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El canciller de México dejará de serlo a partir del lunes 12 de junio, pues buscará ser presidente del país. Este domingo dialogará con Morena sobre el método de la encuesta para elegir candidata o candidato presidencial. Aunque no resulte seleccionado, le dice a Gabriela Warkentin en entrevista, no buscará la candidatura en otro partido.
Marcelo Ebrard anunció que el lunes 12 de junio, a primera hora, presentará su renuncia como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Además, se mostró contento porque participará en el Consejo Nacional de Morena para definir la metodología de la encuesta con que el partido elegirá a su candidato o candidata presidencial. Adelantó que la encuesta debe ser “amplia, transparente y verificable” e, idealmente, “con una sola pregunta”.
Ante la posibilidad de no llegar a un acuerdo con los otros aspirantes y con Morena, ¿Marcelo Ebrard buscaría la candidatura en otro partido?
Él asegura, en entrevista con Gabriela Warkentin, que se quedaría en Morena, sin importar quien resulte elegido: “No estoy en esa idea de ‘me voy por cualquier lado’”. Pero insiste en su método de elección: “Una encuesta como la que hicimos con Andrés en 2011, que sea abierta, que sea transparente, que la muestra la discutamos todos, que en la pregunta todos estemos de acuerdo”.
El principal desacuerdo proviene de Claudia Sheinbaum, quien dijo que ella prefiere apegarse a los estatutos del partido. Si quisieran hacer cambios en los estatutos, “pues tendría que llamarse [a] un nuevo congreso nacional”, advirtió la jefa de gobierno.
Otro motivo de desacuerdo entre los punteros Ebrard y Sheinbaum es la fecha de renuncia a sus cargos. El primero ha insistido en que todos los que deseen la candidatura deben abandonar sus puestos para que el piso de la competencia sea parejo. Sin embargo, Sheinbaum aclaró que ella no piensa renunciar, que lo hará únicamente cuando gane la encuesta. La decisión tuvo que venir del propio López Obrador: ayer, lunes 5 de junio, convocó a los aspirantes a una cena y trascendió que el presidente resolvió que sí deben renunciar si desean participar en la encuesta.
Con todo esto, Marcelo Ebrard busca que en 2024 se repita lo que sucedió hace diecisiete años, cuando sucedió a López Obrador como jefe de gobierno de la Ciudad de México, pero ahora en la Presidencia de la República. No una sino dos veces ha declinado en favor de AMLO: en el 2000, cuando Ebrard se candidateó como jefe de gobierno por el Partido del Centro Democrático, y en 2011, al perder la encuesta del PRD contra Andrés Manuel.
“Guardia Nacional: sí”
La militarización de México no es el debate en el que quiere centrarse Marcelo Ebrard. En entrevista con Gatopardo, ante el cuestionamiento en el que insistió Gabriela Warkentin, “¿a ti no te preocupa cuando se debate el concepto ‘militarización’?, ¿no coincides con él?”, el canciller respondió: “No me preocupa porque la Guardia Nacional ha sido formada por el Ejército y la Marina. Todo el gobierno ha tenido como mando, en lo que yo veo, el mando militar, todos los cuatro años de gobierno”.
En cambio, explicó que esta corporación le ha permitido al nivel federal tener presencia en todo el territorio mexicano, a diferencia de lo que ocurría con la Policía Federal, que siempre contó con pocos elementos y “fue muy cuestionada”. “A mí el debate que me preocupa”, dijo el canciller respecto a los miembros de la Guardia Nacional, “es que tengan la capacidad tecnológica y los elementos para poder hacer frente a lo que tienen que hacer frente”.
La relación de Marcelo Ebrard con el ejército no es nueva; se remonta a 1994, cuando él mismo fue parte de las negociaciones con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), junto a su mentor Manuel Camacho. En su libro El camino de México (Aguilar, 2023), Ebrard recuerda que trató uno a uno con el general Miguel Ángel Godínez Bravo, jefe de la región militar y de las operaciones contra el EZLN. “Siempre tenemos que escuchar y atender las preocupaciones y las ideas del Ejército, me dijo Camacho, haciendo énfasis en que debían ser parte de la solución para tenerlos de nuestro lado”.
Actualmente, una de las estrategias que Marcelo Ebrard comparte con López Obrador es la de seguridad. “Guardia Nacional sí”, le dice el canciller a Warkentin en la entrevista, aunque él mismo se desempeñó como secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal durante el gobierno de López Obrador en la capital del país, hasta que fue destituido por el entonces presidente Vicente Fox luego de que tres elementos de la policía del DF fueran linchados por habitantes de San Juan Ixtayopan, Tláhuac.
Razones para ser presidente
El principal argumento con el que Marcelo Ebrard justifica y promueve su candidatura es que ha sido un funcionario de alto nivel entrenado por la adversidad. “Llevo cuarenta años viviendo todo lo que se te ocurra que le haya pasado a México”, afirma en entrevista para Gatopardo.
Dentro de esas “crisis de todo tipo” recuerda que formó parte del Programa de Renovación de Vivienda Popular tras el sismo de 1985 y subraya que, como diputado independiente, se opuso al rescate bancario mediante el Fobaproa.
Otro aspecto relevante es su gestión como secretario de Seguridad Pública del DF: según sus datos, los robos habían disminuido en 7.8% y los homicidios en 12.7% cuando salió del cargo.
Ahora, como canciller, destaca su papel en la negociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ante un presidente como Donald Trump y habla de su defensa de los intereses nacionales, en especial en materia de seguridad y migración. “Necesitamos saber quién va a llegar [a la presidencia de Estados Unidos], porque sin eso está muy difícil lograr los objetivos de reducir la violencia”, advierte Marcelo Ebrard.
La Secretaría de Relaciones Exteriores a su cargo inició un litigio contra varias armadoras estadounidenses y busca controlar el tráfico ilegal de armas a México, argumentando que esto contribuye a los altos índices de homicidios en el territorio nacional.
Acerca del crecimiento económico, Marcelo Ebrard hace hincapié en que el estrés geopolítico entre China y Estados Unidos es positivo para nuestro país: “México tiene una gran oportunidad de jugar ahí un rol significativo”, ya que la “competencia entre esas dos superpotencias llegó para quedarse”. Insiste en que nos encontramos en un momento clave porque “las posibilidades de inversión a gran escala en México son muy superiores a las que teníamos hace unos años”.
Otra adversidad que Marcelo Ebrard enfrentó —y que también lo prepara, según él, para ser presidente— es la adquisición de vacunas contra el covid en un contexto de incertidumbre. Por esto acaba de ser galardonado con el Premio Humanitario Joe Kiani. Sin embargo, en cuanto al accidente de la Línea 12 del metro de la Ciudad de México, sigue sosteniendo que fue causado por problemas de mantenimiento, que empezaron en el sexenio de Miguel Ángel Mancera, a pesar de los informes presentados por The New York Times.
Acerca del distanciamiento entre el gobierno de López Obrador y los grupos feministas, Marcelo Ebrard coloca al feminismo como un tema “decisivo para la próxima administración”. Agrega que cuando gobernó la Ciudad de México promovió los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTQ+: la interrupción legal del embarazo y los matrimonios igualitarios se aprobaron durante su gestión. “Nos falta avanzarle, hay una agenda importante que tenemos que atender, y más desde la izquierda”, le dice a Gatopardo.
Esta entrevista es parte de la serie “Presidenciables”, con Gabriela Warkentin para Gatopardo.
El canciller de México dejará de serlo a partir del lunes 12 de junio, pues buscará ser presidente del país. Este domingo dialogará con Morena sobre el método de la encuesta para elegir candidata o candidato presidencial. Aunque no resulte seleccionado, le dice a Gabriela Warkentin en entrevista, no buscará la candidatura en otro partido.
Marcelo Ebrard anunció que el lunes 12 de junio, a primera hora, presentará su renuncia como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Además, se mostró contento porque participará en el Consejo Nacional de Morena para definir la metodología de la encuesta con que el partido elegirá a su candidato o candidata presidencial. Adelantó que la encuesta debe ser “amplia, transparente y verificable” e, idealmente, “con una sola pregunta”.
Ante la posibilidad de no llegar a un acuerdo con los otros aspirantes y con Morena, ¿Marcelo Ebrard buscaría la candidatura en otro partido?
Él asegura, en entrevista con Gabriela Warkentin, que se quedaría en Morena, sin importar quien resulte elegido: “No estoy en esa idea de ‘me voy por cualquier lado’”. Pero insiste en su método de elección: “Una encuesta como la que hicimos con Andrés en 2011, que sea abierta, que sea transparente, que la muestra la discutamos todos, que en la pregunta todos estemos de acuerdo”.
El principal desacuerdo proviene de Claudia Sheinbaum, quien dijo que ella prefiere apegarse a los estatutos del partido. Si quisieran hacer cambios en los estatutos, “pues tendría que llamarse [a] un nuevo congreso nacional”, advirtió la jefa de gobierno.
Otro motivo de desacuerdo entre los punteros Ebrard y Sheinbaum es la fecha de renuncia a sus cargos. El primero ha insistido en que todos los que deseen la candidatura deben abandonar sus puestos para que el piso de la competencia sea parejo. Sin embargo, Sheinbaum aclaró que ella no piensa renunciar, que lo hará únicamente cuando gane la encuesta. La decisión tuvo que venir del propio López Obrador: ayer, lunes 5 de junio, convocó a los aspirantes a una cena y trascendió que el presidente resolvió que sí deben renunciar si desean participar en la encuesta.
Con todo esto, Marcelo Ebrard busca que en 2024 se repita lo que sucedió hace diecisiete años, cuando sucedió a López Obrador como jefe de gobierno de la Ciudad de México, pero ahora en la Presidencia de la República. No una sino dos veces ha declinado en favor de AMLO: en el 2000, cuando Ebrard se candidateó como jefe de gobierno por el Partido del Centro Democrático, y en 2011, al perder la encuesta del PRD contra Andrés Manuel.
“Guardia Nacional: sí”
La militarización de México no es el debate en el que quiere centrarse Marcelo Ebrard. En entrevista con Gatopardo, ante el cuestionamiento en el que insistió Gabriela Warkentin, “¿a ti no te preocupa cuando se debate el concepto ‘militarización’?, ¿no coincides con él?”, el canciller respondió: “No me preocupa porque la Guardia Nacional ha sido formada por el Ejército y la Marina. Todo el gobierno ha tenido como mando, en lo que yo veo, el mando militar, todos los cuatro años de gobierno”.
En cambio, explicó que esta corporación le ha permitido al nivel federal tener presencia en todo el territorio mexicano, a diferencia de lo que ocurría con la Policía Federal, que siempre contó con pocos elementos y “fue muy cuestionada”. “A mí el debate que me preocupa”, dijo el canciller respecto a los miembros de la Guardia Nacional, “es que tengan la capacidad tecnológica y los elementos para poder hacer frente a lo que tienen que hacer frente”.
La relación de Marcelo Ebrard con el ejército no es nueva; se remonta a 1994, cuando él mismo fue parte de las negociaciones con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), junto a su mentor Manuel Camacho. En su libro El camino de México (Aguilar, 2023), Ebrard recuerda que trató uno a uno con el general Miguel Ángel Godínez Bravo, jefe de la región militar y de las operaciones contra el EZLN. “Siempre tenemos que escuchar y atender las preocupaciones y las ideas del Ejército, me dijo Camacho, haciendo énfasis en que debían ser parte de la solución para tenerlos de nuestro lado”.
Actualmente, una de las estrategias que Marcelo Ebrard comparte con López Obrador es la de seguridad. “Guardia Nacional sí”, le dice el canciller a Warkentin en la entrevista, aunque él mismo se desempeñó como secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal durante el gobierno de López Obrador en la capital del país, hasta que fue destituido por el entonces presidente Vicente Fox luego de que tres elementos de la policía del DF fueran linchados por habitantes de San Juan Ixtayopan, Tláhuac.
Razones para ser presidente
El principal argumento con el que Marcelo Ebrard justifica y promueve su candidatura es que ha sido un funcionario de alto nivel entrenado por la adversidad. “Llevo cuarenta años viviendo todo lo que se te ocurra que le haya pasado a México”, afirma en entrevista para Gatopardo.
Dentro de esas “crisis de todo tipo” recuerda que formó parte del Programa de Renovación de Vivienda Popular tras el sismo de 1985 y subraya que, como diputado independiente, se opuso al rescate bancario mediante el Fobaproa.
Otro aspecto relevante es su gestión como secretario de Seguridad Pública del DF: según sus datos, los robos habían disminuido en 7.8% y los homicidios en 12.7% cuando salió del cargo.
Ahora, como canciller, destaca su papel en la negociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ante un presidente como Donald Trump y habla de su defensa de los intereses nacionales, en especial en materia de seguridad y migración. “Necesitamos saber quién va a llegar [a la presidencia de Estados Unidos], porque sin eso está muy difícil lograr los objetivos de reducir la violencia”, advierte Marcelo Ebrard.
La Secretaría de Relaciones Exteriores a su cargo inició un litigio contra varias armadoras estadounidenses y busca controlar el tráfico ilegal de armas a México, argumentando que esto contribuye a los altos índices de homicidios en el territorio nacional.
Acerca del crecimiento económico, Marcelo Ebrard hace hincapié en que el estrés geopolítico entre China y Estados Unidos es positivo para nuestro país: “México tiene una gran oportunidad de jugar ahí un rol significativo”, ya que la “competencia entre esas dos superpotencias llegó para quedarse”. Insiste en que nos encontramos en un momento clave porque “las posibilidades de inversión a gran escala en México son muy superiores a las que teníamos hace unos años”.
Otra adversidad que Marcelo Ebrard enfrentó —y que también lo prepara, según él, para ser presidente— es la adquisición de vacunas contra el covid en un contexto de incertidumbre. Por esto acaba de ser galardonado con el Premio Humanitario Joe Kiani. Sin embargo, en cuanto al accidente de la Línea 12 del metro de la Ciudad de México, sigue sosteniendo que fue causado por problemas de mantenimiento, que empezaron en el sexenio de Miguel Ángel Mancera, a pesar de los informes presentados por The New York Times.
Acerca del distanciamiento entre el gobierno de López Obrador y los grupos feministas, Marcelo Ebrard coloca al feminismo como un tema “decisivo para la próxima administración”. Agrega que cuando gobernó la Ciudad de México promovió los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTQ+: la interrupción legal del embarazo y los matrimonios igualitarios se aprobaron durante su gestión. “Nos falta avanzarle, hay una agenda importante que tenemos que atender, y más desde la izquierda”, le dice a Gatopardo.
Esta entrevista es parte de la serie “Presidenciables”, con Gabriela Warkentin para Gatopardo.
El canciller de México dejará de serlo a partir del lunes 12 de junio, pues buscará ser presidente del país. Este domingo dialogará con Morena sobre el método de la encuesta para elegir candidata o candidato presidencial. Aunque no resulte seleccionado, le dice a Gabriela Warkentin en entrevista, no buscará la candidatura en otro partido.
Marcelo Ebrard anunció que el lunes 12 de junio, a primera hora, presentará su renuncia como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Además, se mostró contento porque participará en el Consejo Nacional de Morena para definir la metodología de la encuesta con que el partido elegirá a su candidato o candidata presidencial. Adelantó que la encuesta debe ser “amplia, transparente y verificable” e, idealmente, “con una sola pregunta”.
Ante la posibilidad de no llegar a un acuerdo con los otros aspirantes y con Morena, ¿Marcelo Ebrard buscaría la candidatura en otro partido?
Él asegura, en entrevista con Gabriela Warkentin, que se quedaría en Morena, sin importar quien resulte elegido: “No estoy en esa idea de ‘me voy por cualquier lado’”. Pero insiste en su método de elección: “Una encuesta como la que hicimos con Andrés en 2011, que sea abierta, que sea transparente, que la muestra la discutamos todos, que en la pregunta todos estemos de acuerdo”.
El principal desacuerdo proviene de Claudia Sheinbaum, quien dijo que ella prefiere apegarse a los estatutos del partido. Si quisieran hacer cambios en los estatutos, “pues tendría que llamarse [a] un nuevo congreso nacional”, advirtió la jefa de gobierno.
Otro motivo de desacuerdo entre los punteros Ebrard y Sheinbaum es la fecha de renuncia a sus cargos. El primero ha insistido en que todos los que deseen la candidatura deben abandonar sus puestos para que el piso de la competencia sea parejo. Sin embargo, Sheinbaum aclaró que ella no piensa renunciar, que lo hará únicamente cuando gane la encuesta. La decisión tuvo que venir del propio López Obrador: ayer, lunes 5 de junio, convocó a los aspirantes a una cena y trascendió que el presidente resolvió que sí deben renunciar si desean participar en la encuesta.
Con todo esto, Marcelo Ebrard busca que en 2024 se repita lo que sucedió hace diecisiete años, cuando sucedió a López Obrador como jefe de gobierno de la Ciudad de México, pero ahora en la Presidencia de la República. No una sino dos veces ha declinado en favor de AMLO: en el 2000, cuando Ebrard se candidateó como jefe de gobierno por el Partido del Centro Democrático, y en 2011, al perder la encuesta del PRD contra Andrés Manuel.
“Guardia Nacional: sí”
La militarización de México no es el debate en el que quiere centrarse Marcelo Ebrard. En entrevista con Gatopardo, ante el cuestionamiento en el que insistió Gabriela Warkentin, “¿a ti no te preocupa cuando se debate el concepto ‘militarización’?, ¿no coincides con él?”, el canciller respondió: “No me preocupa porque la Guardia Nacional ha sido formada por el Ejército y la Marina. Todo el gobierno ha tenido como mando, en lo que yo veo, el mando militar, todos los cuatro años de gobierno”.
En cambio, explicó que esta corporación le ha permitido al nivel federal tener presencia en todo el territorio mexicano, a diferencia de lo que ocurría con la Policía Federal, que siempre contó con pocos elementos y “fue muy cuestionada”. “A mí el debate que me preocupa”, dijo el canciller respecto a los miembros de la Guardia Nacional, “es que tengan la capacidad tecnológica y los elementos para poder hacer frente a lo que tienen que hacer frente”.
La relación de Marcelo Ebrard con el ejército no es nueva; se remonta a 1994, cuando él mismo fue parte de las negociaciones con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), junto a su mentor Manuel Camacho. En su libro El camino de México (Aguilar, 2023), Ebrard recuerda que trató uno a uno con el general Miguel Ángel Godínez Bravo, jefe de la región militar y de las operaciones contra el EZLN. “Siempre tenemos que escuchar y atender las preocupaciones y las ideas del Ejército, me dijo Camacho, haciendo énfasis en que debían ser parte de la solución para tenerlos de nuestro lado”.
Actualmente, una de las estrategias que Marcelo Ebrard comparte con López Obrador es la de seguridad. “Guardia Nacional sí”, le dice el canciller a Warkentin en la entrevista, aunque él mismo se desempeñó como secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal durante el gobierno de López Obrador en la capital del país, hasta que fue destituido por el entonces presidente Vicente Fox luego de que tres elementos de la policía del DF fueran linchados por habitantes de San Juan Ixtayopan, Tláhuac.
Razones para ser presidente
El principal argumento con el que Marcelo Ebrard justifica y promueve su candidatura es que ha sido un funcionario de alto nivel entrenado por la adversidad. “Llevo cuarenta años viviendo todo lo que se te ocurra que le haya pasado a México”, afirma en entrevista para Gatopardo.
Dentro de esas “crisis de todo tipo” recuerda que formó parte del Programa de Renovación de Vivienda Popular tras el sismo de 1985 y subraya que, como diputado independiente, se opuso al rescate bancario mediante el Fobaproa.
Otro aspecto relevante es su gestión como secretario de Seguridad Pública del DF: según sus datos, los robos habían disminuido en 7.8% y los homicidios en 12.7% cuando salió del cargo.
Ahora, como canciller, destaca su papel en la negociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ante un presidente como Donald Trump y habla de su defensa de los intereses nacionales, en especial en materia de seguridad y migración. “Necesitamos saber quién va a llegar [a la presidencia de Estados Unidos], porque sin eso está muy difícil lograr los objetivos de reducir la violencia”, advierte Marcelo Ebrard.
La Secretaría de Relaciones Exteriores a su cargo inició un litigio contra varias armadoras estadounidenses y busca controlar el tráfico ilegal de armas a México, argumentando que esto contribuye a los altos índices de homicidios en el territorio nacional.
Acerca del crecimiento económico, Marcelo Ebrard hace hincapié en que el estrés geopolítico entre China y Estados Unidos es positivo para nuestro país: “México tiene una gran oportunidad de jugar ahí un rol significativo”, ya que la “competencia entre esas dos superpotencias llegó para quedarse”. Insiste en que nos encontramos en un momento clave porque “las posibilidades de inversión a gran escala en México son muy superiores a las que teníamos hace unos años”.
Otra adversidad que Marcelo Ebrard enfrentó —y que también lo prepara, según él, para ser presidente— es la adquisición de vacunas contra el covid en un contexto de incertidumbre. Por esto acaba de ser galardonado con el Premio Humanitario Joe Kiani. Sin embargo, en cuanto al accidente de la Línea 12 del metro de la Ciudad de México, sigue sosteniendo que fue causado por problemas de mantenimiento, que empezaron en el sexenio de Miguel Ángel Mancera, a pesar de los informes presentados por The New York Times.
Acerca del distanciamiento entre el gobierno de López Obrador y los grupos feministas, Marcelo Ebrard coloca al feminismo como un tema “decisivo para la próxima administración”. Agrega que cuando gobernó la Ciudad de México promovió los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTQ+: la interrupción legal del embarazo y los matrimonios igualitarios se aprobaron durante su gestión. “Nos falta avanzarle, hay una agenda importante que tenemos que atender, y más desde la izquierda”, le dice a Gatopardo.
Esta entrevista es parte de la serie “Presidenciables”, con Gabriela Warkentin para Gatopardo.
El canciller de México dejará de serlo a partir del lunes 12 de junio, pues buscará ser presidente del país. Este domingo dialogará con Morena sobre el método de la encuesta para elegir candidata o candidato presidencial. Aunque no resulte seleccionado, le dice a Gabriela Warkentin en entrevista, no buscará la candidatura en otro partido.
Marcelo Ebrard anunció que el lunes 12 de junio, a primera hora, presentará su renuncia como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Además, se mostró contento porque participará en el Consejo Nacional de Morena para definir la metodología de la encuesta con que el partido elegirá a su candidato o candidata presidencial. Adelantó que la encuesta debe ser “amplia, transparente y verificable” e, idealmente, “con una sola pregunta”.
Ante la posibilidad de no llegar a un acuerdo con los otros aspirantes y con Morena, ¿Marcelo Ebrard buscaría la candidatura en otro partido?
Él asegura, en entrevista con Gabriela Warkentin, que se quedaría en Morena, sin importar quien resulte elegido: “No estoy en esa idea de ‘me voy por cualquier lado’”. Pero insiste en su método de elección: “Una encuesta como la que hicimos con Andrés en 2011, que sea abierta, que sea transparente, que la muestra la discutamos todos, que en la pregunta todos estemos de acuerdo”.
El principal desacuerdo proviene de Claudia Sheinbaum, quien dijo que ella prefiere apegarse a los estatutos del partido. Si quisieran hacer cambios en los estatutos, “pues tendría que llamarse [a] un nuevo congreso nacional”, advirtió la jefa de gobierno.
Otro motivo de desacuerdo entre los punteros Ebrard y Sheinbaum es la fecha de renuncia a sus cargos. El primero ha insistido en que todos los que deseen la candidatura deben abandonar sus puestos para que el piso de la competencia sea parejo. Sin embargo, Sheinbaum aclaró que ella no piensa renunciar, que lo hará únicamente cuando gane la encuesta. La decisión tuvo que venir del propio López Obrador: ayer, lunes 5 de junio, convocó a los aspirantes a una cena y trascendió que el presidente resolvió que sí deben renunciar si desean participar en la encuesta.
Con todo esto, Marcelo Ebrard busca que en 2024 se repita lo que sucedió hace diecisiete años, cuando sucedió a López Obrador como jefe de gobierno de la Ciudad de México, pero ahora en la Presidencia de la República. No una sino dos veces ha declinado en favor de AMLO: en el 2000, cuando Ebrard se candidateó como jefe de gobierno por el Partido del Centro Democrático, y en 2011, al perder la encuesta del PRD contra Andrés Manuel.
“Guardia Nacional: sí”
La militarización de México no es el debate en el que quiere centrarse Marcelo Ebrard. En entrevista con Gatopardo, ante el cuestionamiento en el que insistió Gabriela Warkentin, “¿a ti no te preocupa cuando se debate el concepto ‘militarización’?, ¿no coincides con él?”, el canciller respondió: “No me preocupa porque la Guardia Nacional ha sido formada por el Ejército y la Marina. Todo el gobierno ha tenido como mando, en lo que yo veo, el mando militar, todos los cuatro años de gobierno”.
En cambio, explicó que esta corporación le ha permitido al nivel federal tener presencia en todo el territorio mexicano, a diferencia de lo que ocurría con la Policía Federal, que siempre contó con pocos elementos y “fue muy cuestionada”. “A mí el debate que me preocupa”, dijo el canciller respecto a los miembros de la Guardia Nacional, “es que tengan la capacidad tecnológica y los elementos para poder hacer frente a lo que tienen que hacer frente”.
La relación de Marcelo Ebrard con el ejército no es nueva; se remonta a 1994, cuando él mismo fue parte de las negociaciones con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), junto a su mentor Manuel Camacho. En su libro El camino de México (Aguilar, 2023), Ebrard recuerda que trató uno a uno con el general Miguel Ángel Godínez Bravo, jefe de la región militar y de las operaciones contra el EZLN. “Siempre tenemos que escuchar y atender las preocupaciones y las ideas del Ejército, me dijo Camacho, haciendo énfasis en que debían ser parte de la solución para tenerlos de nuestro lado”.
Actualmente, una de las estrategias que Marcelo Ebrard comparte con López Obrador es la de seguridad. “Guardia Nacional sí”, le dice el canciller a Warkentin en la entrevista, aunque él mismo se desempeñó como secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal durante el gobierno de López Obrador en la capital del país, hasta que fue destituido por el entonces presidente Vicente Fox luego de que tres elementos de la policía del DF fueran linchados por habitantes de San Juan Ixtayopan, Tláhuac.
Razones para ser presidente
El principal argumento con el que Marcelo Ebrard justifica y promueve su candidatura es que ha sido un funcionario de alto nivel entrenado por la adversidad. “Llevo cuarenta años viviendo todo lo que se te ocurra que le haya pasado a México”, afirma en entrevista para Gatopardo.
Dentro de esas “crisis de todo tipo” recuerda que formó parte del Programa de Renovación de Vivienda Popular tras el sismo de 1985 y subraya que, como diputado independiente, se opuso al rescate bancario mediante el Fobaproa.
Otro aspecto relevante es su gestión como secretario de Seguridad Pública del DF: según sus datos, los robos habían disminuido en 7.8% y los homicidios en 12.7% cuando salió del cargo.
Ahora, como canciller, destaca su papel en la negociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ante un presidente como Donald Trump y habla de su defensa de los intereses nacionales, en especial en materia de seguridad y migración. “Necesitamos saber quién va a llegar [a la presidencia de Estados Unidos], porque sin eso está muy difícil lograr los objetivos de reducir la violencia”, advierte Marcelo Ebrard.
La Secretaría de Relaciones Exteriores a su cargo inició un litigio contra varias armadoras estadounidenses y busca controlar el tráfico ilegal de armas a México, argumentando que esto contribuye a los altos índices de homicidios en el territorio nacional.
Acerca del crecimiento económico, Marcelo Ebrard hace hincapié en que el estrés geopolítico entre China y Estados Unidos es positivo para nuestro país: “México tiene una gran oportunidad de jugar ahí un rol significativo”, ya que la “competencia entre esas dos superpotencias llegó para quedarse”. Insiste en que nos encontramos en un momento clave porque “las posibilidades de inversión a gran escala en México son muy superiores a las que teníamos hace unos años”.
Otra adversidad que Marcelo Ebrard enfrentó —y que también lo prepara, según él, para ser presidente— es la adquisición de vacunas contra el covid en un contexto de incertidumbre. Por esto acaba de ser galardonado con el Premio Humanitario Joe Kiani. Sin embargo, en cuanto al accidente de la Línea 12 del metro de la Ciudad de México, sigue sosteniendo que fue causado por problemas de mantenimiento, que empezaron en el sexenio de Miguel Ángel Mancera, a pesar de los informes presentados por The New York Times.
Acerca del distanciamiento entre el gobierno de López Obrador y los grupos feministas, Marcelo Ebrard coloca al feminismo como un tema “decisivo para la próxima administración”. Agrega que cuando gobernó la Ciudad de México promovió los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTQ+: la interrupción legal del embarazo y los matrimonios igualitarios se aprobaron durante su gestión. “Nos falta avanzarle, hay una agenda importante que tenemos que atender, y más desde la izquierda”, le dice a Gatopardo.
Esta entrevista es parte de la serie “Presidenciables”, con Gabriela Warkentin para Gatopardo.
El canciller de México dejará de serlo a partir del lunes 12 de junio, pues buscará ser presidente del país. Este domingo dialogará con Morena sobre el método de la encuesta para elegir candidata o candidato presidencial. Aunque no resulte seleccionado, le dice a Gabriela Warkentin en entrevista, no buscará la candidatura en otro partido.
Marcelo Ebrard anunció que el lunes 12 de junio, a primera hora, presentará su renuncia como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Además, se mostró contento porque participará en el Consejo Nacional de Morena para definir la metodología de la encuesta con que el partido elegirá a su candidato o candidata presidencial. Adelantó que la encuesta debe ser “amplia, transparente y verificable” e, idealmente, “con una sola pregunta”.
Ante la posibilidad de no llegar a un acuerdo con los otros aspirantes y con Morena, ¿Marcelo Ebrard buscaría la candidatura en otro partido?
Él asegura, en entrevista con Gabriela Warkentin, que se quedaría en Morena, sin importar quien resulte elegido: “No estoy en esa idea de ‘me voy por cualquier lado’”. Pero insiste en su método de elección: “Una encuesta como la que hicimos con Andrés en 2011, que sea abierta, que sea transparente, que la muestra la discutamos todos, que en la pregunta todos estemos de acuerdo”.
El principal desacuerdo proviene de Claudia Sheinbaum, quien dijo que ella prefiere apegarse a los estatutos del partido. Si quisieran hacer cambios en los estatutos, “pues tendría que llamarse [a] un nuevo congreso nacional”, advirtió la jefa de gobierno.
Otro motivo de desacuerdo entre los punteros Ebrard y Sheinbaum es la fecha de renuncia a sus cargos. El primero ha insistido en que todos los que deseen la candidatura deben abandonar sus puestos para que el piso de la competencia sea parejo. Sin embargo, Sheinbaum aclaró que ella no piensa renunciar, que lo hará únicamente cuando gane la encuesta. La decisión tuvo que venir del propio López Obrador: ayer, lunes 5 de junio, convocó a los aspirantes a una cena y trascendió que el presidente resolvió que sí deben renunciar si desean participar en la encuesta.
Con todo esto, Marcelo Ebrard busca que en 2024 se repita lo que sucedió hace diecisiete años, cuando sucedió a López Obrador como jefe de gobierno de la Ciudad de México, pero ahora en la Presidencia de la República. No una sino dos veces ha declinado en favor de AMLO: en el 2000, cuando Ebrard se candidateó como jefe de gobierno por el Partido del Centro Democrático, y en 2011, al perder la encuesta del PRD contra Andrés Manuel.
“Guardia Nacional: sí”
La militarización de México no es el debate en el que quiere centrarse Marcelo Ebrard. En entrevista con Gatopardo, ante el cuestionamiento en el que insistió Gabriela Warkentin, “¿a ti no te preocupa cuando se debate el concepto ‘militarización’?, ¿no coincides con él?”, el canciller respondió: “No me preocupa porque la Guardia Nacional ha sido formada por el Ejército y la Marina. Todo el gobierno ha tenido como mando, en lo que yo veo, el mando militar, todos los cuatro años de gobierno”.
En cambio, explicó que esta corporación le ha permitido al nivel federal tener presencia en todo el territorio mexicano, a diferencia de lo que ocurría con la Policía Federal, que siempre contó con pocos elementos y “fue muy cuestionada”. “A mí el debate que me preocupa”, dijo el canciller respecto a los miembros de la Guardia Nacional, “es que tengan la capacidad tecnológica y los elementos para poder hacer frente a lo que tienen que hacer frente”.
La relación de Marcelo Ebrard con el ejército no es nueva; se remonta a 1994, cuando él mismo fue parte de las negociaciones con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), junto a su mentor Manuel Camacho. En su libro El camino de México (Aguilar, 2023), Ebrard recuerda que trató uno a uno con el general Miguel Ángel Godínez Bravo, jefe de la región militar y de las operaciones contra el EZLN. “Siempre tenemos que escuchar y atender las preocupaciones y las ideas del Ejército, me dijo Camacho, haciendo énfasis en que debían ser parte de la solución para tenerlos de nuestro lado”.
Actualmente, una de las estrategias que Marcelo Ebrard comparte con López Obrador es la de seguridad. “Guardia Nacional sí”, le dice el canciller a Warkentin en la entrevista, aunque él mismo se desempeñó como secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal durante el gobierno de López Obrador en la capital del país, hasta que fue destituido por el entonces presidente Vicente Fox luego de que tres elementos de la policía del DF fueran linchados por habitantes de San Juan Ixtayopan, Tláhuac.
Razones para ser presidente
El principal argumento con el que Marcelo Ebrard justifica y promueve su candidatura es que ha sido un funcionario de alto nivel entrenado por la adversidad. “Llevo cuarenta años viviendo todo lo que se te ocurra que le haya pasado a México”, afirma en entrevista para Gatopardo.
Dentro de esas “crisis de todo tipo” recuerda que formó parte del Programa de Renovación de Vivienda Popular tras el sismo de 1985 y subraya que, como diputado independiente, se opuso al rescate bancario mediante el Fobaproa.
Otro aspecto relevante es su gestión como secretario de Seguridad Pública del DF: según sus datos, los robos habían disminuido en 7.8% y los homicidios en 12.7% cuando salió del cargo.
Ahora, como canciller, destaca su papel en la negociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ante un presidente como Donald Trump y habla de su defensa de los intereses nacionales, en especial en materia de seguridad y migración. “Necesitamos saber quién va a llegar [a la presidencia de Estados Unidos], porque sin eso está muy difícil lograr los objetivos de reducir la violencia”, advierte Marcelo Ebrard.
La Secretaría de Relaciones Exteriores a su cargo inició un litigio contra varias armadoras estadounidenses y busca controlar el tráfico ilegal de armas a México, argumentando que esto contribuye a los altos índices de homicidios en el territorio nacional.
Acerca del crecimiento económico, Marcelo Ebrard hace hincapié en que el estrés geopolítico entre China y Estados Unidos es positivo para nuestro país: “México tiene una gran oportunidad de jugar ahí un rol significativo”, ya que la “competencia entre esas dos superpotencias llegó para quedarse”. Insiste en que nos encontramos en un momento clave porque “las posibilidades de inversión a gran escala en México son muy superiores a las que teníamos hace unos años”.
Otra adversidad que Marcelo Ebrard enfrentó —y que también lo prepara, según él, para ser presidente— es la adquisición de vacunas contra el covid en un contexto de incertidumbre. Por esto acaba de ser galardonado con el Premio Humanitario Joe Kiani. Sin embargo, en cuanto al accidente de la Línea 12 del metro de la Ciudad de México, sigue sosteniendo que fue causado por problemas de mantenimiento, que empezaron en el sexenio de Miguel Ángel Mancera, a pesar de los informes presentados por The New York Times.
Acerca del distanciamiento entre el gobierno de López Obrador y los grupos feministas, Marcelo Ebrard coloca al feminismo como un tema “decisivo para la próxima administración”. Agrega que cuando gobernó la Ciudad de México promovió los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTQ+: la interrupción legal del embarazo y los matrimonios igualitarios se aprobaron durante su gestión. “Nos falta avanzarle, hay una agenda importante que tenemos que atender, y más desde la izquierda”, le dice a Gatopardo.
Esta entrevista es parte de la serie “Presidenciables”, con Gabriela Warkentin para Gatopardo.
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