La candidatura de Félix Salgado Macedonio está en el aire – Gatopardo

Félix Salgado Macedonio: ¿contener al Toro?

Luego de una serie de denuncias por abuso sexual y violación, una carrera política polémica y un presidente renuente a “romper el pacto”, la candidatura de Félix Salgado Macedonio para gobernar Guerrero está en el aire. Es la primera vez que el movimiento MeToo podría modificar la selección de un candidato en una contienda electoral.

Tiempo de lectura: 20 minutos

En una foto de finales de septiembre de 2005, Andrés Manuel López Obrador, entonces candidato a la presidencia de México, abraza a Félix Salgado Macedonio, candidato a la alcaldía de Acapulco. La imagen capta una de las cuatro veces que López Obrador visitó Guerrero durante su campaña. Los dos están vestidos de amarillo: el primero, con una chaqueta impermeable y el segundo con una camisa de manga corta. Están empapados por la lluvia. Es de noche, pero a ambos los iluminan las luces del estrado y el flash fotográfico. Al fondo, una plaza llena de gente con banderas del sol azteca. No son tantas, como al principio del evento; la espera y la lluvia cobraron cuota. La sonrisa confiada del tabasqueño contrasta con la actitud recelosa del otro. En aquella ocasión, López Obrador lo comprometió públicamente a bajarse el sueldo si ganaba.

—Quiero decirle a Félix que, cuando llegue a la Presidencia de la República, les voy a bajar los sueldos a los funcionarios públicos, todos van a aprender a vivir en la justa medianía. No queremos políticos mediocres, fantoches y ladrones. Quiero decirle a Félix, respetuosamente, que eche a andar –te lo recomiendo–, el programa de austeridad republicana, hay que bajar los sueldos a los funcionarios, y el que tiene que dar el ejemplo es el presidente municipal, ¿verdad, Félix?, ¿tú qué tienes que decir? –dijo al micrófono.

El candidato guerrerense aceptó públicamente la propuesta.

—Ahí está el compromiso —concluyó López Obrador.

El mensaje tenía varias puntas. Por un lado, López Obrador estaba hablándole a sus críticos que sacaban jugo del escándalo provocado por los videos que filmó el empresario Carlos Ahumada, en los que se veía a sus colaboradores recibir dinero o favores. También, el mensaje reforzaba una idea anterior y muy querida por el político tabasqueño –repetida ahora que asumió la presidencia– sobre la austeridad republicana. Y la última punta estaba dirigida a un personaje ya conocido en todo el país por sus folclóricos excesos, sus desplantes de motociclista rebelde, que siempre contrastaron con la dignidad de los cargos como representante en la Cámara o candidato a la gubernatura de Guerrero. Salgado Macedonio era un activo importante en el partido por la cantidad de votos que arrastraba y, al mismo tiempo, era una carga cada vez que la izquierda deseaba mostrar una faceta responsable, presidencial, como intentaba López Obrador en aquel momento.

Quince años después, los dos políticos se encuentran en un momento parecido. En diciembre pasado, a pocos días del proceso de selección interna del partido Morena para encontrar a su candidato a la gubernatura del estado de Guerrero, una víctima de acoso sexual presentó una denuncia ante la fiscalía de Guerrero contra el senador Félix Salgado Macedonio, precandidato.

Días después de que se dio a conocer la denuncia en la prensa, amanecieron cuatro cabezas de cerdo a las puertas de la sede del partido, en la colonia Roma, y una pinta que decía “Félix violador”. En el transcurso de unas semanas, salieron a la luz una denuncia más de abuso sexual y tres acusaciones contra el senador por actos ocurridos entre 1988 y 2017. Es la primera vez que un escándalo de esta naturaleza toca a un político mexicano de esta altura.

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