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Un trabajador de la educación entrega útiles escolares gratuitos, durante el programa escolar de regreso a la escuela. Fotografía de Angel Morales Rizo / REUTERS.
En conferencia, los altos funcionarios de la SEP, Leticia Ramírez y Marx Arriaga, explicaron el plan detrás de los nuevos libros de texto gratuitos, y continuarán haciéndolo en los próximos días. Sin embargo, las críticas a las deficiencias en matemáticas, formuladas por varios especialistas, subsisten y no han sido atendidas a cabalidad hasta hoy.
El día de hoy, 8 de agosto de 2023, la secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez, y el director de Materiales Educativos, Marx Arriaga, en compañía de tres colaboradores, explicaron el plan de estudios detrás de los nuevos libros de texto gratuitos. Hasta ahora buena parte de la discusión pública se había concentrado en si la SEP se propone adoctrinar a los niños mexicanos en el comunismo y otras teorías posmodernas. El más reciente episodio de Semanario Gatopardo abordó la discusión sobre esta corriente política, la teoría de la “decolonialidad” y las “epistemologías del sur”, así como la batalla legal por los libros. Más allá de esto y de la conferencia de la SEP, persisten otras críticas a los contenidos que podrían empobrecer la calidad de la educación pública en el país.
Hasta esta tarde, los especialistas en educación y otras disciplinas, los analistas políticos y el público general habían consultado unos materiales en formato PDF que, suponían, eran los nuevos libros de texto gratuitos. La SEP no los había reconocido oficialmente, pero tampoco los había negado. Finalmente, la SEP anunció hoy que los libros están disponibles en el sitio web de la comisión correspondiente, la Conaliteg. Con todo, los libros de texto no han terminado de distribuirse, a pesar de que las clases empiezan el 28 de agosto: en veinte días.
De acuerdo con tres especialistas que han revisado estos libros de texto gratuitos, hay errores importantes que empiezan a difundirse en las redes sociales y que se han discutido en la revista Nexos, especialmente en cuanto a las matemáticas. En suma, según estos expertos, ahora hay menos contenido matemático, conceptos equivocados y mal explicados, el aprendizaje no se construye secuencialmente y algunos ejemplos están mal utilizados.
Luis Monroy Gómez Franco, profesor e investigador del Departamento de Economía de la Universidad de Massachusetts, explica en entrevista con Gatopardo que en el libro de primero de secundaria de Ética, naturaleza y sociedades hay conceptos ambiguos y sin explicación, como el de “pobreza laboral” (cuando la suma de todos los ingresos de un hogar, divididos entre sus miembros, se encuentra debajo de la línea de pobreza extrema). Otro ejemplo es el término “taylorismo”, que hace referencia a una escuela de pensamiento económico, pero solamente se menciona una vez y el texto no se detiene a brindar una breve explicación ni a aclarar el contexto en que lo está usando.
“El problema del libro es que hay una omisión en la conceptualización y no le da al estudiante las herramientas para que use esos conceptos y piense los problemas. Más allá de que la terminología a veces la usan mal y las explicaciones muchas veces son incorrectas, se queda la sensación de que no le están diciendo al alumno: piensa estos problemas, sino que le están diciendo: esta es la consigna, sin explicar los términos en los que está expresada”, añade Monroy Gómez Franco. Al respecto, la SEP informó que dedicará los próximos días a revisar los libros de cada grado escolar.
La SEP también ha reiterado que la edición más reciente de los libros de texto gratuitos forma parte de la “nueva escuela mexicana” (NEM). Según la secretaria Leticia Ramírez, la NEM se propone “fortalecer la escuela pública y promover ciertos valores, como la solidaridad, la honestidad, la vinculación con la comunidad, la justicia social, la apreciación de la naturaleza y la capacidad de resolver problemas reales y cotidianos”. Lo anterior en contraposición con el “individualismo, la desvinculación de la comunidad y el conocimiento ‘memorístico’”. Tanto ella como sus colaboradores hicieron especial hincapié en que las propias maestras y maestros habían demandado que los conocimientos se adecuaran a los distintos estados: “¿Cómo quieren que enseñemos lo mismo en Tamaulipas que en Guerrero?”, mencionó Ramírez como ejemplo para destacar que tanto la reforma al artículo 3 de la Constitución como el plan de estudios parten del respeto a la autonomía y la práctica de los profesores en sus contextos.
Según Irma Villalpando, doctora en Pedagogía por la UNAM, adoptar la NEM no es mala idea. En su artículo publicado en la revista Nexos, “Los nuevos libros de texto gratuitos: un gran retroceso”, afirma que el modelo no es erróneo, porque el conocimiento científico está relacionado intrínsecamente con el contexto social y cultural. La falla, para Villalpando, está en la aplicación del modelo porque está afectando particularmente una disciplina: las matemáticas.
“Las matemáticas se tienen que enseñar como campo de conocimiento, pero los promotores de la reforma dijeron ‘no, nosotros no vamos a hacer asignaturas, vamos a hacer proyectos y campos formativos, y las matemáticas van a estar insertas en los proyectos y en los campos formativos’. La idea, en abstracto, es buena, pero cuando revisas los libros te das cuenta de que las matemáticas no están metidas, y cuando están aparecen de manera errática. Hay muy pocas, yo me atrevería a decir un 12 %, al menos en los primeros años. Yo lo llamo poco y malo, y ese poco tiene déficit didáctico”, comenta la pedagoga. En la conferencia de hoy, la SEP respondió que las asignaturas “sí existen”, pero están dentro de “campos formativos y ejes articuladores” (llamados “saberes y pensamiento científico”, “ética, naturaleza y sociedades”, “del humano y lo comunitario” y “lenguajes”). En específico, Marx Arriaga expuso su propio conteo de las páginas que contienen matemáticas: son 210, considerando todos los libros de primer grado de primaria. Sin embargo, varios ciudadanos advirtieron errores en esta gráfica. Por ejemplo, Manuel Toral, experto en datos, notó que en el eje de las x hay numerosos puntos que indicarían que hubo cero páginas de matemáticas en libros de años anteriores, pero esto es incorrecto: que los autores de la gráfica, Arriaga o su equipo, no encuentren datos para esos años no significa que las páginas sean cero. La ausencia de información no equivale a ese número, y presentarlo de ese modo es falso o, por lo menos, engañoso. Esto es importante porque Arriaga expone esta gráfica como evidencia contra las críticas a los nuevos libros.
El déficit didáctico en las matemáticas que menciona Villalpando no solo se debe a que los problemas se inserten en proyectos, sino a que los problemas mismos no fueron formulados de manera idónea. De acuerdo con ella, los contenidos priorizan las definiciones y a veces lo hacen de manera errónea o poco práctica. Esto puede impedir que los alumnos deduzcan por sí mismos por qué obtuvieron un resultado. Su preocupación es que las y los alumnos lean definiciones poco detalladas de los conceptos y esto les cause dudas. Si bien es cierto que los maestros pueden resolverlas en clase, los propios libros de texto gratuitos no contienen explicaciones más desarrolladas que sirvan de apoyo para los profesores e incluso para las madres y los padres de familia. En la educación básica, según Villalpando, los alumnos podrían optar únicamente por memorizar la definición, en lugar de comprender los conceptos.
A estas dificultades hay que sumar otras. David Block es miembro del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Politécnico Nacional (Cinvestav) y ha dedicado su investigación a la didáctica de las matemáticas. En entrevista con Gatopardo, Block hace hincapié en esta advertencia y expone algunos ejemplos.
“No es muy edificante mostrar las matemáticas a través de definiciones, pues se presta a que [los alumnos] aprendan las definiciones y no su uso. Además, [en los libros de texto gratuitos] hay varias definiciones que tienen errores conceptuales más o menos graves, como confundir la noción de superficie, de área, con la forma de una figura […]. Con frecuencia, se habla de centímetros, pulgadas, kilogramos, de las unidades de medida y los números para contar, pero no son lecciones hechas para aprender, estos conceptos solamente se usan”, explica.
El matemático da un ejemplo más claro sobre estas fallas didácticas y conceptuales: “Hay una actividad de primer grado que pregunta: ‘¿qué puede decir la medida de mi cintura con mi estatura?’, así se llama, no está fácil entender ese título, ni para un niño ni para un adulto. Ya leyéndolo, como adulto, se puede entender hacia dónde va: el tema es el exceso de peso en las personas y para determinarlo establecen una relación entre la altura y la cintura. Efectivamente, hay una correlación o un rango: a ciertas alturas les corresponden ciertas medidas de cintura; fuera de ese rango se podría decir que una persona tiende a la obesidad o al revés. Ahí hay una idea matemática muy interesante, la de razón o proporción; es una idea compleja, importante y, en general, poco tratada en los libros de texto. Podríamos opinar que [incluirla] es maravilloso, salvo porque es un contenido para primer grado. Si acaso, podría ser adecuada para alumnos de sexto grado o de secundaria, pero no para alumnos de primero [de primaria]”, añade Block.
Además, continúa el especialista, en “las pocas matemáticas que hay no está claro el camino que se siguió para que los alumnos aprendieran ese contenido. No hay un espacio para aprenderlas ni una secuencia. Ese es el problema estructural más fuerte con respecto a esta disciplina”. En su texto “Las matemáticas en el plan de estudios 2022: una voz de alerta”, publicado también en Nexos, Block enlista otras deficiencias graves de esta disciplina en los libros de texto gratuitos a los que tuvo acceso. Por ejemplo, el “desequilibrio en la selección de contenidos” (hay contenidos que aparecen continuamente, como los estadísticos, pero otros desaparecen, como los geométricos) o la vinculación con las ciencias: algunos problemas usan conceptos relacionados con la física, la química y la biología que son difíciles de comprender en sí mismos, lo que añade un grado adicional de complejidad en el aprendizaje de las matemáticas. Esto último parece contradecir lo que la SEP expuso el día de hoy: los conocimientos pueden contextualizarse en cada región, entidad federativa, localidad, escuela y grupo de alumnos, para que el trabajo se organice a partir de problemas reales, pero su vinculación con otras ciencias, en opinión de Block, podría elevar la dificultad de la enseñanza y el aprendizaje.
En suma, las y los especialistas entrevistados por Gatopardo advierten deficiencias que no son menores y que persisten aun después de la primera conferencia que dio la SEP.
Por otra parte, estos cambios llegan justo después de la pandemia de covid que provocó más rezago educativo y más desigualdad. De acuerdo con una investigación del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), basada en estimaciones del Banco Mundial, los aprendizajes perdidos en la pandemia equivalen, aproximadamente, a dos años de escolaridad.
Aunque uno de los principales objetivos de la NEM es conseguir que la educación sea equitativa, “lo que hace esta reforma es ignorar el contexto”, según Monroy Gómez Franco. “No hay un plan sobre cómo lograrán que la pandemia no afecte la adopción de la nueva reforma. Encima, hay todas estas deficiencias. Lo más probable es que terminen afectando a los hogares de menores recursos, donde hay menos sustitutos o complementos a la educación pública”. Por “sustitutos o complementos”, Monroy Gómez Franco se refiere al material de aprendizaje extracurricular al que pueden acceder los niños y las niñas dependiendo de los ingresos de sus familias, como otros libros, enciclopedias y clases particulares. Las escuelas privadas suelen asignar más materiales y los padres y las madres pueden comprarlos para que sus hijos los usen, lo que vuelve a ampliar las brechas —en este caso, de matemáticas— que a largo plazo podrían ocasionar mayor desigualdad educativa.
“No es que las escuelas particulares sean sistemáticamente mejores que las públicas, sino que en promedio el estudiante de las particulares tiene mejores condiciones económicas”, explica Monroy Gómez Franco. Añade que esto se puede ver claramente en los resultados de la prueba PISA, el programa para la evaluación internacional de alumnos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). A través de un examen se miden las habilidades de lectura, las matemáticas y el conocimiento en ciencias de los estudiantes de educación básica. “En los puntajes PISA la diferencia entre escuelas privadas y públicas se debe a la diferencia de recursos económicos de los hogares”, reitera el economista. En la prueba PISA de 2018, México quedó muy por debajo del puntaje de referencia, un resultado que se usa como un indicador de la desigualdad entre países.
Aunque hay quienes opinen que ciertos conceptos de matemáticas se usan pocas veces en la vida cotidiana —si bien esa impresión es discutible—, el déficit en su enseñanza sí tiene repercusiones importantes que se pueden notar en pocos años: “las brechas son acumulativas si no se resarcen y van imposibilitando la adquisición de los conocimientos subsecuentes. Eso puede provocar que, al graduarse, los estudiantes no tengan los conocimientos esperados, poniéndolos en desventaja en los exámenes de ingreso a la preparatoria, por ejemplo”, termina Monroy Gómez Franco.
Así, los contenidos sobre la desigualdad, el enfoque comunitario, la adecuación a los contextos locales y las teorías posmodernas pueden ser un gran acierto, sin embargo, el déficit en matemáticas de los nuevos libros de texto gratuitos, consultados por estos especialistas, podrían hacer que los objetivos de la NEM se queden en el discurso, sin que se atiendan las brechas de desigualdad que podrían propiciarse.
En conferencia, los altos funcionarios de la SEP, Leticia Ramírez y Marx Arriaga, explicaron el plan detrás de los nuevos libros de texto gratuitos, y continuarán haciéndolo en los próximos días. Sin embargo, las críticas a las deficiencias en matemáticas, formuladas por varios especialistas, subsisten y no han sido atendidas a cabalidad hasta hoy.
El día de hoy, 8 de agosto de 2023, la secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez, y el director de Materiales Educativos, Marx Arriaga, en compañía de tres colaboradores, explicaron el plan de estudios detrás de los nuevos libros de texto gratuitos. Hasta ahora buena parte de la discusión pública se había concentrado en si la SEP se propone adoctrinar a los niños mexicanos en el comunismo y otras teorías posmodernas. El más reciente episodio de Semanario Gatopardo abordó la discusión sobre esta corriente política, la teoría de la “decolonialidad” y las “epistemologías del sur”, así como la batalla legal por los libros. Más allá de esto y de la conferencia de la SEP, persisten otras críticas a los contenidos que podrían empobrecer la calidad de la educación pública en el país.
Hasta esta tarde, los especialistas en educación y otras disciplinas, los analistas políticos y el público general habían consultado unos materiales en formato PDF que, suponían, eran los nuevos libros de texto gratuitos. La SEP no los había reconocido oficialmente, pero tampoco los había negado. Finalmente, la SEP anunció hoy que los libros están disponibles en el sitio web de la comisión correspondiente, la Conaliteg. Con todo, los libros de texto no han terminado de distribuirse, a pesar de que las clases empiezan el 28 de agosto: en veinte días.
De acuerdo con tres especialistas que han revisado estos libros de texto gratuitos, hay errores importantes que empiezan a difundirse en las redes sociales y que se han discutido en la revista Nexos, especialmente en cuanto a las matemáticas. En suma, según estos expertos, ahora hay menos contenido matemático, conceptos equivocados y mal explicados, el aprendizaje no se construye secuencialmente y algunos ejemplos están mal utilizados.
Luis Monroy Gómez Franco, profesor e investigador del Departamento de Economía de la Universidad de Massachusetts, explica en entrevista con Gatopardo que en el libro de primero de secundaria de Ética, naturaleza y sociedades hay conceptos ambiguos y sin explicación, como el de “pobreza laboral” (cuando la suma de todos los ingresos de un hogar, divididos entre sus miembros, se encuentra debajo de la línea de pobreza extrema). Otro ejemplo es el término “taylorismo”, que hace referencia a una escuela de pensamiento económico, pero solamente se menciona una vez y el texto no se detiene a brindar una breve explicación ni a aclarar el contexto en que lo está usando.
“El problema del libro es que hay una omisión en la conceptualización y no le da al estudiante las herramientas para que use esos conceptos y piense los problemas. Más allá de que la terminología a veces la usan mal y las explicaciones muchas veces son incorrectas, se queda la sensación de que no le están diciendo al alumno: piensa estos problemas, sino que le están diciendo: esta es la consigna, sin explicar los términos en los que está expresada”, añade Monroy Gómez Franco. Al respecto, la SEP informó que dedicará los próximos días a revisar los libros de cada grado escolar.
La SEP también ha reiterado que la edición más reciente de los libros de texto gratuitos forma parte de la “nueva escuela mexicana” (NEM). Según la secretaria Leticia Ramírez, la NEM se propone “fortalecer la escuela pública y promover ciertos valores, como la solidaridad, la honestidad, la vinculación con la comunidad, la justicia social, la apreciación de la naturaleza y la capacidad de resolver problemas reales y cotidianos”. Lo anterior en contraposición con el “individualismo, la desvinculación de la comunidad y el conocimiento ‘memorístico’”. Tanto ella como sus colaboradores hicieron especial hincapié en que las propias maestras y maestros habían demandado que los conocimientos se adecuaran a los distintos estados: “¿Cómo quieren que enseñemos lo mismo en Tamaulipas que en Guerrero?”, mencionó Ramírez como ejemplo para destacar que tanto la reforma al artículo 3 de la Constitución como el plan de estudios parten del respeto a la autonomía y la práctica de los profesores en sus contextos.
Según Irma Villalpando, doctora en Pedagogía por la UNAM, adoptar la NEM no es mala idea. En su artículo publicado en la revista Nexos, “Los nuevos libros de texto gratuitos: un gran retroceso”, afirma que el modelo no es erróneo, porque el conocimiento científico está relacionado intrínsecamente con el contexto social y cultural. La falla, para Villalpando, está en la aplicación del modelo porque está afectando particularmente una disciplina: las matemáticas.
“Las matemáticas se tienen que enseñar como campo de conocimiento, pero los promotores de la reforma dijeron ‘no, nosotros no vamos a hacer asignaturas, vamos a hacer proyectos y campos formativos, y las matemáticas van a estar insertas en los proyectos y en los campos formativos’. La idea, en abstracto, es buena, pero cuando revisas los libros te das cuenta de que las matemáticas no están metidas, y cuando están aparecen de manera errática. Hay muy pocas, yo me atrevería a decir un 12 %, al menos en los primeros años. Yo lo llamo poco y malo, y ese poco tiene déficit didáctico”, comenta la pedagoga. En la conferencia de hoy, la SEP respondió que las asignaturas “sí existen”, pero están dentro de “campos formativos y ejes articuladores” (llamados “saberes y pensamiento científico”, “ética, naturaleza y sociedades”, “del humano y lo comunitario” y “lenguajes”). En específico, Marx Arriaga expuso su propio conteo de las páginas que contienen matemáticas: son 210, considerando todos los libros de primer grado de primaria. Sin embargo, varios ciudadanos advirtieron errores en esta gráfica. Por ejemplo, Manuel Toral, experto en datos, notó que en el eje de las x hay numerosos puntos que indicarían que hubo cero páginas de matemáticas en libros de años anteriores, pero esto es incorrecto: que los autores de la gráfica, Arriaga o su equipo, no encuentren datos para esos años no significa que las páginas sean cero. La ausencia de información no equivale a ese número, y presentarlo de ese modo es falso o, por lo menos, engañoso. Esto es importante porque Arriaga expone esta gráfica como evidencia contra las críticas a los nuevos libros.
El déficit didáctico en las matemáticas que menciona Villalpando no solo se debe a que los problemas se inserten en proyectos, sino a que los problemas mismos no fueron formulados de manera idónea. De acuerdo con ella, los contenidos priorizan las definiciones y a veces lo hacen de manera errónea o poco práctica. Esto puede impedir que los alumnos deduzcan por sí mismos por qué obtuvieron un resultado. Su preocupación es que las y los alumnos lean definiciones poco detalladas de los conceptos y esto les cause dudas. Si bien es cierto que los maestros pueden resolverlas en clase, los propios libros de texto gratuitos no contienen explicaciones más desarrolladas que sirvan de apoyo para los profesores e incluso para las madres y los padres de familia. En la educación básica, según Villalpando, los alumnos podrían optar únicamente por memorizar la definición, en lugar de comprender los conceptos.
A estas dificultades hay que sumar otras. David Block es miembro del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Politécnico Nacional (Cinvestav) y ha dedicado su investigación a la didáctica de las matemáticas. En entrevista con Gatopardo, Block hace hincapié en esta advertencia y expone algunos ejemplos.
“No es muy edificante mostrar las matemáticas a través de definiciones, pues se presta a que [los alumnos] aprendan las definiciones y no su uso. Además, [en los libros de texto gratuitos] hay varias definiciones que tienen errores conceptuales más o menos graves, como confundir la noción de superficie, de área, con la forma de una figura […]. Con frecuencia, se habla de centímetros, pulgadas, kilogramos, de las unidades de medida y los números para contar, pero no son lecciones hechas para aprender, estos conceptos solamente se usan”, explica.
El matemático da un ejemplo más claro sobre estas fallas didácticas y conceptuales: “Hay una actividad de primer grado que pregunta: ‘¿qué puede decir la medida de mi cintura con mi estatura?’, así se llama, no está fácil entender ese título, ni para un niño ni para un adulto. Ya leyéndolo, como adulto, se puede entender hacia dónde va: el tema es el exceso de peso en las personas y para determinarlo establecen una relación entre la altura y la cintura. Efectivamente, hay una correlación o un rango: a ciertas alturas les corresponden ciertas medidas de cintura; fuera de ese rango se podría decir que una persona tiende a la obesidad o al revés. Ahí hay una idea matemática muy interesante, la de razón o proporción; es una idea compleja, importante y, en general, poco tratada en los libros de texto. Podríamos opinar que [incluirla] es maravilloso, salvo porque es un contenido para primer grado. Si acaso, podría ser adecuada para alumnos de sexto grado o de secundaria, pero no para alumnos de primero [de primaria]”, añade Block.
Además, continúa el especialista, en “las pocas matemáticas que hay no está claro el camino que se siguió para que los alumnos aprendieran ese contenido. No hay un espacio para aprenderlas ni una secuencia. Ese es el problema estructural más fuerte con respecto a esta disciplina”. En su texto “Las matemáticas en el plan de estudios 2022: una voz de alerta”, publicado también en Nexos, Block enlista otras deficiencias graves de esta disciplina en los libros de texto gratuitos a los que tuvo acceso. Por ejemplo, el “desequilibrio en la selección de contenidos” (hay contenidos que aparecen continuamente, como los estadísticos, pero otros desaparecen, como los geométricos) o la vinculación con las ciencias: algunos problemas usan conceptos relacionados con la física, la química y la biología que son difíciles de comprender en sí mismos, lo que añade un grado adicional de complejidad en el aprendizaje de las matemáticas. Esto último parece contradecir lo que la SEP expuso el día de hoy: los conocimientos pueden contextualizarse en cada región, entidad federativa, localidad, escuela y grupo de alumnos, para que el trabajo se organice a partir de problemas reales, pero su vinculación con otras ciencias, en opinión de Block, podría elevar la dificultad de la enseñanza y el aprendizaje.
En suma, las y los especialistas entrevistados por Gatopardo advierten deficiencias que no son menores y que persisten aun después de la primera conferencia que dio la SEP.
Por otra parte, estos cambios llegan justo después de la pandemia de covid que provocó más rezago educativo y más desigualdad. De acuerdo con una investigación del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), basada en estimaciones del Banco Mundial, los aprendizajes perdidos en la pandemia equivalen, aproximadamente, a dos años de escolaridad.
Aunque uno de los principales objetivos de la NEM es conseguir que la educación sea equitativa, “lo que hace esta reforma es ignorar el contexto”, según Monroy Gómez Franco. “No hay un plan sobre cómo lograrán que la pandemia no afecte la adopción de la nueva reforma. Encima, hay todas estas deficiencias. Lo más probable es que terminen afectando a los hogares de menores recursos, donde hay menos sustitutos o complementos a la educación pública”. Por “sustitutos o complementos”, Monroy Gómez Franco se refiere al material de aprendizaje extracurricular al que pueden acceder los niños y las niñas dependiendo de los ingresos de sus familias, como otros libros, enciclopedias y clases particulares. Las escuelas privadas suelen asignar más materiales y los padres y las madres pueden comprarlos para que sus hijos los usen, lo que vuelve a ampliar las brechas —en este caso, de matemáticas— que a largo plazo podrían ocasionar mayor desigualdad educativa.
“No es que las escuelas particulares sean sistemáticamente mejores que las públicas, sino que en promedio el estudiante de las particulares tiene mejores condiciones económicas”, explica Monroy Gómez Franco. Añade que esto se puede ver claramente en los resultados de la prueba PISA, el programa para la evaluación internacional de alumnos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). A través de un examen se miden las habilidades de lectura, las matemáticas y el conocimiento en ciencias de los estudiantes de educación básica. “En los puntajes PISA la diferencia entre escuelas privadas y públicas se debe a la diferencia de recursos económicos de los hogares”, reitera el economista. En la prueba PISA de 2018, México quedó muy por debajo del puntaje de referencia, un resultado que se usa como un indicador de la desigualdad entre países.
Aunque hay quienes opinen que ciertos conceptos de matemáticas se usan pocas veces en la vida cotidiana —si bien esa impresión es discutible—, el déficit en su enseñanza sí tiene repercusiones importantes que se pueden notar en pocos años: “las brechas son acumulativas si no se resarcen y van imposibilitando la adquisición de los conocimientos subsecuentes. Eso puede provocar que, al graduarse, los estudiantes no tengan los conocimientos esperados, poniéndolos en desventaja en los exámenes de ingreso a la preparatoria, por ejemplo”, termina Monroy Gómez Franco.
Así, los contenidos sobre la desigualdad, el enfoque comunitario, la adecuación a los contextos locales y las teorías posmodernas pueden ser un gran acierto, sin embargo, el déficit en matemáticas de los nuevos libros de texto gratuitos, consultados por estos especialistas, podrían hacer que los objetivos de la NEM se queden en el discurso, sin que se atiendan las brechas de desigualdad que podrían propiciarse.
Un trabajador de la educación entrega útiles escolares gratuitos, durante el programa escolar de regreso a la escuela. Fotografía de Angel Morales Rizo / REUTERS.
En conferencia, los altos funcionarios de la SEP, Leticia Ramírez y Marx Arriaga, explicaron el plan detrás de los nuevos libros de texto gratuitos, y continuarán haciéndolo en los próximos días. Sin embargo, las críticas a las deficiencias en matemáticas, formuladas por varios especialistas, subsisten y no han sido atendidas a cabalidad hasta hoy.
El día de hoy, 8 de agosto de 2023, la secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez, y el director de Materiales Educativos, Marx Arriaga, en compañía de tres colaboradores, explicaron el plan de estudios detrás de los nuevos libros de texto gratuitos. Hasta ahora buena parte de la discusión pública se había concentrado en si la SEP se propone adoctrinar a los niños mexicanos en el comunismo y otras teorías posmodernas. El más reciente episodio de Semanario Gatopardo abordó la discusión sobre esta corriente política, la teoría de la “decolonialidad” y las “epistemologías del sur”, así como la batalla legal por los libros. Más allá de esto y de la conferencia de la SEP, persisten otras críticas a los contenidos que podrían empobrecer la calidad de la educación pública en el país.
Hasta esta tarde, los especialistas en educación y otras disciplinas, los analistas políticos y el público general habían consultado unos materiales en formato PDF que, suponían, eran los nuevos libros de texto gratuitos. La SEP no los había reconocido oficialmente, pero tampoco los había negado. Finalmente, la SEP anunció hoy que los libros están disponibles en el sitio web de la comisión correspondiente, la Conaliteg. Con todo, los libros de texto no han terminado de distribuirse, a pesar de que las clases empiezan el 28 de agosto: en veinte días.
De acuerdo con tres especialistas que han revisado estos libros de texto gratuitos, hay errores importantes que empiezan a difundirse en las redes sociales y que se han discutido en la revista Nexos, especialmente en cuanto a las matemáticas. En suma, según estos expertos, ahora hay menos contenido matemático, conceptos equivocados y mal explicados, el aprendizaje no se construye secuencialmente y algunos ejemplos están mal utilizados.
Luis Monroy Gómez Franco, profesor e investigador del Departamento de Economía de la Universidad de Massachusetts, explica en entrevista con Gatopardo que en el libro de primero de secundaria de Ética, naturaleza y sociedades hay conceptos ambiguos y sin explicación, como el de “pobreza laboral” (cuando la suma de todos los ingresos de un hogar, divididos entre sus miembros, se encuentra debajo de la línea de pobreza extrema). Otro ejemplo es el término “taylorismo”, que hace referencia a una escuela de pensamiento económico, pero solamente se menciona una vez y el texto no se detiene a brindar una breve explicación ni a aclarar el contexto en que lo está usando.
“El problema del libro es que hay una omisión en la conceptualización y no le da al estudiante las herramientas para que use esos conceptos y piense los problemas. Más allá de que la terminología a veces la usan mal y las explicaciones muchas veces son incorrectas, se queda la sensación de que no le están diciendo al alumno: piensa estos problemas, sino que le están diciendo: esta es la consigna, sin explicar los términos en los que está expresada”, añade Monroy Gómez Franco. Al respecto, la SEP informó que dedicará los próximos días a revisar los libros de cada grado escolar.
La SEP también ha reiterado que la edición más reciente de los libros de texto gratuitos forma parte de la “nueva escuela mexicana” (NEM). Según la secretaria Leticia Ramírez, la NEM se propone “fortalecer la escuela pública y promover ciertos valores, como la solidaridad, la honestidad, la vinculación con la comunidad, la justicia social, la apreciación de la naturaleza y la capacidad de resolver problemas reales y cotidianos”. Lo anterior en contraposición con el “individualismo, la desvinculación de la comunidad y el conocimiento ‘memorístico’”. Tanto ella como sus colaboradores hicieron especial hincapié en que las propias maestras y maestros habían demandado que los conocimientos se adecuaran a los distintos estados: “¿Cómo quieren que enseñemos lo mismo en Tamaulipas que en Guerrero?”, mencionó Ramírez como ejemplo para destacar que tanto la reforma al artículo 3 de la Constitución como el plan de estudios parten del respeto a la autonomía y la práctica de los profesores en sus contextos.
Según Irma Villalpando, doctora en Pedagogía por la UNAM, adoptar la NEM no es mala idea. En su artículo publicado en la revista Nexos, “Los nuevos libros de texto gratuitos: un gran retroceso”, afirma que el modelo no es erróneo, porque el conocimiento científico está relacionado intrínsecamente con el contexto social y cultural. La falla, para Villalpando, está en la aplicación del modelo porque está afectando particularmente una disciplina: las matemáticas.
“Las matemáticas se tienen que enseñar como campo de conocimiento, pero los promotores de la reforma dijeron ‘no, nosotros no vamos a hacer asignaturas, vamos a hacer proyectos y campos formativos, y las matemáticas van a estar insertas en los proyectos y en los campos formativos’. La idea, en abstracto, es buena, pero cuando revisas los libros te das cuenta de que las matemáticas no están metidas, y cuando están aparecen de manera errática. Hay muy pocas, yo me atrevería a decir un 12 %, al menos en los primeros años. Yo lo llamo poco y malo, y ese poco tiene déficit didáctico”, comenta la pedagoga. En la conferencia de hoy, la SEP respondió que las asignaturas “sí existen”, pero están dentro de “campos formativos y ejes articuladores” (llamados “saberes y pensamiento científico”, “ética, naturaleza y sociedades”, “del humano y lo comunitario” y “lenguajes”). En específico, Marx Arriaga expuso su propio conteo de las páginas que contienen matemáticas: son 210, considerando todos los libros de primer grado de primaria. Sin embargo, varios ciudadanos advirtieron errores en esta gráfica. Por ejemplo, Manuel Toral, experto en datos, notó que en el eje de las x hay numerosos puntos que indicarían que hubo cero páginas de matemáticas en libros de años anteriores, pero esto es incorrecto: que los autores de la gráfica, Arriaga o su equipo, no encuentren datos para esos años no significa que las páginas sean cero. La ausencia de información no equivale a ese número, y presentarlo de ese modo es falso o, por lo menos, engañoso. Esto es importante porque Arriaga expone esta gráfica como evidencia contra las críticas a los nuevos libros.
El déficit didáctico en las matemáticas que menciona Villalpando no solo se debe a que los problemas se inserten en proyectos, sino a que los problemas mismos no fueron formulados de manera idónea. De acuerdo con ella, los contenidos priorizan las definiciones y a veces lo hacen de manera errónea o poco práctica. Esto puede impedir que los alumnos deduzcan por sí mismos por qué obtuvieron un resultado. Su preocupación es que las y los alumnos lean definiciones poco detalladas de los conceptos y esto les cause dudas. Si bien es cierto que los maestros pueden resolverlas en clase, los propios libros de texto gratuitos no contienen explicaciones más desarrolladas que sirvan de apoyo para los profesores e incluso para las madres y los padres de familia. En la educación básica, según Villalpando, los alumnos podrían optar únicamente por memorizar la definición, en lugar de comprender los conceptos.
A estas dificultades hay que sumar otras. David Block es miembro del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Politécnico Nacional (Cinvestav) y ha dedicado su investigación a la didáctica de las matemáticas. En entrevista con Gatopardo, Block hace hincapié en esta advertencia y expone algunos ejemplos.
“No es muy edificante mostrar las matemáticas a través de definiciones, pues se presta a que [los alumnos] aprendan las definiciones y no su uso. Además, [en los libros de texto gratuitos] hay varias definiciones que tienen errores conceptuales más o menos graves, como confundir la noción de superficie, de área, con la forma de una figura […]. Con frecuencia, se habla de centímetros, pulgadas, kilogramos, de las unidades de medida y los números para contar, pero no son lecciones hechas para aprender, estos conceptos solamente se usan”, explica.
El matemático da un ejemplo más claro sobre estas fallas didácticas y conceptuales: “Hay una actividad de primer grado que pregunta: ‘¿qué puede decir la medida de mi cintura con mi estatura?’, así se llama, no está fácil entender ese título, ni para un niño ni para un adulto. Ya leyéndolo, como adulto, se puede entender hacia dónde va: el tema es el exceso de peso en las personas y para determinarlo establecen una relación entre la altura y la cintura. Efectivamente, hay una correlación o un rango: a ciertas alturas les corresponden ciertas medidas de cintura; fuera de ese rango se podría decir que una persona tiende a la obesidad o al revés. Ahí hay una idea matemática muy interesante, la de razón o proporción; es una idea compleja, importante y, en general, poco tratada en los libros de texto. Podríamos opinar que [incluirla] es maravilloso, salvo porque es un contenido para primer grado. Si acaso, podría ser adecuada para alumnos de sexto grado o de secundaria, pero no para alumnos de primero [de primaria]”, añade Block.
Además, continúa el especialista, en “las pocas matemáticas que hay no está claro el camino que se siguió para que los alumnos aprendieran ese contenido. No hay un espacio para aprenderlas ni una secuencia. Ese es el problema estructural más fuerte con respecto a esta disciplina”. En su texto “Las matemáticas en el plan de estudios 2022: una voz de alerta”, publicado también en Nexos, Block enlista otras deficiencias graves de esta disciplina en los libros de texto gratuitos a los que tuvo acceso. Por ejemplo, el “desequilibrio en la selección de contenidos” (hay contenidos que aparecen continuamente, como los estadísticos, pero otros desaparecen, como los geométricos) o la vinculación con las ciencias: algunos problemas usan conceptos relacionados con la física, la química y la biología que son difíciles de comprender en sí mismos, lo que añade un grado adicional de complejidad en el aprendizaje de las matemáticas. Esto último parece contradecir lo que la SEP expuso el día de hoy: los conocimientos pueden contextualizarse en cada región, entidad federativa, localidad, escuela y grupo de alumnos, para que el trabajo se organice a partir de problemas reales, pero su vinculación con otras ciencias, en opinión de Block, podría elevar la dificultad de la enseñanza y el aprendizaje.
En suma, las y los especialistas entrevistados por Gatopardo advierten deficiencias que no son menores y que persisten aun después de la primera conferencia que dio la SEP.
Por otra parte, estos cambios llegan justo después de la pandemia de covid que provocó más rezago educativo y más desigualdad. De acuerdo con una investigación del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), basada en estimaciones del Banco Mundial, los aprendizajes perdidos en la pandemia equivalen, aproximadamente, a dos años de escolaridad.
Aunque uno de los principales objetivos de la NEM es conseguir que la educación sea equitativa, “lo que hace esta reforma es ignorar el contexto”, según Monroy Gómez Franco. “No hay un plan sobre cómo lograrán que la pandemia no afecte la adopción de la nueva reforma. Encima, hay todas estas deficiencias. Lo más probable es que terminen afectando a los hogares de menores recursos, donde hay menos sustitutos o complementos a la educación pública”. Por “sustitutos o complementos”, Monroy Gómez Franco se refiere al material de aprendizaje extracurricular al que pueden acceder los niños y las niñas dependiendo de los ingresos de sus familias, como otros libros, enciclopedias y clases particulares. Las escuelas privadas suelen asignar más materiales y los padres y las madres pueden comprarlos para que sus hijos los usen, lo que vuelve a ampliar las brechas —en este caso, de matemáticas— que a largo plazo podrían ocasionar mayor desigualdad educativa.
“No es que las escuelas particulares sean sistemáticamente mejores que las públicas, sino que en promedio el estudiante de las particulares tiene mejores condiciones económicas”, explica Monroy Gómez Franco. Añade que esto se puede ver claramente en los resultados de la prueba PISA, el programa para la evaluación internacional de alumnos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). A través de un examen se miden las habilidades de lectura, las matemáticas y el conocimiento en ciencias de los estudiantes de educación básica. “En los puntajes PISA la diferencia entre escuelas privadas y públicas se debe a la diferencia de recursos económicos de los hogares”, reitera el economista. En la prueba PISA de 2018, México quedó muy por debajo del puntaje de referencia, un resultado que se usa como un indicador de la desigualdad entre países.
Aunque hay quienes opinen que ciertos conceptos de matemáticas se usan pocas veces en la vida cotidiana —si bien esa impresión es discutible—, el déficit en su enseñanza sí tiene repercusiones importantes que se pueden notar en pocos años: “las brechas son acumulativas si no se resarcen y van imposibilitando la adquisición de los conocimientos subsecuentes. Eso puede provocar que, al graduarse, los estudiantes no tengan los conocimientos esperados, poniéndolos en desventaja en los exámenes de ingreso a la preparatoria, por ejemplo”, termina Monroy Gómez Franco.
Así, los contenidos sobre la desigualdad, el enfoque comunitario, la adecuación a los contextos locales y las teorías posmodernas pueden ser un gran acierto, sin embargo, el déficit en matemáticas de los nuevos libros de texto gratuitos, consultados por estos especialistas, podrían hacer que los objetivos de la NEM se queden en el discurso, sin que se atiendan las brechas de desigualdad que podrían propiciarse.
En conferencia, los altos funcionarios de la SEP, Leticia Ramírez y Marx Arriaga, explicaron el plan detrás de los nuevos libros de texto gratuitos, y continuarán haciéndolo en los próximos días. Sin embargo, las críticas a las deficiencias en matemáticas, formuladas por varios especialistas, subsisten y no han sido atendidas a cabalidad hasta hoy.
El día de hoy, 8 de agosto de 2023, la secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez, y el director de Materiales Educativos, Marx Arriaga, en compañía de tres colaboradores, explicaron el plan de estudios detrás de los nuevos libros de texto gratuitos. Hasta ahora buena parte de la discusión pública se había concentrado en si la SEP se propone adoctrinar a los niños mexicanos en el comunismo y otras teorías posmodernas. El más reciente episodio de Semanario Gatopardo abordó la discusión sobre esta corriente política, la teoría de la “decolonialidad” y las “epistemologías del sur”, así como la batalla legal por los libros. Más allá de esto y de la conferencia de la SEP, persisten otras críticas a los contenidos que podrían empobrecer la calidad de la educación pública en el país.
Hasta esta tarde, los especialistas en educación y otras disciplinas, los analistas políticos y el público general habían consultado unos materiales en formato PDF que, suponían, eran los nuevos libros de texto gratuitos. La SEP no los había reconocido oficialmente, pero tampoco los había negado. Finalmente, la SEP anunció hoy que los libros están disponibles en el sitio web de la comisión correspondiente, la Conaliteg. Con todo, los libros de texto no han terminado de distribuirse, a pesar de que las clases empiezan el 28 de agosto: en veinte días.
De acuerdo con tres especialistas que han revisado estos libros de texto gratuitos, hay errores importantes que empiezan a difundirse en las redes sociales y que se han discutido en la revista Nexos, especialmente en cuanto a las matemáticas. En suma, según estos expertos, ahora hay menos contenido matemático, conceptos equivocados y mal explicados, el aprendizaje no se construye secuencialmente y algunos ejemplos están mal utilizados.
Luis Monroy Gómez Franco, profesor e investigador del Departamento de Economía de la Universidad de Massachusetts, explica en entrevista con Gatopardo que en el libro de primero de secundaria de Ética, naturaleza y sociedades hay conceptos ambiguos y sin explicación, como el de “pobreza laboral” (cuando la suma de todos los ingresos de un hogar, divididos entre sus miembros, se encuentra debajo de la línea de pobreza extrema). Otro ejemplo es el término “taylorismo”, que hace referencia a una escuela de pensamiento económico, pero solamente se menciona una vez y el texto no se detiene a brindar una breve explicación ni a aclarar el contexto en que lo está usando.
“El problema del libro es que hay una omisión en la conceptualización y no le da al estudiante las herramientas para que use esos conceptos y piense los problemas. Más allá de que la terminología a veces la usan mal y las explicaciones muchas veces son incorrectas, se queda la sensación de que no le están diciendo al alumno: piensa estos problemas, sino que le están diciendo: esta es la consigna, sin explicar los términos en los que está expresada”, añade Monroy Gómez Franco. Al respecto, la SEP informó que dedicará los próximos días a revisar los libros de cada grado escolar.
La SEP también ha reiterado que la edición más reciente de los libros de texto gratuitos forma parte de la “nueva escuela mexicana” (NEM). Según la secretaria Leticia Ramírez, la NEM se propone “fortalecer la escuela pública y promover ciertos valores, como la solidaridad, la honestidad, la vinculación con la comunidad, la justicia social, la apreciación de la naturaleza y la capacidad de resolver problemas reales y cotidianos”. Lo anterior en contraposición con el “individualismo, la desvinculación de la comunidad y el conocimiento ‘memorístico’”. Tanto ella como sus colaboradores hicieron especial hincapié en que las propias maestras y maestros habían demandado que los conocimientos se adecuaran a los distintos estados: “¿Cómo quieren que enseñemos lo mismo en Tamaulipas que en Guerrero?”, mencionó Ramírez como ejemplo para destacar que tanto la reforma al artículo 3 de la Constitución como el plan de estudios parten del respeto a la autonomía y la práctica de los profesores en sus contextos.
Según Irma Villalpando, doctora en Pedagogía por la UNAM, adoptar la NEM no es mala idea. En su artículo publicado en la revista Nexos, “Los nuevos libros de texto gratuitos: un gran retroceso”, afirma que el modelo no es erróneo, porque el conocimiento científico está relacionado intrínsecamente con el contexto social y cultural. La falla, para Villalpando, está en la aplicación del modelo porque está afectando particularmente una disciplina: las matemáticas.
“Las matemáticas se tienen que enseñar como campo de conocimiento, pero los promotores de la reforma dijeron ‘no, nosotros no vamos a hacer asignaturas, vamos a hacer proyectos y campos formativos, y las matemáticas van a estar insertas en los proyectos y en los campos formativos’. La idea, en abstracto, es buena, pero cuando revisas los libros te das cuenta de que las matemáticas no están metidas, y cuando están aparecen de manera errática. Hay muy pocas, yo me atrevería a decir un 12 %, al menos en los primeros años. Yo lo llamo poco y malo, y ese poco tiene déficit didáctico”, comenta la pedagoga. En la conferencia de hoy, la SEP respondió que las asignaturas “sí existen”, pero están dentro de “campos formativos y ejes articuladores” (llamados “saberes y pensamiento científico”, “ética, naturaleza y sociedades”, “del humano y lo comunitario” y “lenguajes”). En específico, Marx Arriaga expuso su propio conteo de las páginas que contienen matemáticas: son 210, considerando todos los libros de primer grado de primaria. Sin embargo, varios ciudadanos advirtieron errores en esta gráfica. Por ejemplo, Manuel Toral, experto en datos, notó que en el eje de las x hay numerosos puntos que indicarían que hubo cero páginas de matemáticas en libros de años anteriores, pero esto es incorrecto: que los autores de la gráfica, Arriaga o su equipo, no encuentren datos para esos años no significa que las páginas sean cero. La ausencia de información no equivale a ese número, y presentarlo de ese modo es falso o, por lo menos, engañoso. Esto es importante porque Arriaga expone esta gráfica como evidencia contra las críticas a los nuevos libros.
El déficit didáctico en las matemáticas que menciona Villalpando no solo se debe a que los problemas se inserten en proyectos, sino a que los problemas mismos no fueron formulados de manera idónea. De acuerdo con ella, los contenidos priorizan las definiciones y a veces lo hacen de manera errónea o poco práctica. Esto puede impedir que los alumnos deduzcan por sí mismos por qué obtuvieron un resultado. Su preocupación es que las y los alumnos lean definiciones poco detalladas de los conceptos y esto les cause dudas. Si bien es cierto que los maestros pueden resolverlas en clase, los propios libros de texto gratuitos no contienen explicaciones más desarrolladas que sirvan de apoyo para los profesores e incluso para las madres y los padres de familia. En la educación básica, según Villalpando, los alumnos podrían optar únicamente por memorizar la definición, en lugar de comprender los conceptos.
A estas dificultades hay que sumar otras. David Block es miembro del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Politécnico Nacional (Cinvestav) y ha dedicado su investigación a la didáctica de las matemáticas. En entrevista con Gatopardo, Block hace hincapié en esta advertencia y expone algunos ejemplos.
“No es muy edificante mostrar las matemáticas a través de definiciones, pues se presta a que [los alumnos] aprendan las definiciones y no su uso. Además, [en los libros de texto gratuitos] hay varias definiciones que tienen errores conceptuales más o menos graves, como confundir la noción de superficie, de área, con la forma de una figura […]. Con frecuencia, se habla de centímetros, pulgadas, kilogramos, de las unidades de medida y los números para contar, pero no son lecciones hechas para aprender, estos conceptos solamente se usan”, explica.
El matemático da un ejemplo más claro sobre estas fallas didácticas y conceptuales: “Hay una actividad de primer grado que pregunta: ‘¿qué puede decir la medida de mi cintura con mi estatura?’, así se llama, no está fácil entender ese título, ni para un niño ni para un adulto. Ya leyéndolo, como adulto, se puede entender hacia dónde va: el tema es el exceso de peso en las personas y para determinarlo establecen una relación entre la altura y la cintura. Efectivamente, hay una correlación o un rango: a ciertas alturas les corresponden ciertas medidas de cintura; fuera de ese rango se podría decir que una persona tiende a la obesidad o al revés. Ahí hay una idea matemática muy interesante, la de razón o proporción; es una idea compleja, importante y, en general, poco tratada en los libros de texto. Podríamos opinar que [incluirla] es maravilloso, salvo porque es un contenido para primer grado. Si acaso, podría ser adecuada para alumnos de sexto grado o de secundaria, pero no para alumnos de primero [de primaria]”, añade Block.
Además, continúa el especialista, en “las pocas matemáticas que hay no está claro el camino que se siguió para que los alumnos aprendieran ese contenido. No hay un espacio para aprenderlas ni una secuencia. Ese es el problema estructural más fuerte con respecto a esta disciplina”. En su texto “Las matemáticas en el plan de estudios 2022: una voz de alerta”, publicado también en Nexos, Block enlista otras deficiencias graves de esta disciplina en los libros de texto gratuitos a los que tuvo acceso. Por ejemplo, el “desequilibrio en la selección de contenidos” (hay contenidos que aparecen continuamente, como los estadísticos, pero otros desaparecen, como los geométricos) o la vinculación con las ciencias: algunos problemas usan conceptos relacionados con la física, la química y la biología que son difíciles de comprender en sí mismos, lo que añade un grado adicional de complejidad en el aprendizaje de las matemáticas. Esto último parece contradecir lo que la SEP expuso el día de hoy: los conocimientos pueden contextualizarse en cada región, entidad federativa, localidad, escuela y grupo de alumnos, para que el trabajo se organice a partir de problemas reales, pero su vinculación con otras ciencias, en opinión de Block, podría elevar la dificultad de la enseñanza y el aprendizaje.
En suma, las y los especialistas entrevistados por Gatopardo advierten deficiencias que no son menores y que persisten aun después de la primera conferencia que dio la SEP.
Por otra parte, estos cambios llegan justo después de la pandemia de covid que provocó más rezago educativo y más desigualdad. De acuerdo con una investigación del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), basada en estimaciones del Banco Mundial, los aprendizajes perdidos en la pandemia equivalen, aproximadamente, a dos años de escolaridad.
Aunque uno de los principales objetivos de la NEM es conseguir que la educación sea equitativa, “lo que hace esta reforma es ignorar el contexto”, según Monroy Gómez Franco. “No hay un plan sobre cómo lograrán que la pandemia no afecte la adopción de la nueva reforma. Encima, hay todas estas deficiencias. Lo más probable es que terminen afectando a los hogares de menores recursos, donde hay menos sustitutos o complementos a la educación pública”. Por “sustitutos o complementos”, Monroy Gómez Franco se refiere al material de aprendizaje extracurricular al que pueden acceder los niños y las niñas dependiendo de los ingresos de sus familias, como otros libros, enciclopedias y clases particulares. Las escuelas privadas suelen asignar más materiales y los padres y las madres pueden comprarlos para que sus hijos los usen, lo que vuelve a ampliar las brechas —en este caso, de matemáticas— que a largo plazo podrían ocasionar mayor desigualdad educativa.
“No es que las escuelas particulares sean sistemáticamente mejores que las públicas, sino que en promedio el estudiante de las particulares tiene mejores condiciones económicas”, explica Monroy Gómez Franco. Añade que esto se puede ver claramente en los resultados de la prueba PISA, el programa para la evaluación internacional de alumnos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). A través de un examen se miden las habilidades de lectura, las matemáticas y el conocimiento en ciencias de los estudiantes de educación básica. “En los puntajes PISA la diferencia entre escuelas privadas y públicas se debe a la diferencia de recursos económicos de los hogares”, reitera el economista. En la prueba PISA de 2018, México quedó muy por debajo del puntaje de referencia, un resultado que se usa como un indicador de la desigualdad entre países.
Aunque hay quienes opinen que ciertos conceptos de matemáticas se usan pocas veces en la vida cotidiana —si bien esa impresión es discutible—, el déficit en su enseñanza sí tiene repercusiones importantes que se pueden notar en pocos años: “las brechas son acumulativas si no se resarcen y van imposibilitando la adquisición de los conocimientos subsecuentes. Eso puede provocar que, al graduarse, los estudiantes no tengan los conocimientos esperados, poniéndolos en desventaja en los exámenes de ingreso a la preparatoria, por ejemplo”, termina Monroy Gómez Franco.
Así, los contenidos sobre la desigualdad, el enfoque comunitario, la adecuación a los contextos locales y las teorías posmodernas pueden ser un gran acierto, sin embargo, el déficit en matemáticas de los nuevos libros de texto gratuitos, consultados por estos especialistas, podrían hacer que los objetivos de la NEM se queden en el discurso, sin que se atiendan las brechas de desigualdad que podrían propiciarse.
Un trabajador de la educación entrega útiles escolares gratuitos, durante el programa escolar de regreso a la escuela. Fotografía de Angel Morales Rizo / REUTERS.
En conferencia, los altos funcionarios de la SEP, Leticia Ramírez y Marx Arriaga, explicaron el plan detrás de los nuevos libros de texto gratuitos, y continuarán haciéndolo en los próximos días. Sin embargo, las críticas a las deficiencias en matemáticas, formuladas por varios especialistas, subsisten y no han sido atendidas a cabalidad hasta hoy.
El día de hoy, 8 de agosto de 2023, la secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez, y el director de Materiales Educativos, Marx Arriaga, en compañía de tres colaboradores, explicaron el plan de estudios detrás de los nuevos libros de texto gratuitos. Hasta ahora buena parte de la discusión pública se había concentrado en si la SEP se propone adoctrinar a los niños mexicanos en el comunismo y otras teorías posmodernas. El más reciente episodio de Semanario Gatopardo abordó la discusión sobre esta corriente política, la teoría de la “decolonialidad” y las “epistemologías del sur”, así como la batalla legal por los libros. Más allá de esto y de la conferencia de la SEP, persisten otras críticas a los contenidos que podrían empobrecer la calidad de la educación pública en el país.
Hasta esta tarde, los especialistas en educación y otras disciplinas, los analistas políticos y el público general habían consultado unos materiales en formato PDF que, suponían, eran los nuevos libros de texto gratuitos. La SEP no los había reconocido oficialmente, pero tampoco los había negado. Finalmente, la SEP anunció hoy que los libros están disponibles en el sitio web de la comisión correspondiente, la Conaliteg. Con todo, los libros de texto no han terminado de distribuirse, a pesar de que las clases empiezan el 28 de agosto: en veinte días.
De acuerdo con tres especialistas que han revisado estos libros de texto gratuitos, hay errores importantes que empiezan a difundirse en las redes sociales y que se han discutido en la revista Nexos, especialmente en cuanto a las matemáticas. En suma, según estos expertos, ahora hay menos contenido matemático, conceptos equivocados y mal explicados, el aprendizaje no se construye secuencialmente y algunos ejemplos están mal utilizados.
Luis Monroy Gómez Franco, profesor e investigador del Departamento de Economía de la Universidad de Massachusetts, explica en entrevista con Gatopardo que en el libro de primero de secundaria de Ética, naturaleza y sociedades hay conceptos ambiguos y sin explicación, como el de “pobreza laboral” (cuando la suma de todos los ingresos de un hogar, divididos entre sus miembros, se encuentra debajo de la línea de pobreza extrema). Otro ejemplo es el término “taylorismo”, que hace referencia a una escuela de pensamiento económico, pero solamente se menciona una vez y el texto no se detiene a brindar una breve explicación ni a aclarar el contexto en que lo está usando.
“El problema del libro es que hay una omisión en la conceptualización y no le da al estudiante las herramientas para que use esos conceptos y piense los problemas. Más allá de que la terminología a veces la usan mal y las explicaciones muchas veces son incorrectas, se queda la sensación de que no le están diciendo al alumno: piensa estos problemas, sino que le están diciendo: esta es la consigna, sin explicar los términos en los que está expresada”, añade Monroy Gómez Franco. Al respecto, la SEP informó que dedicará los próximos días a revisar los libros de cada grado escolar.
La SEP también ha reiterado que la edición más reciente de los libros de texto gratuitos forma parte de la “nueva escuela mexicana” (NEM). Según la secretaria Leticia Ramírez, la NEM se propone “fortalecer la escuela pública y promover ciertos valores, como la solidaridad, la honestidad, la vinculación con la comunidad, la justicia social, la apreciación de la naturaleza y la capacidad de resolver problemas reales y cotidianos”. Lo anterior en contraposición con el “individualismo, la desvinculación de la comunidad y el conocimiento ‘memorístico’”. Tanto ella como sus colaboradores hicieron especial hincapié en que las propias maestras y maestros habían demandado que los conocimientos se adecuaran a los distintos estados: “¿Cómo quieren que enseñemos lo mismo en Tamaulipas que en Guerrero?”, mencionó Ramírez como ejemplo para destacar que tanto la reforma al artículo 3 de la Constitución como el plan de estudios parten del respeto a la autonomía y la práctica de los profesores en sus contextos.
Según Irma Villalpando, doctora en Pedagogía por la UNAM, adoptar la NEM no es mala idea. En su artículo publicado en la revista Nexos, “Los nuevos libros de texto gratuitos: un gran retroceso”, afirma que el modelo no es erróneo, porque el conocimiento científico está relacionado intrínsecamente con el contexto social y cultural. La falla, para Villalpando, está en la aplicación del modelo porque está afectando particularmente una disciplina: las matemáticas.
“Las matemáticas se tienen que enseñar como campo de conocimiento, pero los promotores de la reforma dijeron ‘no, nosotros no vamos a hacer asignaturas, vamos a hacer proyectos y campos formativos, y las matemáticas van a estar insertas en los proyectos y en los campos formativos’. La idea, en abstracto, es buena, pero cuando revisas los libros te das cuenta de que las matemáticas no están metidas, y cuando están aparecen de manera errática. Hay muy pocas, yo me atrevería a decir un 12 %, al menos en los primeros años. Yo lo llamo poco y malo, y ese poco tiene déficit didáctico”, comenta la pedagoga. En la conferencia de hoy, la SEP respondió que las asignaturas “sí existen”, pero están dentro de “campos formativos y ejes articuladores” (llamados “saberes y pensamiento científico”, “ética, naturaleza y sociedades”, “del humano y lo comunitario” y “lenguajes”). En específico, Marx Arriaga expuso su propio conteo de las páginas que contienen matemáticas: son 210, considerando todos los libros de primer grado de primaria. Sin embargo, varios ciudadanos advirtieron errores en esta gráfica. Por ejemplo, Manuel Toral, experto en datos, notó que en el eje de las x hay numerosos puntos que indicarían que hubo cero páginas de matemáticas en libros de años anteriores, pero esto es incorrecto: que los autores de la gráfica, Arriaga o su equipo, no encuentren datos para esos años no significa que las páginas sean cero. La ausencia de información no equivale a ese número, y presentarlo de ese modo es falso o, por lo menos, engañoso. Esto es importante porque Arriaga expone esta gráfica como evidencia contra las críticas a los nuevos libros.
El déficit didáctico en las matemáticas que menciona Villalpando no solo se debe a que los problemas se inserten en proyectos, sino a que los problemas mismos no fueron formulados de manera idónea. De acuerdo con ella, los contenidos priorizan las definiciones y a veces lo hacen de manera errónea o poco práctica. Esto puede impedir que los alumnos deduzcan por sí mismos por qué obtuvieron un resultado. Su preocupación es que las y los alumnos lean definiciones poco detalladas de los conceptos y esto les cause dudas. Si bien es cierto que los maestros pueden resolverlas en clase, los propios libros de texto gratuitos no contienen explicaciones más desarrolladas que sirvan de apoyo para los profesores e incluso para las madres y los padres de familia. En la educación básica, según Villalpando, los alumnos podrían optar únicamente por memorizar la definición, en lugar de comprender los conceptos.
A estas dificultades hay que sumar otras. David Block es miembro del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Politécnico Nacional (Cinvestav) y ha dedicado su investigación a la didáctica de las matemáticas. En entrevista con Gatopardo, Block hace hincapié en esta advertencia y expone algunos ejemplos.
“No es muy edificante mostrar las matemáticas a través de definiciones, pues se presta a que [los alumnos] aprendan las definiciones y no su uso. Además, [en los libros de texto gratuitos] hay varias definiciones que tienen errores conceptuales más o menos graves, como confundir la noción de superficie, de área, con la forma de una figura […]. Con frecuencia, se habla de centímetros, pulgadas, kilogramos, de las unidades de medida y los números para contar, pero no son lecciones hechas para aprender, estos conceptos solamente se usan”, explica.
El matemático da un ejemplo más claro sobre estas fallas didácticas y conceptuales: “Hay una actividad de primer grado que pregunta: ‘¿qué puede decir la medida de mi cintura con mi estatura?’, así se llama, no está fácil entender ese título, ni para un niño ni para un adulto. Ya leyéndolo, como adulto, se puede entender hacia dónde va: el tema es el exceso de peso en las personas y para determinarlo establecen una relación entre la altura y la cintura. Efectivamente, hay una correlación o un rango: a ciertas alturas les corresponden ciertas medidas de cintura; fuera de ese rango se podría decir que una persona tiende a la obesidad o al revés. Ahí hay una idea matemática muy interesante, la de razón o proporción; es una idea compleja, importante y, en general, poco tratada en los libros de texto. Podríamos opinar que [incluirla] es maravilloso, salvo porque es un contenido para primer grado. Si acaso, podría ser adecuada para alumnos de sexto grado o de secundaria, pero no para alumnos de primero [de primaria]”, añade Block.
Además, continúa el especialista, en “las pocas matemáticas que hay no está claro el camino que se siguió para que los alumnos aprendieran ese contenido. No hay un espacio para aprenderlas ni una secuencia. Ese es el problema estructural más fuerte con respecto a esta disciplina”. En su texto “Las matemáticas en el plan de estudios 2022: una voz de alerta”, publicado también en Nexos, Block enlista otras deficiencias graves de esta disciplina en los libros de texto gratuitos a los que tuvo acceso. Por ejemplo, el “desequilibrio en la selección de contenidos” (hay contenidos que aparecen continuamente, como los estadísticos, pero otros desaparecen, como los geométricos) o la vinculación con las ciencias: algunos problemas usan conceptos relacionados con la física, la química y la biología que son difíciles de comprender en sí mismos, lo que añade un grado adicional de complejidad en el aprendizaje de las matemáticas. Esto último parece contradecir lo que la SEP expuso el día de hoy: los conocimientos pueden contextualizarse en cada región, entidad federativa, localidad, escuela y grupo de alumnos, para que el trabajo se organice a partir de problemas reales, pero su vinculación con otras ciencias, en opinión de Block, podría elevar la dificultad de la enseñanza y el aprendizaje.
En suma, las y los especialistas entrevistados por Gatopardo advierten deficiencias que no son menores y que persisten aun después de la primera conferencia que dio la SEP.
Por otra parte, estos cambios llegan justo después de la pandemia de covid que provocó más rezago educativo y más desigualdad. De acuerdo con una investigación del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), basada en estimaciones del Banco Mundial, los aprendizajes perdidos en la pandemia equivalen, aproximadamente, a dos años de escolaridad.
Aunque uno de los principales objetivos de la NEM es conseguir que la educación sea equitativa, “lo que hace esta reforma es ignorar el contexto”, según Monroy Gómez Franco. “No hay un plan sobre cómo lograrán que la pandemia no afecte la adopción de la nueva reforma. Encima, hay todas estas deficiencias. Lo más probable es que terminen afectando a los hogares de menores recursos, donde hay menos sustitutos o complementos a la educación pública”. Por “sustitutos o complementos”, Monroy Gómez Franco se refiere al material de aprendizaje extracurricular al que pueden acceder los niños y las niñas dependiendo de los ingresos de sus familias, como otros libros, enciclopedias y clases particulares. Las escuelas privadas suelen asignar más materiales y los padres y las madres pueden comprarlos para que sus hijos los usen, lo que vuelve a ampliar las brechas —en este caso, de matemáticas— que a largo plazo podrían ocasionar mayor desigualdad educativa.
“No es que las escuelas particulares sean sistemáticamente mejores que las públicas, sino que en promedio el estudiante de las particulares tiene mejores condiciones económicas”, explica Monroy Gómez Franco. Añade que esto se puede ver claramente en los resultados de la prueba PISA, el programa para la evaluación internacional de alumnos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). A través de un examen se miden las habilidades de lectura, las matemáticas y el conocimiento en ciencias de los estudiantes de educación básica. “En los puntajes PISA la diferencia entre escuelas privadas y públicas se debe a la diferencia de recursos económicos de los hogares”, reitera el economista. En la prueba PISA de 2018, México quedó muy por debajo del puntaje de referencia, un resultado que se usa como un indicador de la desigualdad entre países.
Aunque hay quienes opinen que ciertos conceptos de matemáticas se usan pocas veces en la vida cotidiana —si bien esa impresión es discutible—, el déficit en su enseñanza sí tiene repercusiones importantes que se pueden notar en pocos años: “las brechas son acumulativas si no se resarcen y van imposibilitando la adquisición de los conocimientos subsecuentes. Eso puede provocar que, al graduarse, los estudiantes no tengan los conocimientos esperados, poniéndolos en desventaja en los exámenes de ingreso a la preparatoria, por ejemplo”, termina Monroy Gómez Franco.
Así, los contenidos sobre la desigualdad, el enfoque comunitario, la adecuación a los contextos locales y las teorías posmodernas pueden ser un gran acierto, sin embargo, el déficit en matemáticas de los nuevos libros de texto gratuitos, consultados por estos especialistas, podrían hacer que los objetivos de la NEM se queden en el discurso, sin que se atiendan las brechas de desigualdad que podrían propiciarse.
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