Detrás de las llamadas de los bancos que no quieres recibir y los mensajes de WhatsApp que te ofrecen trabajos inverosímiles, se esconde un mercado negro de datos personales. Nadie te lo advirtió, pero basta tu correo o tu número telefónico para ser presa de un robo total de tu privacidad.
Las preocupaciones sobre el uso ético de la inteligencia artificial crecen tan rápido como sus innovaciones y alcances. La popularidad de aplicaciones como ChatGPT nos ha hecho creer que generar imágenes y textos como por arte de magia no tiene ninguna consecuencia.