El proceso judicial en “Ante la ley” de Kafka

El proceso judicial en “Ante la ley” de Kafka

Las narraciones de Franz Kafka son particularmente reveladoras en cuanto a la extrañeza, la ininteligibilidad, el temor y hasta el absurdo de los aparatos burocráticos de los Estados modernos; quienes deciden, o bien, se ven forzados a relacionarse con ellos se pierden al intentar comprender su lógica, aunque la vida, el patrimonio y la libertad dependen de conseguirlo.

Tiempo de lectura: 4 minutos

La brevísima narración “Ante la ley”, de Franz Kafka, apareció por vez primera en el almanaque de Kurt Wolff en diciembre de 1915. Con algunas variantes, fue incorporada en uno de los capítulos finales de la novela El proceso, publicada diez años después. A pesar de ello, se le puede considerar una obra autónoma, dotada de estructura y significado propios.

Su trama es simple: Un hombre del campo llega “ante la ley” y le pide al guardia que ahí se encuentra que le permita acceder a ella, sin embargo, éste le responde que no puede entrar en ese momento. El solicitante pregunta si podrá hacerlo más tarde y el guardián se limita a contestar: “Es posible, pero no ahora”. Como la puerta de la ley está abierta, el hombre se asoma para ver el interior. Al notarlo, el guardia se ríe y le advierte: “Si tanto te atrae, intenta entrar a pesar de mi prohibición. Pero ten en cuenta una cosa: soy poderoso. Y sólo soy el más humilde de los guardianes, cada uno es más poderoso que el anterior. Ni siquiera yo puedo soportar la vista del tercer guardián”.

El hombre piensa que la ley debería ser accesible “siempre y para todos” y se sienta a esperar que el guardia le franquee el paso. Durante un buen tiempo, el guardia le pregunta cosas generales y sin interés. El hombre le va entregando sus bienes, buscando con ello que lo deje entrar. El guardia acepta los objetos sin permitir que el hombre ingrese. Los acepta porque, dice, quiere reconocer los esfuerzos que hace.

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