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Mar del Océano Pacífico bañanado las playas de Tijuana. (Wikimedia Commons).
El Día Mundial de los Océanos es un recordatorio de la riqueza natural de México, pero también un llamado urgente para que el nuevo gobierno impulse su protección.
Sin importar dónde vives, los océanos tienen un impacto en tu vida cotidiana. Nos brindan más del 50% del oxígeno que respiramos, dan alimento y sustento a millones de personas, regulan el clima y son hogar de una inmensa biodiversidad. La vida del planeta depende de ellos. México es un país privilegiado. Somos de los pocos países que tienen litoral costero en los dos océanos más grandes: el Pacífico y el Atlántico. Estos litorales tienen una extensión de 11 122 kilómetros, solo en su parte continental y sin incluir litorales insulares, de los que 7 828 km pertenecen al Océano Pacífico y 3 294 al Golfo de México y Mar Caribe (INEGI 2002). La importancia de los océanos en nuestras vidas es imposible de negar.
México pertenece al grupo de países que comparten el Gran Arrecife Mesoamericano, que es el segundo arrecife más grande del mundo, sólo después de la Gran Barrera de Coral australiana. Por eso somos un país megadiverso, lo que significa que aquí habita la mayor cantidad y diversidad de animales y plantas en el mundo.
Somos un país de mar y abundancia, pero tenemos muchos pendientes que cumplir para asegurar la protección de los océanos, y que quedarán en la cancha de la próxima presidenta de la República, Claudia Sheinbaum. Entre otros, destacan tres desafíos para la administración que empieza:
En marzo del año pasado se aprobó en la ONU el Tratado Global de los Océanos, que busca protegerlos con la creación de santuarios marinos libres de actividades humanas dañinas. Es un logro histórico que puede quedar empañado si los países no se apresuran a ratificarlo, es decir, convertirlo en una ley local, pues requieren 60 ratificaciones para que entre en vigor. Sheinbaum debe considerar como una prioridad la ratificación de este Tratado, que es esencial para alcanzar el objetivo recomendado por la comunidad científica internacional, conocido como “30x30”, que significa proteger al menos el 30% de los océanos para 2030.
En noviembre de 2023 el gobierno de México anunció públicamente su apoyo a una moratoria a la minería en aguas profundas, junto con otros 24 países que han hecho un llamado para que esta industria no inicie actividades, pues arrasaría con los fondos marinos y causaría daños irreparables a la biodiversidad que albergan.
Para ser congruentes con esta postura, se debe mantener en las sesiones por venir de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA por sus siglas en inglés), y alentar a otros países a sumarse a la moratoria. Esto es esencial para evitar que empresas logren los permisos para comenzar la minería submarina. No podemos permitir que en medio de una crisis ambiental sin precedentes inicie una nueva industria extractivista.
Finalmente, en medio de una crisis de contaminación por plásticos, es imperativo que el nuevo gobierno establezca una política de gobierno con medidas concretas que atiendan este problema de raíz, como límites en la producción de nuevos plásticos, acciones de responsabilidad extendida de los productores, incentivos para la reutilización y el refill, o la prohibición de plásticos de un solo uso que no necesitamos y que podemos sustituir fácilmente.
Te recomendamos leer: "Las mujeres de La casa del agua".
Los océanos están inundados por residuos plásticos y se necesita una acción urgente que hasta ahora no hemos tenido en el país. En este contexto, México debe apoyar la aprobación en la ONU de un Tratado Global de Plásticos que contribuya a hacer frente al problema que generan en cada etapa de su ciclo de vida a nivel internacional.
Los océanos son esenciales para la vida en el planeta y el gobierno de México debe actuar en consecuencia, y con la urgencia que se requiere para protegerlos. En medio de una crisis ambiental sin precedentes, la inacción es un crimen.
El Día Mundial de los Océanos es un recordatorio de la riqueza natural de México, pero también un llamado urgente para que el nuevo gobierno impulse su protección.
Sin importar dónde vives, los océanos tienen un impacto en tu vida cotidiana. Nos brindan más del 50% del oxígeno que respiramos, dan alimento y sustento a millones de personas, regulan el clima y son hogar de una inmensa biodiversidad. La vida del planeta depende de ellos. México es un país privilegiado. Somos de los pocos países que tienen litoral costero en los dos océanos más grandes: el Pacífico y el Atlántico. Estos litorales tienen una extensión de 11 122 kilómetros, solo en su parte continental y sin incluir litorales insulares, de los que 7 828 km pertenecen al Océano Pacífico y 3 294 al Golfo de México y Mar Caribe (INEGI 2002). La importancia de los océanos en nuestras vidas es imposible de negar.
México pertenece al grupo de países que comparten el Gran Arrecife Mesoamericano, que es el segundo arrecife más grande del mundo, sólo después de la Gran Barrera de Coral australiana. Por eso somos un país megadiverso, lo que significa que aquí habita la mayor cantidad y diversidad de animales y plantas en el mundo.
Somos un país de mar y abundancia, pero tenemos muchos pendientes que cumplir para asegurar la protección de los océanos, y que quedarán en la cancha de la próxima presidenta de la República, Claudia Sheinbaum. Entre otros, destacan tres desafíos para la administración que empieza:
En marzo del año pasado se aprobó en la ONU el Tratado Global de los Océanos, que busca protegerlos con la creación de santuarios marinos libres de actividades humanas dañinas. Es un logro histórico que puede quedar empañado si los países no se apresuran a ratificarlo, es decir, convertirlo en una ley local, pues requieren 60 ratificaciones para que entre en vigor. Sheinbaum debe considerar como una prioridad la ratificación de este Tratado, que es esencial para alcanzar el objetivo recomendado por la comunidad científica internacional, conocido como “30x30”, que significa proteger al menos el 30% de los océanos para 2030.
En noviembre de 2023 el gobierno de México anunció públicamente su apoyo a una moratoria a la minería en aguas profundas, junto con otros 24 países que han hecho un llamado para que esta industria no inicie actividades, pues arrasaría con los fondos marinos y causaría daños irreparables a la biodiversidad que albergan.
Para ser congruentes con esta postura, se debe mantener en las sesiones por venir de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA por sus siglas en inglés), y alentar a otros países a sumarse a la moratoria. Esto es esencial para evitar que empresas logren los permisos para comenzar la minería submarina. No podemos permitir que en medio de una crisis ambiental sin precedentes inicie una nueva industria extractivista.
Finalmente, en medio de una crisis de contaminación por plásticos, es imperativo que el nuevo gobierno establezca una política de gobierno con medidas concretas que atiendan este problema de raíz, como límites en la producción de nuevos plásticos, acciones de responsabilidad extendida de los productores, incentivos para la reutilización y el refill, o la prohibición de plásticos de un solo uso que no necesitamos y que podemos sustituir fácilmente.
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Los océanos están inundados por residuos plásticos y se necesita una acción urgente que hasta ahora no hemos tenido en el país. En este contexto, México debe apoyar la aprobación en la ONU de un Tratado Global de Plásticos que contribuya a hacer frente al problema que generan en cada etapa de su ciclo de vida a nivel internacional.
Los océanos son esenciales para la vida en el planeta y el gobierno de México debe actuar en consecuencia, y con la urgencia que se requiere para protegerlos. En medio de una crisis ambiental sin precedentes, la inacción es un crimen.
Mar del Océano Pacífico bañanado las playas de Tijuana. (Wikimedia Commons).
El Día Mundial de los Océanos es un recordatorio de la riqueza natural de México, pero también un llamado urgente para que el nuevo gobierno impulse su protección.
Sin importar dónde vives, los océanos tienen un impacto en tu vida cotidiana. Nos brindan más del 50% del oxígeno que respiramos, dan alimento y sustento a millones de personas, regulan el clima y son hogar de una inmensa biodiversidad. La vida del planeta depende de ellos. México es un país privilegiado. Somos de los pocos países que tienen litoral costero en los dos océanos más grandes: el Pacífico y el Atlántico. Estos litorales tienen una extensión de 11 122 kilómetros, solo en su parte continental y sin incluir litorales insulares, de los que 7 828 km pertenecen al Océano Pacífico y 3 294 al Golfo de México y Mar Caribe (INEGI 2002). La importancia de los océanos en nuestras vidas es imposible de negar.
México pertenece al grupo de países que comparten el Gran Arrecife Mesoamericano, que es el segundo arrecife más grande del mundo, sólo después de la Gran Barrera de Coral australiana. Por eso somos un país megadiverso, lo que significa que aquí habita la mayor cantidad y diversidad de animales y plantas en el mundo.
Somos un país de mar y abundancia, pero tenemos muchos pendientes que cumplir para asegurar la protección de los océanos, y que quedarán en la cancha de la próxima presidenta de la República, Claudia Sheinbaum. Entre otros, destacan tres desafíos para la administración que empieza:
En marzo del año pasado se aprobó en la ONU el Tratado Global de los Océanos, que busca protegerlos con la creación de santuarios marinos libres de actividades humanas dañinas. Es un logro histórico que puede quedar empañado si los países no se apresuran a ratificarlo, es decir, convertirlo en una ley local, pues requieren 60 ratificaciones para que entre en vigor. Sheinbaum debe considerar como una prioridad la ratificación de este Tratado, que es esencial para alcanzar el objetivo recomendado por la comunidad científica internacional, conocido como “30x30”, que significa proteger al menos el 30% de los océanos para 2030.
En noviembre de 2023 el gobierno de México anunció públicamente su apoyo a una moratoria a la minería en aguas profundas, junto con otros 24 países que han hecho un llamado para que esta industria no inicie actividades, pues arrasaría con los fondos marinos y causaría daños irreparables a la biodiversidad que albergan.
Para ser congruentes con esta postura, se debe mantener en las sesiones por venir de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA por sus siglas en inglés), y alentar a otros países a sumarse a la moratoria. Esto es esencial para evitar que empresas logren los permisos para comenzar la minería submarina. No podemos permitir que en medio de una crisis ambiental sin precedentes inicie una nueva industria extractivista.
Finalmente, en medio de una crisis de contaminación por plásticos, es imperativo que el nuevo gobierno establezca una política de gobierno con medidas concretas que atiendan este problema de raíz, como límites en la producción de nuevos plásticos, acciones de responsabilidad extendida de los productores, incentivos para la reutilización y el refill, o la prohibición de plásticos de un solo uso que no necesitamos y que podemos sustituir fácilmente.
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Los océanos están inundados por residuos plásticos y se necesita una acción urgente que hasta ahora no hemos tenido en el país. En este contexto, México debe apoyar la aprobación en la ONU de un Tratado Global de Plásticos que contribuya a hacer frente al problema que generan en cada etapa de su ciclo de vida a nivel internacional.
Los océanos son esenciales para la vida en el planeta y el gobierno de México debe actuar en consecuencia, y con la urgencia que se requiere para protegerlos. En medio de una crisis ambiental sin precedentes, la inacción es un crimen.
El Día Mundial de los Océanos es un recordatorio de la riqueza natural de México, pero también un llamado urgente para que el nuevo gobierno impulse su protección.
Sin importar dónde vives, los océanos tienen un impacto en tu vida cotidiana. Nos brindan más del 50% del oxígeno que respiramos, dan alimento y sustento a millones de personas, regulan el clima y son hogar de una inmensa biodiversidad. La vida del planeta depende de ellos. México es un país privilegiado. Somos de los pocos países que tienen litoral costero en los dos océanos más grandes: el Pacífico y el Atlántico. Estos litorales tienen una extensión de 11 122 kilómetros, solo en su parte continental y sin incluir litorales insulares, de los que 7 828 km pertenecen al Océano Pacífico y 3 294 al Golfo de México y Mar Caribe (INEGI 2002). La importancia de los océanos en nuestras vidas es imposible de negar.
México pertenece al grupo de países que comparten el Gran Arrecife Mesoamericano, que es el segundo arrecife más grande del mundo, sólo después de la Gran Barrera de Coral australiana. Por eso somos un país megadiverso, lo que significa que aquí habita la mayor cantidad y diversidad de animales y plantas en el mundo.
Somos un país de mar y abundancia, pero tenemos muchos pendientes que cumplir para asegurar la protección de los océanos, y que quedarán en la cancha de la próxima presidenta de la República, Claudia Sheinbaum. Entre otros, destacan tres desafíos para la administración que empieza:
En marzo del año pasado se aprobó en la ONU el Tratado Global de los Océanos, que busca protegerlos con la creación de santuarios marinos libres de actividades humanas dañinas. Es un logro histórico que puede quedar empañado si los países no se apresuran a ratificarlo, es decir, convertirlo en una ley local, pues requieren 60 ratificaciones para que entre en vigor. Sheinbaum debe considerar como una prioridad la ratificación de este Tratado, que es esencial para alcanzar el objetivo recomendado por la comunidad científica internacional, conocido como “30x30”, que significa proteger al menos el 30% de los océanos para 2030.
En noviembre de 2023 el gobierno de México anunció públicamente su apoyo a una moratoria a la minería en aguas profundas, junto con otros 24 países que han hecho un llamado para que esta industria no inicie actividades, pues arrasaría con los fondos marinos y causaría daños irreparables a la biodiversidad que albergan.
Para ser congruentes con esta postura, se debe mantener en las sesiones por venir de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA por sus siglas en inglés), y alentar a otros países a sumarse a la moratoria. Esto es esencial para evitar que empresas logren los permisos para comenzar la minería submarina. No podemos permitir que en medio de una crisis ambiental sin precedentes inicie una nueva industria extractivista.
Finalmente, en medio de una crisis de contaminación por plásticos, es imperativo que el nuevo gobierno establezca una política de gobierno con medidas concretas que atiendan este problema de raíz, como límites en la producción de nuevos plásticos, acciones de responsabilidad extendida de los productores, incentivos para la reutilización y el refill, o la prohibición de plásticos de un solo uso que no necesitamos y que podemos sustituir fácilmente.
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Los océanos están inundados por residuos plásticos y se necesita una acción urgente que hasta ahora no hemos tenido en el país. En este contexto, México debe apoyar la aprobación en la ONU de un Tratado Global de Plásticos que contribuya a hacer frente al problema que generan en cada etapa de su ciclo de vida a nivel internacional.
Los océanos son esenciales para la vida en el planeta y el gobierno de México debe actuar en consecuencia, y con la urgencia que se requiere para protegerlos. En medio de una crisis ambiental sin precedentes, la inacción es un crimen.
Mar del Océano Pacífico bañanado las playas de Tijuana. (Wikimedia Commons).
El Día Mundial de los Océanos es un recordatorio de la riqueza natural de México, pero también un llamado urgente para que el nuevo gobierno impulse su protección.
Sin importar dónde vives, los océanos tienen un impacto en tu vida cotidiana. Nos brindan más del 50% del oxígeno que respiramos, dan alimento y sustento a millones de personas, regulan el clima y son hogar de una inmensa biodiversidad. La vida del planeta depende de ellos. México es un país privilegiado. Somos de los pocos países que tienen litoral costero en los dos océanos más grandes: el Pacífico y el Atlántico. Estos litorales tienen una extensión de 11 122 kilómetros, solo en su parte continental y sin incluir litorales insulares, de los que 7 828 km pertenecen al Océano Pacífico y 3 294 al Golfo de México y Mar Caribe (INEGI 2002). La importancia de los océanos en nuestras vidas es imposible de negar.
México pertenece al grupo de países que comparten el Gran Arrecife Mesoamericano, que es el segundo arrecife más grande del mundo, sólo después de la Gran Barrera de Coral australiana. Por eso somos un país megadiverso, lo que significa que aquí habita la mayor cantidad y diversidad de animales y plantas en el mundo.
Somos un país de mar y abundancia, pero tenemos muchos pendientes que cumplir para asegurar la protección de los océanos, y que quedarán en la cancha de la próxima presidenta de la República, Claudia Sheinbaum. Entre otros, destacan tres desafíos para la administración que empieza:
En marzo del año pasado se aprobó en la ONU el Tratado Global de los Océanos, que busca protegerlos con la creación de santuarios marinos libres de actividades humanas dañinas. Es un logro histórico que puede quedar empañado si los países no se apresuran a ratificarlo, es decir, convertirlo en una ley local, pues requieren 60 ratificaciones para que entre en vigor. Sheinbaum debe considerar como una prioridad la ratificación de este Tratado, que es esencial para alcanzar el objetivo recomendado por la comunidad científica internacional, conocido como “30x30”, que significa proteger al menos el 30% de los océanos para 2030.
En noviembre de 2023 el gobierno de México anunció públicamente su apoyo a una moratoria a la minería en aguas profundas, junto con otros 24 países que han hecho un llamado para que esta industria no inicie actividades, pues arrasaría con los fondos marinos y causaría daños irreparables a la biodiversidad que albergan.
Para ser congruentes con esta postura, se debe mantener en las sesiones por venir de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA por sus siglas en inglés), y alentar a otros países a sumarse a la moratoria. Esto es esencial para evitar que empresas logren los permisos para comenzar la minería submarina. No podemos permitir que en medio de una crisis ambiental sin precedentes inicie una nueva industria extractivista.
Finalmente, en medio de una crisis de contaminación por plásticos, es imperativo que el nuevo gobierno establezca una política de gobierno con medidas concretas que atiendan este problema de raíz, como límites en la producción de nuevos plásticos, acciones de responsabilidad extendida de los productores, incentivos para la reutilización y el refill, o la prohibición de plásticos de un solo uso que no necesitamos y que podemos sustituir fácilmente.
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Los océanos están inundados por residuos plásticos y se necesita una acción urgente que hasta ahora no hemos tenido en el país. En este contexto, México debe apoyar la aprobación en la ONU de un Tratado Global de Plásticos que contribuya a hacer frente al problema que generan en cada etapa de su ciclo de vida a nivel internacional.
Los océanos son esenciales para la vida en el planeta y el gobierno de México debe actuar en consecuencia, y con la urgencia que se requiere para protegerlos. En medio de una crisis ambiental sin precedentes, la inacción es un crimen.
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