El futuro del nuevo aeropuerto
La decisión sobre el proyecto del nuevo aeropuerto aún no está tomada. La decisión final se hará por medio de una consulta popular.
Fue en diciembre del 2017, cuando Andrés Manuel López Obrador mencionó que el nuevo aeropuerto que se está construyendo sobre lo que se intentó recuperar del lago de Texcoco sería cancelado si llegaba a la presidencia. Cuando lo anunció, políticos, aspirantes, calificadoras de riesgo, ambientalistas, medios de comunicación y ciudadanos tuvieron algo que decir. AMLO había vuelto al juego y el proyecto calificado en 2017 como el segundo aeropuerto más grande del mundo pendía de un hilo. Hoy, la situación permanece.
Tras ganar las elecciones, en varios de sus discursos se comprometió a revisar la obra entera y el dinero que se había involucrado en la construcción para tomar una decisión que no pusiera en riesgo el presupuesto que plantea ejercer en 2019.
Esta mañana en un salón de fiestas llamado D’Luz en la Colonia Roma, Javier Jiménez Espriú, el próximo Secretario de Comunicaciones y Transportes,contó a una centena de periodistas, que se encontraban reunidos bajo una bola disco, que se necesitaba aún más tiempo para tomar una decisión final sobre seguir o detener la construcción del aeropuerto. Aseguró que a finales de octubre y después de una consulta ciudadana informada de los “pros” y los “contras” de la construcción sería tomada la decisión final.
Ante la opinión pública presentó una serie de informes hechos por técnicos, ingenieros y expertos en aeronáutica que plantearon las ventajas o desventajas de seguir con el aeropuerto en Texcoco —que AMLO calificó como una obra faraónica— o de hacer tres pistas de aterrizaje en la Base Aérea de Santa Lucía, ubicada en Estado de México.
Entre las ventajas de continuar con la obra, que actualmente tiene un avance del 31% de construcción, se planteó que la cercanía con la Ciudad de México era algo importante para reducir costos, además de que el financiamiento de la obra cuenta con un 65% de inversión hecha. Entre los puntos negativos que expuso Jiménez Espriú esta el impacto ambiental que tendría en un lugar al llegan aves migratorias y donde se creo un vaso regulatorio para salvar lo poco que quedaba del lago de Texcoco, donde fue fundada la Ciudad de México. Además, dijo que el costo, que en principio se tenía calculado en 195 mil millones de pesos, se incrementó a 300 mil millones, y que a eso aún hay que agregarle los altos costos de mantenimiento por el tipo de suelo donde se está construyendo y los costos que quienes usen el aeropuerto verán reflejados en boletos y servicios.
Por otro lado, se enunció que Organización de Investigación y Desarrollo de Sistemas de Aviación, Mitre, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, (MIT, por sus siglas en inglés) señaló que la solución propuesta por López Obrador a la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) en operaciones simultáneas con el aeropuerto de Santa Lucía no es viable. «Ante este dictamen, nuestros técnicos y un grupo de técnicos chilenos que han colaborado con nosotros, hicieron un estudio alterno y consideran, por el contrario, que está operación sí es viable. Señalan sin embargo, la necesidad imperiosa de un estudio a profundidad realizado por otra agencia internacional de prestigio para confirmar su afirmación”, añadió Espriú. Según el informe que recibió el funcionario, este aeropuerto tendría mejores condiciones de suelo, requeriría un menor tiempo para iniciar operaciones, y tendría un mucho menor impacto ambiental. Su costo sería de 70 mil millones de pesos, pero elevaría costos para aerolíneas y para pasajeros.
En esta conferencia López Obrador citó varias veces al Quijote, cuando aparece luchando contra un enorme molino, «uno muy caro, que solo el 30% de la población mexicana usa», dijo.
Hace unos días otro grupo de ingenieros le presentó algunos argumentos contra la construcción de las pistas en Santa Lucía, por lo que se plantea hacer un estudio que tardará 5 meses en estar listo y que costará entre 150 y 200 millones de pesos para determinar si esta opción es viable. AMLO anunció que es probable que ese dinero salga de los 300 millones que le otorgaron para la transición.
Lo que sabemos hasta ahora es que el grupo de AMLO se reunirá con asesores y empresarios para determinar qué sigue en este proceso y que el 5 de septiembre recibirán los últimos planteamientos que presentaran ante el público a partir del 8 de septiembre. Para cerrar, plantearon la posibilidad de que a partir de esa fecha se inicie un debate en radio, televisión y en las “benditas redes sociales” para llevar a consulta ciudadana la decisión.
Para no equivocarnos lo mejor es preguntar, dijo Andrés Manuel.
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