Eugenio comenzó a trabajar en un galpón, con su padre, probando varias mezclas. Sus amigos llegaban cada noche a probarlas y junto con ellos fue cada vez más gente. Con el tiempo, se atrevieron a abrir un bar y lo que empezó como una empresa familiar no tardó en transformarse en un verdadero negocio que hoy distribuye sus cervezas por todo el país y con el que ha ganado numerosos premios.