menores sufrirán sobrepeso u obesidad. De manera similar, en Baja California Sur, los niños de 7 a 9 años tienen casi un 100% de probabilidad de padecer estas condiciones.

¿Qué factores explican los desequilibrios en la nutrición infantil en México?

Una alimentación adecuada, suficiente y de calidad es un derecho de los niños, tal como lo establece la Constitución y las convenciones internacionales de derechos humanos. Sin embargo, el Estado está lejos de garantizar la seguridad alimentaria para la niñez mexicana.

El Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez no solo refleja la situación actual de la nutrición infantil en el país, sino que también examina posibles escenarios de riesgo y ofrece soluciones estratégicas para abordar los desafíos futuros.

Los hallazgos del Atlas subrayan la importancia de adoptar un enfoque de género y prevención de la violencia. La violencia intrafamiliar tiene un impacto negativo en la nutrición y el desarrollo infantil, ya que genera estrés e inseguridad en el entorno familiar, lo cual afecta el crecimiento y la salud de los niños.

Otro factor clave es el económico. El estudio destaca que el ingreso familiar tiene un papel crucial en asegurar una nutrición adecuada en los primeros años de vida. Los programas sociales pueden ayudar a mitigar los desequilibrios nutricionales, estabilizando las finanzas de las familias.

“Es preciso caracterizar un entorno de seguridad alimentaria para la niñez, que puede construirse no solamente con intervenciones focalizadas, sino mediante programas ya existentes, universales y no condicionados”, explica el documento.

El Atlas también señala que la escolaridad de los padres influye significativamente en la nutrición infantil. En niños de 4 a 6 años, el índice de finalización de la secundaria por parte de los padres es el factor más importante: una mayor escolaridad se asocia con mejores prácticas de cuidado y acceso a recursos de salud.

En tanto, el número de mercados disponibles en un estado se convierte en el factor más influyente en la nutrición de niños de 7 a 9 años. Por ejemplo, el aumento de tiendas de conveniencia como OXXO ha reducido la presencia de mercados públicos, lo que afecta el acceso de las familias a alimentos frescos y saludables. En febrero de 2025, Gatopardo publicó el reportaje “La comida chatarra y el Rojo 3, ¿veneno para la infancia en las escuelas de México?”, en el cual el doctor en Economía por la UNAM Agustín Rojas Martínez explicó que “el crecimiento del consumo de los alimentos ultraprocesados y las bebidas azucaradas en nuestro país no pueden entenderse sin el crecimiento de sus canales de distribución”. Aunque coexisten esos canales de distribución corporativos y los canales de distribución tradicionales (tianguis, mercados, el crecimiento de los primeros ha provocado una disminución de los segundos. “[Es] más fácil encontrar un OXXO que un mercado público funcional”, mencionó Rojas Martínez.

Más allá de las cifras

El Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez no solo proporciona información valiosa sobre la situación actual, sino que también busca fomentar el debate sobre cómo promover una nutrición adecuada, para asegurar que todos los niños mexicanos tengan acceso a una alimentación saludable.

Save the Children en México ha implementado proyectos centrados en mejorar el bienestar infantil, promoviendo hábitos alimentarios saludables, fortaleciendo las capacidades de docentes, comunidades y familias, y fomentando entornos que favorecen un estilo de vida saludable.

El trabajo de acompañamiento, desde una perspectiva de fortalezas y no de carencias, puede ofrecer un efecto combinado en el que se potencie una elección más autónoma y sostenible de alimentos saludables por parte de las niñas y niños mismos. Nos implica un cambio de mentalidad, un cambio de cultura y de conciencia […] Los enfoques más fructíferos son los participativos, comunitarios y de ampliación de la elección; los que apelan a las fortalezas ya presentes para que crezcan; las que invitan al equilibrio, la autorregulación, la autoestima, el disfrute y el crecimiento colectivo, se lee en el informe de Save the Children y CEIDON.

Consulta el informe completo aquí.

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<i>El Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez</i> no solo proporciona información valiosa sobre la situación actual, sino que también busca fomentar el debate sobre cómo promover una nutrición adecuada, para asegurar que todos los niños mexicanos tengan acceso a una alimentación saludable.

El grave problema de la nutrición infantil en México: entre la obesidad y la desnutrición

El grave problema de la nutrición infantil en México: entre la obesidad y la desnutrición

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Millones de niños mexicanos tienen una alimentación deficiente, y no todo es culpa de la comida chatarra. Save the Children lanza un atlas de riesgos para identificar y atender este problema.

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México enfrenta un serio desafío de salud infantil, pues mientras millones de niños padecen de obesidad y se hacen enormes esfuerzos por lograr un giro en la cultura de la alimentación, otros tantos apenas alcanzan el consumo necesario de alimentos para su crecimiento.

Más de 15 millones de menores sufren de obesidad. Según la Encuesta de salud y nutrición (ENSANUT) 2020-2023, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 5.7 millones de niños de 5 a 11 años y 10.4 millones de 12 a 19 años padecen obesidad. Mientras que la propia ENSANUT revela que el 12.8% de los niños de 0 a 4 años tienen una talla baja; es decir, sufren de desnutrición crónica.

En este contexto, Save the Children y el Centro de Excelencia e Innovación para los Derechos y Oportunidades de la Niñez (CEIDON) presentaron el Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez en México.

La base de datos que contiene el Atlas se construyó a partir de un mapeo inicial de 160 variables independientes, obtenidas de diversas fuentes, como la Dirección General de Información en Salud de la Secretaría de Salud, el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del Inegi, la base DataMun de Coneval y los anuarios de morbilidad de la Secretaría de Salud.

También te puede interesar el reportaje: La comida chatarra y el Rojo 3, ¿veneno para la infancia en las escuelas de México?

Este Atlas confirma uno de los mayores retos que enfrentan las infancias mexicanas: cientos de miles de niños sufren de una nutrición inadecuada. Además, señala que esta situación es más grave en las poblaciones rurales y entre quienes viven en condiciones vulnerables. Los desequilibrios nutricionales son un problema que afecta profundamente el desarrollo de los niños en México, limitando sus oportunidades de alcanzar su máximo potencial en aspectos socioemocionales y de aprendizaje.

El Atlas clasifica los mapas de riesgos en dos grandes secciones: la desnutrición crónica-baja talla, y el sobrepeso y obesidad.

La desnutrición en México

De acuerdo con esta investigación, la prevalencia de la baja talla en México se redujo del 26.9% en 1988 al 13.9% en 2023. Sin embargo, este progreso se detuvo desde 2012, y en niños de 2 a 4 años la baja talla sigue siendo el principal problema alimentario.

Yucatán es el estado con mayor riesgo de baja talla entre niños de 0 a 9 años, con un 46% de probabilidad. Otros estados con porcentajes altos incluyen el Estado de México (31%), Quintana Roo (23%), Ciudad de México (20%), Sinaloa (20%), Puebla (19%) y Tlaxcala (18%).

Estos porcentajes varían según el grupo de edad. Si se considera solo a niños de 0 a 3 años, Puebla tiene el mayor riesgo, con un 65.3% de probabilidad de desnutrición crónica. Para niños de 4 a 6 años, Quintana Roo lidera con un 59.2%. En el caso de niños de 7 a 9 años, Oaxaca presenta un 39.8%, colocándose como el estado con mayor riesgo en ese rango.

La obesidad en México

La investigación estima que la obesidad en niños de 5 a 11 años casi se duplicó, pasando del 9% en 1999 al 17.5% entre 2020 y 2023. Además, revela que en 21 estados de la República Mexicana hay un alto riesgo de que los niños desarrollen sobrepeso y obesidad en sus primeros nueve años de vida.

El análisis muestra que en Nayarit y Baja California Sur la situación es especialmente alarmante, ya que en estas entidades el riesgo de obesidad o sobrepeso supera el 90%. Otras entidades con riesgos superiores al 50% son San Luis Potosí (66%), Coahuila (54%) y Tamaulipas (53%).

En cuanto a los niños de 0 a 3 años, Morelos, Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Michoacán, Coahuila y Sonora presentan riesgos superiores al 50%, lo que indica que la mitad de estos niños tiene probabilidades de sufrir sobrepeso u obesidad. El ingreso económico es un factor clave para reducir este riesgo, pues los programas de transferencias directas, como pensiones o programas sociales, ayudan a estabilizar las finanzas familiares y mejorar la nutrición infantil.

Para los niños de 4 a 6 años, Nayarit predice que el 100% de los menores sufrirán sobrepeso u obesidad. De manera similar, en Baja California Sur, los niños de 7 a 9 años tienen casi un 100% de probabilidad de padecer estas condiciones.

¿Qué factores explican los desequilibrios en la nutrición infantil en México?

Una alimentación adecuada, suficiente y de calidad es un derecho de los niños, tal como lo establece la Constitución y las convenciones internacionales de derechos humanos. Sin embargo, el Estado está lejos de garantizar la seguridad alimentaria para la niñez mexicana.

El Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez no solo refleja la situación actual de la nutrición infantil en el país, sino que también examina posibles escenarios de riesgo y ofrece soluciones estratégicas para abordar los desafíos futuros.

Los hallazgos del Atlas subrayan la importancia de adoptar un enfoque de género y prevención de la violencia. La violencia intrafamiliar tiene un impacto negativo en la nutrición y el desarrollo infantil, ya que genera estrés e inseguridad en el entorno familiar, lo cual afecta el crecimiento y la salud de los niños.

Otro factor clave es el económico. El estudio destaca que el ingreso familiar tiene un papel crucial en asegurar una nutrición adecuada en los primeros años de vida. Los programas sociales pueden ayudar a mitigar los desequilibrios nutricionales, estabilizando las finanzas de las familias.

“Es preciso caracterizar un entorno de seguridad alimentaria para la niñez, que puede construirse no solamente con intervenciones focalizadas, sino mediante programas ya existentes, universales y no condicionados”, explica el documento.

El Atlas también señala que la escolaridad de los padres influye significativamente en la nutrición infantil. En niños de 4 a 6 años, el índice de finalización de la secundaria por parte de los padres es el factor más importante: una mayor escolaridad se asocia con mejores prácticas de cuidado y acceso a recursos de salud.

En tanto, el número de mercados disponibles en un estado se convierte en el factor más influyente en la nutrición de niños de 7 a 9 años. Por ejemplo, el aumento de tiendas de conveniencia como OXXO ha reducido la presencia de mercados públicos, lo que afecta el acceso de las familias a alimentos frescos y saludables. En febrero de 2025, Gatopardo publicó el reportaje “La comida chatarra y el Rojo 3, ¿veneno para la infancia en las escuelas de México?”, en el cual el doctor en Economía por la UNAM Agustín Rojas Martínez explicó que “el crecimiento del consumo de los alimentos ultraprocesados y las bebidas azucaradas en nuestro país no pueden entenderse sin el crecimiento de sus canales de distribución”. Aunque coexisten esos canales de distribución corporativos y los canales de distribución tradicionales (tianguis, mercados, el crecimiento de los primeros ha provocado una disminución de los segundos. “[Es] más fácil encontrar un OXXO que un mercado público funcional”, mencionó Rojas Martínez.

Más allá de las cifras

El Atlas de riesgos para la nutrición de la niñez no solo proporciona información valiosa sobre la situación actual, sino que también busca fomentar el debate sobre cómo promover una nutrición adecuada, para asegurar que todos los niños mexicanos tengan acceso a una alimentación saludable.

Save the Children en México ha implementado proyectos centrados en mejorar el bienestar infantil, promoviendo hábitos alimentarios saludables, fortaleciendo las capacidades de docentes, comunidades y familias, y fomentando entornos que favorecen un estilo de vida saludable.

El trabajo de acompañamiento, desde una perspectiva de fortalezas y no de carencias, puede ofrecer un efecto combinado en el que se potencie una elección más autónoma y sostenible de alimentos saludables por parte de las niñas y niños mismos. Nos implica un cambio de mentalidad, un cambio de cultura y de conciencia […] Los enfoques más fructíferos son los participativos, comunitarios y de ampliación de la elección; los que apelan a las fortalezas ya presentes para que crezcan; las que invitan al equilibrio, la autorregulación, la autoestima, el disfrute y el crecimiento colectivo, se lee en el informe de Save the Children y CEIDON.

Consulta el informe completo aquí.

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