En una casa de la colina, una vieja mansión de La Habana, quedan rastros de la vida de un clan: 130 monos y primates que estuvieron alguna vez, durante la primera mitad del siglo XX, bajo el manto protector de una mujer extraordinaria: Rosalía Abreu. Lo que ocurrió en esa finca dio pie a capítulos en la historia de la ciencia, la cultura y hasta del desarrollo demográfico mundial que muchos quisieran olvidar.