Si algo ha dejado la fiebre por el mezcal tanto entre los consumidores mexicanos y extranjeros, es un sentido de respeto y admiración por el proceso artesanal, lleno de atención al detalle a lo largo de su producción. El mezcal, endémico de Oaxaca, tiene su cuna en una de las regiones más económicamente vulnerables del país, por lo que las familias que han transmitido las recetas milenarias de generación en generación se enfrentan a una complicada realidad. Es ahí donde los creadores de Mezcal Marcavidas encontraron la inspiración.

Mezcal Marcavidas hasta ahora cuenta con dos variantes concebidas por el maestro mezcalero Rodolfo López: Premium y Afrodisiaco. Ambos provienen de un agave espadín orgánico, el cual aporta notas cítricas y frutales a sus respectivas mezclas.

López, originario de San Juan del Río, Oaxaca, le comentó a Daniel Fragoso, creador de la marca, que a él y a su comunidad les marcaría la vida tener agua y luz eléctrica. Ahora, Mezcal Marcavidas ha brindado instalaciones eléctricas a al menos 35 casas de esta comunidad, apoyando así a sus productores mientras el mezcal sigue en su ascenso en el mercado mundial.

Fermentado en tinas de madera con agua de manantial y destilado tres veces en alambique de cobre, Mezcal Marcavidas Premium es suave y de matices plateados a la vista. En un primer acercamiento, las intensas notas frutales —tamarindo, frambuesa, guanábana, lima— se combinan con toques de caramelo y chocolate blanco. En la boca, la versión Premium destaca por su sedosidad, adquirida por los vapores frutales y su cuidadoso proceso de destilación.

Para disfrutar este mezcal como debe ser, Rodolfo López recomienda dejarlo reposar en la copa 10 minutos antes de beberlo, realzando así el sabor adquirido por las características tanto geográficas como tradicionales de la región: un sabor que ha logrado cambiar la vida de una comunidad y tiene el potencial de cambiar aún más cosas en la burbujeante industria del mezcal.