Helvex es una firma con la que muchas personas han interactuado de algún modo en México y América Latina, ya sea en casa, en sus espacios de trabajo o en establecimientos públicos, y quizá sin ser conscientes de ello. Así ha estado siempre presente en la vida cotidiana.

Esta compañía es un ejemplo de innovación y reinvención continua. Surgida en 1950, en la colonia Santa María la Ribera de la Ciudad de México, comenzó fabricando y comercializando calentadores de agua. Años más tarde amplió su portafolio a la grifería y, después, a muebles sanitarios manuales y electrónicos de bajo consumo de agua.

Helvex comenzó su incursión en el segmento de muebles sanitarios en 2009. Uno de sus productos más icónicos es la llave economizadora TV-105, que sólo activa el flujo de agua al contacto con la llave. Éste fue uno de los primeros modelos de la compañía para reducir el consumo de agua, aunque no el único.

“En el caso de los WC, hemos ido reduciendo el consumo de seis litros a 4.8 y 3.8 y ahora traemos el WC con 2.5 por descarga, sin perder el confort y siempre con la más alta calidad y tecnología”, asegura María Eugenia Salas, gerente de Investigación y Desarrollo de Nuevos Productos de Helvex, que está a cargo de un equipo de treinta personas expertas en ingeniería, estrategia y negocios.

Salas ha trabajado por veintiséis años para la compañía y ha visto de cerca los esfuerzos de Helvex para innovar con el bienestar de las personas y el cuidado del medio ambiente —especialmente, del agua—, en mente. “Estamos en un proceso de investigación continua de tecnologías y desarrollo de productos. Tenemos un equipo orgullosamente mexicano dedicado a identificar usos y costumbres y ofrecer productos que brinden calidad, comodidad y ahorro de agua”, menciona.

A raíz del brote de  H1N1 en México y, más recientemente, la pandemia por Covid-19, la compañía ha impulsado y acelerado el desarrollo de dispositivos electrónicos sin contacto, para reducir las posibilidades de contagio.

Salas sabe que además de diseñar productos de buena calidad y durabilidad, puede generar algún impacto positivo en las personas, en su comunidad, y  colaborar para que las futuras generaciones tengan acceso al agua potable. “También ofrecemos ‘tecnologías secas’, como nuestro mingitorio seco que no utiliza agua. En un estadio o un concierto, hay ahorros de agua muy importantes. Lo mejor, no necesita más mantenimiento que limpieza con jabón y agua”.

Para Helvex y el equipo liderado por María Eugenia Salas —o Maru, como la conocen en su equipo—, ahorrar agua y reciclar son dos de las prioridades principales de su estrategia de responsabilidad medioambiental. Sus productos como el WC 2.5, que permite ahorrar hasta 20 440 litros de agua al año por familia, o el mingitorio seco que, para el sector institucional, representa ahorrar más de 160 mil litros al año. Y en todos los productos de grifería buscan reciclar material con la finalidad de generar la menor cantidad de desechos posible.

Además de sus esfuerzos por diseñar productos de bajo consumo de agua y reducir al máximo la emisión de contaminantes y residuos, Helvex también beneficia a la sociedad. A través del Instituto de Capacitación Helvex, la compañía ofrece programas de capacitación para profesionalizar el oficio de los plomeros y les brinda un certificado oficial avalado por la Secretaría de Educación Pública. “Son nuestros principales aliados y embajadores de la marca”, dice Salas.

Helvex es un ejemplo de una compañía que vive los valores del diseño centrado en las personas y que transita a buen paso hacia la economía circular; es decir, a ser una empresa de bajo impacto ambiental que construye un futuro sustentable y genera bienestar en las comunidades donde opera.

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