Más que una semblanza de André Marín, esta es una narración en primer plano sobre los matices de uno de los periodistas deportivos más relevantes de los últimos 40 años, un apasionado del futbol.
A los once años, Paola Espinosa salió de su casa en Baja California Sur para comenzar su historia como clavadista. Medallista olímpica, de juegos panamericanos y de mundiales de clavados, se convirtió en una de las mejores atletas en la historia de México.
El futbolista italiano Roberto Baggio viviría el trago más amargo de su carrera al fallar el penalti que le concedió a Brasil la victoria del Mundial en 1994. Sin embargo, él no sería el único en disputar el partido de su vida; este relato es la carta de amor de un niño a las glorias de su padre y al futbol mismo.