Cada vez más mexicanos están trabajando y estudiando desde casa. ¿Podrá el internet soportarlo?
Gobiernos como el de Australia y Argentina han solicitado a los ciudadanos un uso responsable del servicio, pues entre clases en línea, video llamadas y servicios de streaming que han aumentado su demanda hasta en un 60%, la saturación podría convertirse en un problema.
Debido al incremento de casos positivos a coronavirus Covid-19 en México y a falta de una política integral para responder a la pandemia, muchas instituciones públicas y privadas le pidieron a sus empleados que trabajen desde casa. La rutina de miles de estudiantes y trabajadores pasó de lo presencial, al home office. El espacio virtual les ha permitido continuar con sus labores. Este modelo de trabajo y estudio es una réplica de lo que se ha implementando en países con altos niveles de contagios como España, Corea del Sur y Estados Unidos, donde se han registrado incrementos que van de 30 a 40% en el tráfico en línea.
A pesar de que la infraestructura de los servicios de internet puede estar acostumbrada a este tipo de picos de actividad, hasta el momento solo sucedían en momentos específicos del día. Pero ahora que la población se encuentra aislada en sus hogares, el escenario ha significado un desafío para los proveedores de internet (ISP, por sus siglas en inglés). Páginas lentas, videoconferencias congeladas o incapacidad para descargar archivos, son tan solo algunos de los resultados que ha dejado la demanda actual. Gobiernos como el de Australia y Argentina han solicitado a los ciudadanos un uso responsable del servicio, pues a pesar de que las visitas a sitios de noticias han aumentado hasta un 60%, también lo han hecho los servicios de streaming como Netflix.
El hecho de que haya muchos usuarios compartiendo la misma conexión a internet durante todo el día, ha ralentizado la calidad del servicio. Más aún cuando en un mismo hogar, todos los usuarios recurren a páginas que consumen una gran cantidad de datos. José Flores, vocero de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), dijo en entrevista para Gatopardo que la infraestructura en el país sí es capaz de soportar el repunte al que será sometido el servicio. A diferencia de otros países, dijo, lo que ya se está volviendo evidente es la brecha de acceso que existe en México.
“Lo que nos debería preocupar ahora, más que el estrés al que se pueda someter la infraestructura, es qué pasará con los lugares donde la conectividad es limitada. Hay muchas zonas en las que las que esta tecnología aún no llega o no lo hace con suficiente calidad”, apuntó. Según datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTI), en 2018 el 65.8% de la población, poco más de 74 millones de personas, de seis años o más en México ya eran usuarias de internet. Sin embargo, solo el 52.9% de los hogares a nivel nacional disponen de conexión al servicio.
Según el especialista, frente al home office y el aprendizaje en casa, es importante conocer que en México, cuando se habla de acceso a internet, se parte de que la población lo tenga ya sea en la escuela o su lugar de trabajo, no necesariamente en su casa. Dicho factor va a complicarle a muchos cumplir con sus labores sin salir de sus hogares. Cifras de 2018 señalan la disparidad entre el número de usuarios en zonas urbanas y rurales. De la primera se registró un 73.1%, mientras que en la segunda solo un 40.6% son usuarios del servicio.
En muchos hogares mexicanos hay una sola computadora y varias personas van a necesitarlas al mismo tiempo. Esta situación va a suceder, por ejemplo, en las familias con más de un hijo intentando tomar clases en línea. “Le estamos poniendo las alas al avión en pleno vuelo. Lo digo así porque la planeación docente de un programa a distancia es muy diferente a la planeación de un programa presencial. Para las dinámicas de enseñanza, de aprendizaje, los ejercicios, la revisión, la retroalimentación, las herramientas de tecnología ofrecen una versatilidad docentes y alumnos no necesariamente están acostumbrados a utilizar”, aseguró Flores.
“Desde las universidades, desde todos los centros de enseñanza, debe existir flexibilidad y comprensión de esta realidad. No se puede calcar la dinámica presencial a la dinámica en línea, tiene que hacerse una adecuación importante”.
Además, hay que tomar en cuenta que el uso de internet en los hogares no solo se utilizará para cuestiones laborales o escolares, pues el entretenimiento también será una enorme fuente de demanda. Según el INEGI, el 90.5% de los usuarios utiliza el acceso a internet para eso, principalmente para acceder a contenidos audiovisuales y para leer revistas, periódicos o libros. Tomando como referencia lo que sucede en otros países, uno de los picos más importantes se da por el uso de plataformas streaming. Esto dificultará las actividades de los cientos de familias que requieran, trabajar, estudiar y divertirse a través de internet, pues la mayoría de los hogares no cuentan con una banda ancha similar a la que se tiene en lugares de trabajo o escuelas.
“A los consumidores les ofrecen paquetes de internet con una determinada velocidad, determinada por el ancho de banda que necesiten y suele ir de 10 a 50 Megas”, explicó el vocero de R3D. En la mayoría de los hogares mexicanos hay varios usuarios, así que habrá que organizarse internamente para que todos consigan sacar adelante sus tareas. “Si en tu casa de pronto hay cuatro personas que necesitan hacer streaming o videollamadas al mismo tiempo, habrá que escalar un poco la conexión”.
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