Un grupo de científicos que escucha las vibraciones del planeta desde hace 30 años está cubriendo de captores de sonido ultrasofisticados los nueve países por los que pasa la selva amazónica. El objetivo es crear un “Big Brother” de la naturaleza al que nada se le escape. Una excursión al mundo de quienes escuchan la selva para protegerla mediante la bioacústica.