La derecha conquista Brasil
Jair Bolsonaro, de extrema derecha, obtuvo la victoria en la contienda presidencial de Brasil.
Después de que se anunciara el resultado de las elecciones de Brasil, Jair Bolsonaro, el ahora presidente electo del gigante latinoamericano, publicó un video en su página de Facebook para hacer el acostumbrado discurso de victoria.
“Yo sabía dónde estaba Brasil y pide cambios. No podíamos seguir coqueteando con el socialismo, con el comunismo, con el populismo y con la extrema izquierda”, dijo en esa primer declaración.
Bolsonaro ha sido llamado el “Trump del Trópico” por sus ideas –entre otras– acerca del uso de la fuerza de parte de la milicia y por proponer que sea más sencillo adquirir armas para la defensa propia. La columna vertebral de su campaña es detener la inseguridad, “La libertad es un principio fundamental. Libertad de ir y venir, caminar en las calles en todos los lugares de ese país, libertad de emprender, libertad política y religiosa, libertad de hacer, formar y tener opinión, libertad de elección y ser respetado por ellas. Este es un país de todos nosotros, brasileños natos o de corazón. Un Brasil de diversas opiniones, colores y orientaciones”, añadió en la declaración.
Sin embargo, unos días antes de que se llevara a cabo la segunda ronda de votaciones presidenciales de Brasil, Bolsonaro declaró “si se quiere quedar aquí, va a tenerse que poner bajo la ley de nosotros. O se van fuera o van para la cárcel. Esos marginales rojos serán proscritos de nuestra patria», respecto a quienes tienden al izquierdismo.
También, en campaña en el estado de Acre, al noreste del país, dijo “vamos a fusilar a la ‘petralhda’ aquí en Acre”, refiriéndose a los militantes del izquierdista Partido de los Trabajadores, el PT, al cual pertenece su principal contrincante en la contienda presidencial, Fernando Haddad.
Sin embargo, aunque ha demostrado públicamente ser homofóbico, machista, racista y defender las dictaduras como forma de gobernar, este domingo 28 de octubre, 57 797 424 personas votaron por Jair Bolsonaro, lo que equivale al 55.1%.
Recuperar la economía, la seguridad y acabar con la corrupción en Brasil fueron las tres apuestas fuertes durante la campaña de Bolsonaro. Además utilizó primordialmente las redes sociales para promulgar sus discursos y propuestas, por lo que gastó tan sólo un poco más de un millón de reales a lo largo de la competencia por la presidencia, contrario a Haddad, que gastó 31 millones de reales en los pocos meses que pudo hacer campaña, pues suplió a Lula da Silva cuando fue condenado a 12 años de prisión como resultado de las investigaciones Java Lato.
Al usar las redes sociales como medio de comunicación, además de ahorrarse mucho dinero, Bolsonaro se ha dirigido a sus millones de seguidores (más de ocho en Facebook, en Twitter 2.03 y en Instagram 5.9 millones) sin intermediarios. Son contadas las veces que concedió una entrevista a un medio de comunicación formal, y en cambio, hacía transmisiones vía Facebook life varias veces al día
“Bolsonaro usa FB para difundir su agenda, para hablar a sus bases, que no confían en los grandes medios. Cuando quiere moderar su discurso, acepta dar entrevistas en televisión para enviar señales a los mercados, a las instituciones… Recurre a Twitter para responder rápido a los temas ((polémicos))… Usa los grupos de Whatsapp como clubs de fans en los que se puede ser parte de su red…”, dijo Francisco Carvalho de Brito, director de Internet Lab, una consultoría de derecho y tecnología. El presidente electo de Brasil renunció, por ejemplo, al debate tradicional con el que se cierran las campañas, alegando que prefería quedarse en casa como medida de precaución a las lesiones que aún le quedan del ataque que hubo contra él en un mitin –en el cual fue apuñalado varias veces– aunque los médicos dijeron que sí podía asistir.
Sin embargo, no ha dejado de comunicar propuestas y preferencias políticas en sus redes sociales. Algunas de las cosas que han llamado la atención sobre sus posibles decisiones son que está en contra de las ONGs, que le gustaría que Brasil se saliera de la ONU, desactivar el IBAMA, que es la agencia gubernamental del medio ambiente que monitorea la deforestación del Medio Ambiente; y también abandonar el Acuerdo de Cambio Climático de París, tal como lo hizo Estados Unidos, pues sostiene que el cambio climático «es una fábula».
Algunos de los líderes políticos que admira son Donald Trump (EUA) , Marine Le Penn (Francia), Matteo Salvini (Italia), Viktor Orbán (Hungría) y Rodrigo Duterete (Filipinas); y algunos de los países de los que más admira sus regímenes políticos son Estados Unidos, Israel y Corea del Sur. Todos esos políticos y naciones han demostrado tener fuertes preferencias militares e ideas de gobierno autoritarias y limitantes (como con las orientaciones sexuales, religiosas, o a veces por el color de piel u país de origen).
Muchos países en el mundo se han decidido por la derecha. Brasil se ha sumado a la lista de países latinoamericanos que han decidido por la derecha como Argentina con Mauricio Macri, Mario Abdo Benítez en Paraguay y recientemente con Iván Duque, en Colombia.
Jair Bolsonaro tomará el gobierno brasileño el 1 de enero del 2019, y mientras tanto, habrá que esperar a ver qué tan radicales serán las medidas que planea tomar.
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