La Ciudad de México, desde mucho antes de llamarse así e incluso antes de ser Distrito Federal, ha sido una ciudad llena de vida, con movimiento constante, evolutiva y cambiante. El cronista Jorge Pedro Uribe usa términos complejos para hablar de su ciudad. “Es un palimpsesto, un manuscrito en el que se escribe y reescribe una y otra vez; como un pizarrón que se borra, pero no del todo, para seguir escribiendo encima”, explica. “La Ciudad es ambas cosas: un palimpsesto y la paradoja de que no hay una sola ciudad y tampoco varias”.

Sentado a las faldas del museo Soumaya, en Polanco, el cronista vuelve atrás, hasta la época prehispánica, para hablar del origen de esa complejidad. “Se ha dicho que en la época de la conquista era la ciudad más poblada del mundo”, dice. Y la historia continúa a través de los siglos, como escribió  alguna vez Bernardo de Balbuena en el libro Grandeza Mexicana, del siglo XVII: “en ti se junta Italia con Japón, España con la China y finalmente un mundo entero en trato y disciplina”.

De un lago, a una de las ciudades más grandes del mundo. La Ciudad de México es el valle que levanta monumentos; con cambios provocados por movimientos, no sólo de la tierra, sino de la gente que vive en ella.

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Para celebrar esta gran ciudad, su tenacidad movimiento, Johnnie Walker Blue Label le brinda un tributo para reconocerla como la gran urbe que sigue caminando. Este 2018, la botella de este gran whisky, con diseños del célebre artista plástico Pedro Friedeberg, muestra los grandes monumentos e íconos de esta ciudad.

“Inspirado en su riqueza histórica e invaluable belleza, esta celebración visual retrata momentos culturales clave de la Ciudad de México, desde su nacimiento hasta la época actual. En esta edición especial destaca la combinación de cultura, arte y tradición que representa la vibrante esencia de esta gran metrópoli”, afirmó Matthieu Guerpillon, Scotch Ambassador de Diageo México.

Además de la botella, Johnnie Walker Blue Label Mexico City Edition reconoce a dos proyectos que han sido grandes partícipes en la transformación positiva de la Ciudad de México en los últimos años. Uno de ellos es la Fundación Centro Histórico, que desde hace 16 años se ha encargado de revitalizar el corazón de la capital, rescatando espacios históricos para que la gente disfrute de ellos; el segundo es Design Week México, además de ser uno de los proyectos que han revivido el diseño mexicano y puesto en alto el nombre de la producción local, se ha dado a la tarea de rescatar espacios de la ciudad para convertirlos en centros de exposiciones, y logró que este año la Ciudad de México fuera nombrada Capital Mundial del Diseño.

Este tributo hecho por Johnnie Walker Blue Label celebra la grandeza que la capital mexicana ha construído desde hace varios siglos, nunca estática, siempre cambiante.