En el extinto El sur, de Veracruz, tenía la encomienda de escribir la crónica del día. Recorría la región y miraba insólita las condiciones en que vivían los campesinos, o la larga fila de mujeres que se formaban para visitar a un familiar en el penal. Los compañeros leían sus crónicas y la molestaban con que era “la Corín Tellado” de la redacción.
“Descubrí que hay historias que necesitan mirarse desde otro lado. Hay que encontrar esos espacios donde la sensibilidad pueda tener cabida, y si no los hay, tenemos que abrirlos”, dice Rea, una de las periodistas más agudas que ha cubierto la violencia por la guerra contra el narcotráfico. Es cofundadora de la red Periodistas de a Pie y coedita Pie de página, donde busca un periodismo social que dé una batalla más sólida. “Nos interesaba el impacto social, qué pasaba con las viudas, los huérfanos, cómo aprender a escuchar el dolor que era cada vez más evidente y brutal”.
Dirigió No sucumbió la eternidad (2017), documental que habla de mujeres que asumen y sobreviven la ausencia de un ser querido. Por su labor, Rea recibió el Premio Breach-Valdez de Periodismo y Derechos Humanos 2018.